Normativa

Pisos turísticos en Andalucía: regulación a la vista con el aval del sector

La Junta traslada a los ayuntamientos el control de la actividad y crea la figura del gestor, que ahonda en la profesionalización y da más garantías a propietarios y turistas

Dos turistas con sus maletas
Dos turistas con sus maletas por el centro de Málaga, la ciudad que concentra la mayor oferta de pisos turísticos de AndalucíaLa RazónLa Razón

El nuevo mapa del poder municipal –el PP gobernará las ocho capitales andaluzas, siempre que logre pactar en Jaén– despeja el horizonte del decreto sobre viviendas con fines turísticos, un texto que pretende regular una actividad que en los últimos años ha aumentado de forma exponencial en la comunidad autónoma y que ha generado tensiones en las grandes ciudades. Uno de los pilares de la norma es que habilita a los ayuntamientos para que controlen su proliferación, cuando argumenten razones de «interés general». Además, se ahonda en la profesionalización con la figura del gestor, «un paso importantísimo porque se da más garantías al propietario del inmueble, al gestor y al propio turista, además de favorecer la interlocución con la Administración», tal y como señala la Asociación de Profesionales de Viviendas y Apartamentos Turísticos de Andalucía, que valora el proceso de participación abierto por la Consejería de Turismo en torno a este decreto.

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ya avanzó algunos de estos aspectos en el Pleno del Parlamento andaluz y mostró su preocupación por la «masificación» de las viviendas turísticas, apostando por una actividad «sostenible, de calidad y menos estacional». En este sentido, avanzó que la norma da instrumentos a las entidades locales para que autoricen los usos turísticos de las viviendas, bajo la premisa del «equilibrio entre los residentes y el alojamiento». Junto a ello, lamentó que «agitar la turismofobia es lanzar un misil contra miles de familias cuyo sustento es el turismo».

La asociación, por su parte, valora que sean los ayuntamientos los que regulen la actividad, puesto que «la situación no es igual en todos los territorios». En definitiva, estas administraciones conocen su ámbito más cercano, las zonas saturadas de viviendas turísticas y los conflictos que se generan. «Nada tiene que ver una zona urbana que pueda estar más tensionada con otros lugares como Chiclana, Torrox o pueblos de Almería, por ejemplo, que en invierno cierran los hoteles y no habría forma de alojarse si no fuera por los apartamentos turísticos». No obstante, el colectivo apunta que el decreto «no es un cheque en blanco», puesto que los ayuntamientos «tendrán que justificar muy bien por qué toman determinadas medidas, con criterios de proporcionalidad y necesidad».

Tanto la Junta como la asociación recurrieron las normativas sobre este ámbito que impulsaron los ayuntamientos de Sevilla y Cádiz. En el caso de la Administración autonómica, este paso se dio a instancias de la Agencia de Defensa de la Competencia. Este proceso da un giro ahora al cambiar de color político ambos consistorios, por lo que se alinearán con el texto autonómico.

El fenómeno ha propiciado la gentrificación de los centros urbanos y genera no pocos conflictos con los residentes. Una herramienta que ayuda a crear un buen clima de convivencia son los medidores de ruido. La asociación recuerda que en julio de 2022 más de un millar de pisos turísticos de Málaga instalaron el sistema de conserje nocturno que va más allá del medidor de ruido, «incorporando el servicio profesional de una empresa que cuenta con trabajadores que pueden acudir al alojamiento 24 horas al día si la situación lo requiere». La capital de la Costa del Sol fue la tercera ciudad de España y la cuarta de Europa en instalar este novedoso sistema.

También se han puesto en marcha otras medidas, como un código de buenas prácticas suscrito con el Colegio de Administradores de Fincas de Málaga o la certificación «Werespect» que fomenta la convivencia vecinal.

Un negocio que genera 3.700 millones

El sector de los pisos turísticos generó el año pasado más de 3.700 millones de euros en Andalucía, constituyendo «un papel dinamizador fundamental del turismo y la economía de la región», según la Asociación de Profesionales de Viviendas y Apartamentos Turísticos. El 50% de todas las plazas de alojamiento de la comunidad autónoma son de esta modalidad, generando 15.100 empleos directos, 9.500 indirectos y 8.400 autoempleos. La asociación subraya el impacto positivo de esta actividad en la economía local, ya que 6 de cada 10 euros que gastan los visitantes recaen en los comercios de proximidad. El gasto medio total asciende a 2.051 euros.