Huesca y Teruel, provincias de Aragón, se han ganado la fama de ciudades seguras y tranquilas. Una idea que se tiene incluso de sus capitales, y en la que creen sus residentes y también los miles de turistas que visitan sus zonas naturales, como el Pirineo oscense o el Matarraña turolense, buscando justo eso, la tranquilidad de sus encantadores pueblos.

Más allá de una sensación generalizada, lo cierto es que estas ‘aptitudes’ ganadas se sustentan también con contundentes datos. Y es que, por ejemplo, en ambas provincias no hay en la actualidad ningún menor ni adolescente en paradero desconocido. Una noticia que, desde luego, confirma objetivamente la seguridad y confianza que ofrecen estas zonas del territorio aragonés.

Éxito en el 100% de las desapariciones de menores

Seguramente la baja densidad de población de las ciudades de Huesca y Teruel -entre ambas no llegan a los 100.000 habitantes- sea uno de los factores más relevantes de la baja peligrosidad en sus calles, pues lo cierto es que todas las denuncias por desaparición durante 2024, según el Centro Nacional de Desaparecidos, han sido resueltas favorablemente. Sin tener que lamentar menores heridos o víctimas mortales.

Por ejemplo, de las 30 denuncias que sus progenitores o tutores legales interpusieron en las comisarías de la provincia de Teruel -uno era un menor de 12 o menos años en 2024 y el resto adolescentes de los 13 a los 17- ya no existe ninguna activa ni en investigación a junio de 2025. Todas se han resuelto con el paso de los meses.

En la provincia de Huesca, lo mismo, aunque las cifras de denuncias por desaparición durante el pasado año fueron mucho peores que las de la región turolense. Y es que en este territorio se contabilizaron hasta 98, que es el triple de las ocurridas en Teruel. Según las estadísticas del CNDES, seis eran menores de 12 o menos años, y el resto (92) tenían entre 13 y 17 años.

La suerte o, más probablemente, el hecho de que muchas de estas desapariciones hayan sido voluntarias -muchos menores se rebelan contra sus progenitores de esta angustiosa forma para su círculo más cercano- es una de las razones principales por las que, antes o después, regresan a sus casas o los investigadores les acaban encontrando sanos y a salvo.

Zaragoza acumula varios menores en paradero desconocido

Uno de los muchos casos registrados en 2024 fue el de Chamena G.G, la adolescente de 16 años que se esfumó justo dos días antes de Año Nuevo. Solo unas jornadas más tarde, aunque ya en 2025, su ficha ya había desaparecido de la web del Centro Nacional de Desaparecidos. Según publicó ‘Heraldo de Aragón’ el cinco de enero, la menor fue finalmente encontrada en buen estado y cerca de la zona de su pueblo.

Un absoluto éxito en la resolución de desapariciones de menores que, desgraciadamente, no pueden celebrar de la misma manera en la tercera provincia y más grande de Aragón: Zaragoza. Aunque muchas de las desapariciones han sido rápidamente resueltas y se han quedado solo en un susto, de los casi 450 casos abiertos en 2024 todavía muchos siguen sin resolver. Djamila Ferdous B., de 14 años, o Sonia Hernández Montes, de 16, son solo dos.