“Hoy, ciertamente, el tono de esta misa es triste, pues celebramos el funeral de una persona muy querida: el papa Francisco. Y esta celebración nos permite, en primer lugar, expresar y compartir nuestro dolor, para que no se nos atragante y no llegue a enfermarnos el alma y el cuerpo”, ha expresado don José Antonio Satué, el Obispo de Teruel y Albarracín durante su sentida homilía de este pasado sábado en la Catedral de la capital turolense.

Decenas de feligreses, sacerdotes y religiosos de dicha diócesis se dieron cita en una misa exequial en memoria del papa Francisco, fallecido por un ictus el lunes 21 a los 88 años. Al acto religioso, presidido por el Obispo de Teruel y Albarracín, don José Antonio Satué, acudieron personalidades tan relevantes en la provincia como son la alcaldesa de Teruel, Emma Buj; el subdelegado del Gobierno en Teruel, Enrique Gómez o el presidente de la Diputación Provincial de Teruel, Joaquín Juste. La Polifónica Turolense junto al órgano hicieron la música en la ceremonia.

La homilía ha destacado los gestos de amor del Papa Francisco

La homilía, marcada por la profunda admiración y la reflexión de la vida y legado del santo padre, ha destacado el sólido compromiso y dedicación del pontífice argentino con muchas personas mediante gestos sencillos y llenos de amor, como llamadas telefónicas, cartas escritas con su propio puño y letra y otros detalles que han llegado a miles de corazones en todo el planeta. Por otro lado, reseñó lo importante que es que el máximo jefe de la Iglesia Católica transmita confianza entre sus millones de fieles, algo que considera que sí consiguió sin ,ugar a dudas Jorge Mario Bergoglio.

El Obispo de Teruel y Albarracín también ha querido recordar a los muchos presentes que su vida no estuvo en sus manos, sino en las de Dios, razón única por la que Francisco siempre estaba alegre y de buen humor, incluso en los momentos más difíciles. Además, les invitó a reflexionar sobre lo que había significado para cada uno de ellos. Un ejercicio muy personal que Satué quiso compartir con todos: para él, a través del papa Francisco, “Dios ha grabado en mi corazón dos palabras: cuidado y confianza”.

Con opiniones sobre el legado del papa

La misa por el Papa en Teruel ha sido también un momento para recordar que la muerte no es lo último, sino una transición a la vida eterna junto a Dios, como explica el pasaje de la resurrección en la Biblia. Así pues, el clérigo animó a todos a abrirse a la experiencia del Resucitado, presente siempre en todos y en los gestos de amor y generosidad que hacemos en el día a día.

Al término de la misa, algunos de los asistentes compartieron su opinión sobre la trayectoria del papa, basada en el amor y sencillez. Un acto de esperanza, fe y memoria en homenaje a un líder que, claramente, ha dejado una huella imborrable en la historia de la Iglesia católica en todo el mundo.