Barcelona
Recarga exprés en el tiempo de descanso
Barcelona estrenará en dos meses los primeros autobuses eléctricos articulados de Europa. El sistema instalado por Endesa permite recargar la batería de los autobuses al 80% en sólo cinco minutos, aprovechando así. las paradas de los conductores
Barcelona estrenará en dos meses los primeros autobuses eléctricos articulados de Europa
En dos meses dos autobuses de Barcelona podrán funcionar las 24 horas sin tener que parar para repostar si así se decidiera. Endesa ha puesto en marcha el primer sistema de carga ultrarrápida para los autobuses eléctricos de la Ciudad Condal que permite recargar su batería al 80 por ciento en sólo cinco minutos, lo que permite aprovechar el tiempo de descanso de los conductores sin alterar los horarios de la ruta. Y es que los dos autobuses que empezarán a rodar por la ciudad son «los primeros autobuses articulados 100% eléctricos; el resto o son más pequeños o son híbridos», explica Lourdes García Duarte, responsable de innovación en movilidad eléctrica de Endesa. Miden 18 metros, por lo que tienen capacidad para transportar a entre 80 y 100 pasajeros. Las dos primeras unidades harán la línea H16 que va desde la zona del Fórum de Barcelona a la Zona Franca. Aunque el objetivo a largo plazo es dotar de mayor peso a este tipo de transporte público.
El funcionamiento es aparentemente muy sencillo. El sistema cuenta con el cargador, un pilar de unos cinco metros de altura, con una apariencia similar a una farola, y el pantógrafo, un brazo mecánico retráctil instalado en el techo del autobús que se despliega hasta unirse a la campana del pilar. Para la regarga, el pantógrafo ha de estar situado en una parada terminal de la línea para aprovechar los descansos de los conductores. En este caso se ha puesto al final de la línea, aunque «ya hemos vendido otro pantógrafo para el otro extremo de la línea», avanza García Duarte.
Cómo funciona
Una vez que el conductor «posiciona el autobús debajo del pilar, automáticamente se levanta el pantógrafo del techo del autobús y conecta el pilar. Ahí empieza el proceso de carga por cable. Y es que cuando se conectan se enchufan, dado que hay un cable que baja por el pilar y a va a la estación de centro de transformación. Para ello, el autobús tiene dos sensores en el techo, uno es un sensor de aproximación que avisa al conductor de que se está acercando y el otro le informa de que está bien aparcado, así como un sensor en el pilar», detalla la experta.
Transcurridos cinco minutos, la batería del autobús está recargada al 80 por ciento sin interferir en el horario de la línea. Durante este tiempo los pasajeros podrán tanto subir como bajar con total seguridad del vehículo.
«Al 100% se haría en dos horas, pero no lo hacemos en el pantógrafo sino en la cochera, donde tenemos un equipo de regarga de menor potencia», precisa García Duarte.
A priori la única pega parece la autonomía, y es que tienen «unos 30 kilómetros cuando están al 100% de batería». No obstante, como detalla la experta de Endesa, «la línea tiene 12 kilómetros y como hace recorridos de inicio a final de línea carga y recupera lo que ha utilizado». De modo que el autobús no se quedará sin batería. Así el autobús circulará con la batería entre el 40 y el 80 por ciento.
Aunque por el momento sólo se ha implantado en Barcelona, lo cierto es que la compañía ya ha explicado el sistema en Baleares, Canarias, Comunidad de Madrid, Andalucía y Aragón, entre otras regiones.
Este proyecto forma parte del proyecto ZeEUS (Zero Emission Urban Bus System o sistema de autobús urbano cero emisiones). Y es que el autobús eléctrico supone cero emisiones directas y un 89 por ciento de reducción de la huella de carbono frente al autobús diésel convencional, precisan desde Endesa, la única eléctrica española y una de las dos representantes del sector eléctrico europeo que forman parte del consorcio del proyecto, una iniciativa cuyo objetivo es demostrar la viabilidad económica, ambiental y social de los autobuses eléctricos urbanos.
El proyecto ZeEUS, que comenzó en el año 2014, cuenta con un presupuesto total de 22,2 millones de euros y está respaldado por el Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico. Su duración prevista es de tres años y medio, por lo que a a mediados del próximo año concluirá dejando ocho demostraciones de que lo enchufable no es el futuro, sino el presente. En concreto, se está trabajando con autobuses puramente eléctricos en Barcelona, Bonn, Plzen, Muenster y en Italia. Además, en Londres, Glasgow y Estocolmo se está investigando con vehículos híbridos.
La electrificación del transporte público es una tendencia en auge en la Unión Europea dadas sus numerosas ventajas económicas y medioambientales, como la mejora de la calidad del aire y los menores niveles de contaminación acústica, entre otros. Barcelona es la segunda ciudad europea donde se está instalando este modo de carga ultrarrápida, tras el proyecto piloto de Hamburgo, con la diferencia de que los autobuses de Hamburgo «son de 12 metros», recuerda la responsable de innovación en movilidad eléctrica de Endesa.
La circulación de vehículos de combustión genera el 40 por ciento de las emisiones del dióxido de carbono (CO2) y del 70 por ciento del resto de contaminantes. Por cada autobús eléctrico, se reducen las emisiones anuales de CO2 en 88 toneladas y se ahorran 33.000 litros de combustible, según datos del Grupo Irizar, fabricante europeo de autobuses.
Y estos modelos eléctricos permiten acercar el objetivo de «aire limpio» que ya se han marcado varias ciudades europeas, como París, Londres y Ámsterdam, donde además del cierre progresivo al tráfico de los vehículos más contaminantes se pretende impulsar el transporte público cero emisiones. El sistema de recarga ultrarrápida es una opción para lograr dicho objetivo; otro, es el proyecto de Victoria para crear el primer carril de carga eléctrica por inducción dinámica.
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