Entrevista
Jesús Aguirre: «Es esperpéntico que se hable catalán, vasco o gallego en el Congreso»
El presidente del Parlamento andaluz asegura que «los tiempos de la Cámara hay que cambiarlos porque un consejero no puede estar hablando durante 50 minutos»
Lleva un año con el traje de presidente del Parlamento andaluz, una Cámara muy alejada de la agresividad del Congreso de los Diputados. Jesús Aguirre hace balance y avanza algunas de las reformas pendientes.
Ostenta un cargo con un fuerte componente institucional. ¿Echa de menos el veneno de la política?
Ha sido un año muy interesante y fructífero. He tenido que aprender muchísimo desde el punto de vista legislativo, sobre todo cuestiones relativas al reglamento de la Cámara, Estatuto de Autonomía, letrados mayores, comisiones, mociones... Tenía la jerga política pero su aplicación es mucho más complicada. Ha sido un cambio positivo, diferente, aunque sigo siendo médico y lo seré hasta que me muera.
Comienza un nuevo periodo de sesiones, esta vez sin elecciones a la vista de momento. ¿Los comicios enturbian la actividad parlamentaria?
En este último año hemos tenido tres procesos electorales. Además, nunca en la historia del Parlamento ha habido tanto cambio de parlamentarios en tan poco tiempo. Un 20% de los que iniciaron la legislatura ya no están porque han pasado a ayuntamientos, diputaciones o al Gobierno andaluz. Se han aprobado ocho proyectos de ley, como el de Atención Temprana o Función Pública. La actividad ha sido intensa.
Recientemente planteó la necesidad de reformar el reglamento de la Cámara porque «muchos artículos están obsoletos». ¿Cuáles son?
El reglamento hay que adecuarlo a la realidad. Hay que pasar del papel a las nuevas tecnologías. Hay que adecuar el voto electrónico, los tiempos de las intervenciones y el funcionamiento de los grupos parlamentarios. Durante este año ha habido alguna que otra reunión para saber qué es lo que queremos hacer y establecer un cronograma. La próxima semana tengo una reunión con los grupos en esta dirección. Espero que haya una voluntad política. El nuevo reglamento estaría operativo en la siguiente legislatura.
¿Cuál es el objetivo de esta modificación?
Ganar en agilidad. Para nosotros es muy importante el papel cero. Que todas las iniciativas sean por vía telemática. Hay que adecuar el funcionamiento de la Cámara a la digitalización. Los tiempos hay que cambiarlos porque un consejero no puede estar hablando durante 50 minutos.
Supongo que es más fácil gestionar un Parlamento con mayoría absoluta.
He estado en parlamentos con mayoría absoluta y en la oposición. En este el PP tiene mayoría suficiente, pero no veo que haya un rodillo. Los temas que se llevan a la mesa salen por consenso.
La sequía y el desafío independentista están marcando el panorama político nacional, algo que también se traslada a los parlamentos. ¿Le preocupan las posibles cesiones a los separatistas?
Cualquier tema social tiene que verse reflejado en la iniciativa parlamentaria. Si esta Cámara no es la correa de transmisión de lo que pide la sociedad civil no tiene ninguna razón de ser. Como presidente del Parlamento andaluz no hago un posicionamiento sobre los vaivenes de una negociación a nivel nacional, pero no todo vale en política. Muchas veces el fin no justifica los medios. Tenemos la Constitución, unas reglas del juego que las asumimos en la Transición y no podemos dejarlas atrás.
El Parlamento andaluz es mucho más sosegado que el Congreso, aunque también se producen momentos de tensión e incluso alguna que otra escena para llamar la atención, como cuando una diputada echó arena al escaño del presidente. ¿Qué le parecen estos episodios?
Son puntuales. En la Cámara normalmente hay una cortesía parlamentaria. Hemos pasado una época de vehemencia por las convocatorias electorales. Soy muy dialogante. Prefiero hablar con antes de hablar de, pero el principio de autoridad hay que ejercerlo. Cuando veo que alguien ha actuado de una forma no correcta le llamo al orden. Intento aplicar el sentido común.
¿Qué le parece que la creación de grupos parlamentarios se utilice como moneda de cambio en la negociación para una hipotética investidura? Lo digo por lo ocurrido en el Congreso y el trasvase de unos grupos a otros.
He estado 14 años en el Senado. Cuando a un partido le faltaba un número pequeño de miembros para constituir un grupo se hacía una cesión de uno o dos parlamentarios. Lo que no es lógico es que la cesión sea mayor que el número de parlamentarios. Sin embargo, no hay una ley escrita sobre este tema. El informe jurídico que ha pedido el presidente del Senado así lo refleja. En el Senado se está actuando con mucha más mesura, cosa que no está ocurriendo en el Congreso.
En el Congreso se hablará en Catalán, vasco y gallego. ¿Lo ve operativo?
Lo veo esperpéntico. Son lenguas que enriquecen cada una de las comunidades autónomas pero veo esperpéntico que, sabiendo que tenemos los dos el mismo idioma, busquemos un pinganillo y un traductor para entendernos. No es comprensible. Podía tener más singularidad en el Senado, que es una Cámara territorial en la que están representadas las comunidades autónomas.
El Parlamento mantiene activa la comisión de investigación de la Faffe. ¿Cree que es un instrumento útil a pesar de la renuncia de PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía?
La democracia la van marcando las mayorías. Mientras haya una mayoría de parlamentarios que a la hora de la petición que hubo de crear una comisión de investigación vote a favor más que la minoría, sigue adelante. No entro en si uno va o no va. Las conclusiones tendrán el mismo trámite parlamentario y se votarán.
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