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Responsable de la División de Ciudades, Políticas Urbanas y Desarrollo Sostenible de la OCDE y miembro del Consejo de Estrategia y Supervisión de Fundación Aquae

Aziza Akhmouch , Responsable de la División de Ciudades, Políticas Urbanas y Desarrollo Sostenible de la OCDE y miembro del Consejo de Estrategia y Supervisión de Fundación Aquae/J. Fdez.-Largo
Aziza Akhmouch , Responsable de la División de Ciudades, Políticas Urbanas y Desarrollo Sostenible de la OCDE y miembro del Consejo de Estrategia y Supervisión de Fundación Aquae/J. Fdez.-Largolarazon

-Esto de la gobernanza se introdujo en la OCDE como complemento a los temas financieros, pero ¿de qué se trata?

-Tiene que ver con quién va a pagar qué; quién hace qué y cómo. Si en un país el usuario doméstico paga el 90% del coste del sector y subsidia a los agricultores y a los industriales es una elección política pero tiene que saberse. La implementación del principio económico tiene que incluir la protección ambiental, la inclusión social, las dinámicas económicas.

-Se han presentado los primeros resultados respecto a estos temas, ¿en qué hemos avanzado?

-Se está involucrando bien a las partes interesadas y fortaleciendo a las administraciones públicas. También está mejor catalizada la financiación, debido a la crisis económica y a la necesidad de los gobiernos de pensar cómo quieren pagar las infraestructuras.

-¿Y los temas pendientes?

-Lo que tiene que ver con la asignación de responsabilidades; muchos países están pasando por reformas territoriales, que han generado desafíos para saber quién está a cargo de qué. Por otro lado, hay que prestar atención a la manera en que el agua se combina con la agricultura o la electricidad.

-¿Hay que dejar de pensar en el agua como recurso territorial?

-En realidad es un recurso sumamente local porque se desprende de una cuenca, un río... pero tiene implicaciones para todo un país o varios. La idea no es tanto no tener políticas territoriales, porque sigue siendo importante el rol de las ciudades y de los países aún en un contexto de globalización. Es utópico pensar que se puede solucionar ese problema con una ley uniforme, sobre todo en países descentralizados. Hay que encontrar soluciones adaptadas.

-Entonces, ¿dónde está la clave?

-Hace falta elevar el tema del agua más allá de las dinámicas sectoriales y enmarcar las políticas dentro del desarrollo económico sostenible. Si se sigue considerando como un tema para los agricultores o usuario domésticos o para la energía y se toman políticas en cada sector sin coordinación no se garantiza que haya suficiente agua de buena calidad en el futuro. También hay que tener capacidad para resolver conflictos que van a surgir en un contexto con diferentes usuarios de recursos hídricos. Son muy necesarias iniciativas sectoriales ambiciosas para fomentar la eficiencia. En México sólo el 10% de los subsidios de agua para la agricultura van a las personas que los necesitan. Los subsidios no van a resolver la pobreza.

-¿Hay que acabar con ellos?

-Pagar el agua es una manera de concienciar al usuario, incluso al agricultor, de que es un recurso escaso. Las tarifas son esenciales para fomentar un uso racional. Es mejor tener medidas de acompañamiento específicas para grupos vulnerables. Si cae el agua del cielo, nadie tiene incentivo para usarla racionalmente.

-¿Qué más se puede hacer?

-Trabajar sobre la oferta y la demanda. En la mayoría de los países de la OCDE ya no hace falta construir obras hidráulicas para llevar agua de un punto a otro. Ahora es mejor llevar a la gente donde están los recursos. Además, se puede incentivar para tener técnicas más eficientes.

-¿Cuál es el mayor problema de los países de la OCDE en esto del agua?

-En temas de desarrollo urbano el mayor desafío, tanto en la OCDE como en los países emergentes, es el mantenimiento de las infraestructuras. Los que se creen que hoy tienen cobertura universal y no prestan atención dentro de 20 años no la van a tener más, porque hay un montón de problemas de adecuación. Muchas fueron construidas cien años atrás con impuestos y hoy muchas economías tienen problemas de productividad, por lo que también ha de cambiar el modelo de negocio.

-¿Tiene que desaparecer del esquema el binomio agua y energía?

-La energía es un usuario muy importante del sector pero, por otro lado, hay países que dependen sumamente de la energía hidroeléctrica. Cada vez se usa más energía renovables pero no se puede de un día para otro cambiar los ejes productivos de los países, aunque tiene que haber voluntad.

-¿Aumentar las tarifas es necesario?

-Actualmente el usuario doméstico es quien está asumiendo la mayor parte de los costes; éstos van a aumentar en el futuro y no sé cuál va a ser la capacidad de cada parte para asumirlos. Hay una mayor concienciación en la industria, pero con la agricultura hay un desafío importante. Quizá haya que poner medidas de acompañamiento pero subsidiar a un sector entero no es bueno.

-¿En qué falla España?

-Por ejemplo la discusión sobre las desaladoras; hay que pensar cómo hacer para no construir infraestructuras sobredimensionadas que luego no se utilicen, o si existen soluciones que no tengan tanto impacto a nivel ambiental ni de consumo energético. Otro tema es el de la regulación y la prestación de servicios público y privado. Hay muchas opciones y no necesariamente tienen que estar concentradas en un ente. A veces la discusión de España ese centra en la forma de la regulación en detrimento del contenido.