
Solo dos españoles en reserva
La astronauta Sara García explica desde su 'corazón de oro' cómo ha conseguido llegar a la Agencia Espacial Europea
“Surgió esa oportunidad. Es algo que mucha gente tenemos en la recámara, pero es igual tan inaccesible que nunca te lo planteas como una profesión real", explica

La investigadora y astronauta Sara García Alonso ha sido galardonada recientemente con el premio Corazón de Oro de Believe in Art, con el que han querido destacar su gran labor divulgativa y por ser todo un exponente femenino en el sector de la investigación e inspiración para niñas, además de ser ya uno de los pocos miembros que forman parte de la exclusiva reserva de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESE)
“Surgió esa oportunidad. Es algo que mucha gente tenemos en la recámara, pero es igual tan inaccesible que nunca te lo planteas como una profesión real. Por qué, ¿cómo te conviertes en astronauta?”, se pregunta de forma retórica García Alonso en ‘Cope Aragón’, ya que desde finales del año pasado es, oficialmente, una de las pocas mujeres astronautas en el EAC tras pasar con solvencia por sus tres duros programas de formación de reserva con una duración intensiva total de dos meses, en Colonia, Alemania.
Su objetivo desde el espacio es mejorar la vida en la tierra
La bióloga explica la razón fundamental por la que está en la reserva de la Estación Espacial Internacional: “Lo más importante para mi es que, de alguna manera, mi trabajo de astronauta me permitirá elevar mi trabajo como investigadora un pasito más allá, porque respondía a esta enorme motivación de avanzar en el conocimiento, que es lo que se busca con las misiones espaciales. Hacer ciencia racional con biomedicina, y todo ello para mejorar la vida en la tierra”, explica con ilusión, pues antes de astronauta la joven es una estudiosa de la biomedicina.
Cuando la leonesa ha sido preguntada por todo lo que investigadores como ella pueden hacer desde el espacio para el avance en los ámbitos de la salud y la medicina, esto lo tiene claro: “En el espacio no hay gravedad, y cuando no la hay las propiedades de la materia cambia y los fenómenos que dominan los diferentes procesos físicos también cambian, de modo que podemos reproducir unas condiciones que no se dan en la Tierra”.
Un sinfín de posibilidades
La reconocida bióloga molecular concluye explicando que lo anterior “se traduce desde hacer nuevos materiales que no se podrían elaborar, saber cómo se comportan las células cuando no están ante esta presión, permite diseñar modelos tridimensionales que mimetizen tumores de una mañera más sencilla… Se abre un sinfín de posibilidades y ahí estamos los investigadores para intentar aprovecharlas en nuestro beneficio y avanzar en el conocimiento y generar soluciones que se puedan aplicar en la tierra”.
En la actualidad, Sara García Alonso es investigadora en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el grupo en el que trabaja tiene como reto la creación de nuevos medicamentos contra una diana terapéutica que identificaron en la mencionada entidad y que podría ayudar muy positivamente en tratamientos en cánceres de pulmón y de páncreas.
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