Mascotas
El extraño fenómeno de los dientes de tiburón en perros: una dolencia que se cebará con tu perro pequeño
Ciertos canes pueden desarrollar una inusual doble hilera de dientes, un fenómeno que, lejos de ser una curiosidad, plantea notables desafíos para su salud bucodental
La aparición de una doble hilera de dientes en perros domésticos, un rasgo que recuerda a las estructuras dentales de los tiburones, es un fenómeno conocido como dentición decidua persistente. Este problema surge cuando los dientes de leche de un can no se desprenden de forma natural, coexistiendo en la mandíbula con los dientes definitivos, lo que genera una imagen llamativa y un riesgo considerable para el bienestar del animal.
Un reciente estudio, publicado en la revista científica Research in Veterinary Science, ha profundizado en esta cuestión, analizando una vasta base de datos de historiales clínicos de perros de diversas razas. Los hallazgos de la investigación apuntan a que este trastorno dental es particularmente frecuente en razas de tamaño reducido y, de manera menos esperada, en ejemplares con sobrepeso. Existen muchos motivos por los que los perros pueden tener enfermedades comunes, pero parece que en esta no se había recaído tanto.
El equipo de investigadores, liderado por Corrin Wallis del Waltham Petcare Science Institute en Reino Unido, examinó cerca de 2,8 millones de registros veterinarios recopilados entre los años 2010 y 2014. Para el análisis, clasificaron las razas caninas en seis grupos distintos según su peso corporal, abarcando desde perros extrapequeños, con un peso inferior a los 6,5 kilogramos, hasta razas gigantes, que superan los 40 kilogramos de peso.
El tamaño del perro importa, y mucho
Los resultados del estudio revelaron un patrón de prevalencia de calado: el 15% de los perros extrapequeños mostraron dientes de leche persistentes. Esta cifra contrasta con el porcentaje hallado en perros que superan los 15 kilogramos, donde la incidencia se sitúa por debajo del 1%.
El caso más extremo de esta condición se observó en el Yorkshire terrier, donde uno de cada cuatro individuos presentó esta doble dentición. Otras razas también notablemente afectadas incluyen el caniche toy, el bichón maltés y el chihuahueño. En el extremo opuesto de la balanza, razas como el galgo inglés registraron una prevalencia mínima, apenas un 0,1%.
Una de las hipótesis manejadas para explicar esta diferencia radica en la propia anatomía bucal. Las bocas muy pequeñas de ciertas razas podrían no ofrecer el espacio suficiente para que los dientes permanentes empujen y desplacen adecuadamente a los de leche. Además, el estudio señala que las razas braquicéfalas, caracterizadas por su hocico chato, presentan hasta tres veces más riesgo de desarrollar esta condición, lo que sugiere una combinación de factores genéticos y estructurales.
Las graves implicaciones para la salud y el curioso vínculo con el sobrepeso
Aunque la imagen de un perro con dos hileras de dientes pueda despertar curiosidad, esta condición dista de ser una particularidad sin consecuencias. La dentición decidua persistente puede provocar una mala alineación de la mordida, conocida como maloclusión, además de lesiones en los tejidos blandos de la cavidad oral, una acumulación anómala de sarro y un incremento notorio en el riesgo de desarrollar enfermedad periodontal.
Es, por tanto, un problema que requiere una detección y un tratamiento tempranos. El procedimiento habitual para abordarlo consiste en la extracción de los dientes de leche retenidos, una intervención veterinaria generalmente sencilla que se realiza cuando el animal todavía es joven. Sin embargo, no siempre se detecta a tiempo, especialmente en razas pequeñas, donde los propietarios pueden estar más habituados a bocas abarrotadas de dientes, lo que dificulta su identificación.
Un hallazgo particularmente llamativo del estudio fue la asociación entre este problema dental y el sobrepeso canino. Los perros con un peso superior al ideal mostraron un 11% más de probabilidades de desarrollar esta doble dentición. Aunque la razón exacta aún no está completamente clara, los investigadores sugieren que podría haber conexiones fisiológicas similares a las observadas en humanos, donde el exceso de grasa corporal parece influir en la velocidad de erupción dental.
Corrin Wallis y su equipo ya habían observado con anterioridad que los perros con sobrepeso son más propensos a sufrir inflamación de encías, sarro y otras enfermedades dentales. Por ello, los investigadores subrayan la importancia de un enfoque integral que incluya tanto el control del peso como las revisiones bucales periódicas. Este descubrimiento subraya la necesidad de que los cuidadores, en particular aquellos con razas pequeñas, realicen visitas regulares al veterinario durante el primer año de vida del animal, periodo crítico para el recambio dental.