Opinión I Méritos e infamias

Mearse en Andalucía

"La candidata que se baja del AVE después de machacar a Andalucía se instala en la calle San Vicente"

La vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero (d) y el secretario general del PSOE Andalucía, Juan Espadas (i) durante el acto. A 8 de enero de 2025. en Sevilla, Andalucía (España). La vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, presenta oficialmente su precandidatura a liderar el PSOE de Andalucía en un acto celebrado en Sevilla.
La vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero (d) y el secretario general del PSOE Andalucía, Juan Espadas (i) durante el acto. A 8 de enero de 2025. en Sevilla, Andalucía (España). La vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, presenta oficialmente su precandidatura a liderar el PSOE de Andalucía en un acto celebrado en Sevilla.Francisco J. OlmoEuropa Press

Llegó María Jesús Montero como lo hizo en su momento Juanma Moreno, montada en el dedo del líder de su partido, dejando caricato a la militancia, doblando la cerviz ante Madrid. La candidata que se baja del AVE después de machacar a Andalucía se instala en la calle San Vicente con todas las soluciones que no se les ocurrieron a los tonticos de la vieja hornada para recuperar la Junta. Qué listos somos cuando nos pasamos una temporadita en la capital, mirando las provincias como los científicos analizan microrganismos a través del microscopio.

“Mira cómo se mueven, si parece que tienen vida inteligente y todo”. Decía que a Juanma lo puso Mariano Rajoy, como a “Mariájesú” la coloca Pedro Sánchez, al frente del PP-A sin demasiada convicción y un poco con la sensación de que aquel muchacho tenía como misión estrellarse mientras se encontraba a un candidato mejor. Al final, miren cómo es la vida, el novato se ha convertido en el político andaluz popular más importante de la historia de su partido (lo siento Javier), les guste más o menos en Génova.

No creo que le suceda lo mismo a la líder socialista, la verdad. El caso, y a lo que iba, es que al final tanto numerito del 28-F, del Estatuto, de la bandera, el himno; en fin, toda la cáscara de nacionalismo de segunda que sufrimos; no sirve para nada a la hora de elegir a nuestros líderes políticos; porque en Madrid se pasan por el Arco del Postigo (que El Pali tiene en su gloria) lo que los militantes piensan y entienden que es mejor para su tierra. “A éste me lo pones allí”, y listo, que para eso los “pegacarteles” sirven para lo que sirven: para aplaudir en los mítines, comerse el bocadillo en el autobús y rebañar algún carguito cuando llegue el poder.

A veces, ni eso, pero el que se mete en política entiende, cada uno en su medida, que le debe la vida al jefe indio de turno. Por eso, esta semana, aunque se mearon encima de los socialistas andaluces, estos aplaudieron como locos a la Montero. Qué cosas.