Reportero de guerra

Diego Ibarra, fotoperiodista maño en 'New York Times', sobre Gaza: "Todos los días se matan periodistas: ¿también son terroristas?

El zaragozano recibe el premio Periodistas de Aragón-Ciudad de Zaragoza, que dedica a los “secuestrados por Hezbolá y el estado de Israel”

Diego Ibarra, fotoperiodista en 'New York Times':
Diego Ibarra, fotoperiodista en 'New York Times': Diego Ibarra

Diego Ibarra, fotoperiodista natural de Zaragoza, está de enhorabuena. Y es que recientemente su duro y peligroso trabajo se ha visto reconocido con el prestigioso premio Periodistas de Aragón-Ciudad de Zaragoza, otorgado por la Asociación y el Colegio Profesional de Periodistas de Aragón, con la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza.

Cierto es, según él mismo sentencia para ‘El Diario’, que “los reconocimientos van y vienen, pero lo que más importa de este premio es el estímulo por seguir contando, por seguir apostando por un modelo de vida y una forma de entenderla a través de la fotografía”.

El fotógrafo de guerra, que vive principalmente en Líbano aunque en estos momentos se encuentra trabajando en Alepo, Siria, ha vivido en primera persona -con el riesgo que conlleva- momentos históricos para todo el planeta como fueron la caída y muerte de Bin Laden o, más actual, la cruenta guerra de Rusia y Ucrania.

El zaragozano trabaja para el mítico The New York Times

Ahora, Ibarra está “de cobertura con The New York Times. Empecé a trabajar con este medio en 2012 en Pakistán”, aunque no es lo único que hace. En el medio digital mencionado comparte que, también, “necesita tener su propia agenda, no me gusta fiarme solo de la actualidad; me gusta trabajar en proyectos a largo plazo” como en el que ahora está inmerso. ‘Educación secuestrada’ le está llevando “mucho tiempo invertido visibilizando esas heridas invisibles y ocultas que afectan a millones de niños. Lo he desarrollado en Pakistán, Afganistán, Nigeria, Libia, Colombia, Ucrania, Irán, Sahara…”, comparte.

Nadie mejor, entonces, que Diego Ibarra para ofrecer una visión precisa y reflexionada del gran conflicto que está deshumanizando cada día más a la sociedad mundial: el conflicto entre Gaza, Palestina e Israel. “No hay control, no hay acceso a la información, están matando a los periodistas”, explica contundente.

No existe un conflicto de Gaza, se llama genocidio

“Solo hay un control por parte del estado de Israel, solo hay una narrativa. Todos los días se matan periodistas: ¿también son terroristas? Que estemos desayunando a diario un genocidio debería dar que pensar. No hablo desde un punto de vista reaccionario, sino del derecho internacional; no soy activista, yo cuento historias sin presión política, llego hasta donde me dejan llegar, no estoy influenciado. Mi objetivo es contar las historias”, comparte.

El fotoperiodista maño, para terminar, considera importante redefinir la masacre que se está sucediendo a diario. “No existe un conflicto de Gaza, se llama genocidio, recogido en Naciones Unidas. Cuando existe la intencionalidad de borrar de la faz de la tierra a una raza por su credo, religioso o territorio, está considerado genocidio, no se está reconociendo, la Comunidad Europea debería llevarse las manos a la cabeza por no tomar medidas (...)

“Se están redibujando las fronteras, todo lo que se consiguió después de la Segunda Guerra Mundial se está yendo a pique, se está abriendo la caja de pandora y las consecuencias van a ser…”, concluye el fotógrafo que ha dedicado el premio justo a quienes “están secuestrados por Hezbolá y el estado de Israel”.