Encontrar pequeñas lagartijas dentro del hogar puede parecer una sorpresa, pero para la ciencia no lo es.

Las casas ofrecen el hábitat que necesitan. Refugio, calor y abundante alimento, mucho más de lo que encontrarían en su hábitat natural. No es casualidad, sino una estrategia de supervivencia muy efectiva.

Su papel en el ecosistema doméstico

Lejos de ser plagas, las lagartijas como H. mabouia desempeñan un papel ecológico relevante en el control biológico de insectos. Su dieta incluye mosquitos, arañas y otros artrópodos atraídos por las luces nocturnas.

Al cazar estos insectos, ayudan a mantener una casa más limpia sin recurrir a pesticidas agresivos, lo que resultaría más saludable y sostenible para los habitantes.

¿Son peligrosas para los humanos?

En términos generales, estas lagartijas son inofensivas. No transmiten enfermedades ni representan peligro directo para las personas. Su interacción es mínima, suelen moverse por paredes exteriores, esquinas o cerca de luces durante la noche, y desaparecen con el día.

Además, su presencia puede indicar un ambiente naturalmente equilibrado y sano. Para quienes prefieren limitar su acceso, basta con mantener puertas y ventanas bien cerradas y eliminar fuentes de alimento accesibles.

Una especie exitosa y en ocasiones, invasora

H. mabouia ha logrado expandirse por continentes enteros. Aunque no se considera una amenaza grave para la biodiversidad, su capacidad invasiva genera cambios en comunidades ecológicas y en la dinámica de otras especies autóctonas.

Este reptil es nocturno, oportunista y territorial. Los machos defienden su espacio, mientras que las hembras pueden reproducirse dentro del entorno urbano casi sin supervisión.

¿Qué significa que entren en tu casa?

Ver una lagartija en el interior de tu hogar simboliza, al menos, dos cosas. Por un lado, que existe un nivel de insectos que atraen a estos reptiles sin que tal vez lo percibas.

Por otro, que las condiciones de temperatura y humedad en el entorno son acogedoras para ellos. En definitiva, que hay un mini ecosistema activo.

No es necesariamente motivo de alarma, si convives con ellas, puedes hacerlo de forma pacífica y beneficiosa.

Pero si prefieres mantenerlas fuera, basta con unas medidas simples como sellar huecos, reducir la iluminación nocturna y mantener la limpieza para hacer tu hogar menos atractivo para su presencia.

La presencia de lagartijas en interiores no es casual, sino el resultado de condiciones ambientales favorables unidas a la disponibilidad de alimento que ofrece el entorno humano.