"Méritos e infamias"

Pieles finas

"Sánchez tiene a su lado a la nueva banda para acallar conciencias independientes y defender su proyecto"

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un mitin del PSOE
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un mitin del PSOECarlos CastroEuropa Press

A Pedro Sánchez se le pone cara del malo que llega a la ciudad polvorienta sin que nadie se lo pida. Resiste el primer plano mordiendo una ramita mientras silba el viento y se toca el ala del viejo Stetson. Ante él, la banda de los disidentes socialistas, que se han cansado de tragar y quieren sacar el revólver como cuando le dieron la patada en el culo. De poco vale, Sánchez tiene a su lado a la nueva banda para acallar conciencias independientes y defender su proyecto. Se masca la tensión. Las películas de vaqueros nos enseñaron muchas cosas útiles para la vida. Desde que pedir zarzaparrilla es de flojitos hasta que no hay nada mejor que un baño con espuma. Ahora ni se les ocurra, que estamos en sequía, pero en cuanto llueva corra a la bañera. Yo soy mucho de las pieles rojas, que aparecen sobre las lomas observando desde lejos a las caravanas. Así era el western o así nos lo imaginamos, con sus tribus, tramperos y Quinto de Caballería a la carga. «¡Tatarataratarataraaaaa»!, a por ellos. Una pena que ya solo nos queden las pieles finas, que se ponen nerviosos cuando les llevas la contraria un segundo. Lo han hecho silenciando a Fernando Savater y cagándose en Page a nada de meterse con la amnistía. Angelitos, ofendidos porque les llevan la contraria. Si al menos fueran los de enfrente, los maléficos peperos, pues todavía se podría entender, pero las vacas sagradas de la progresía no. Es inaceptable, que les corten la cabeza inmediatamente. La política pistolera ya no tiene cabida y nadie se salva de la caza de brujas nutrida por el mundo «woke». Criaturitas, despertad, que se llama realidad. La banda de las pieles finas no quiere fisuras; por eso, empezando por el sur, el PSOE se rodea no ya de afines, sino de fieles que jamás le harán la camita a Espadas. Ni se les ocurre, no vaya a ser que los pasen rápido al otro bando como a Page o Savater.