Hospitales

El doctor cuelga la bata que nunca se puso

Juan Casado, un referente en el Hospital Niño Jesús de Madrid, se jubila a su pesar. «No tiene sentido. Ahora es cuando empiezo a saber de Medicina»

El doctor Casado se reúne cada mañana a primera hora con los médicos de la Unidad de Cuidados Intensivos para analizar los casos
El doctor Casado se reúne cada mañana a primera hora con los médicos de la Unidad de Cuidados Intensivos para analizar los casoslarazon

Juan Casado, un referente en el Hospital Niño Jesús de Madrid, se jubila a su pesar. «No tiene sentido. Ahora es cuando empiezo a saber de Medicina»

Cada día madruga. Mucho. Sabe que va a ser otro día dedicado a su hobbie, a lo que más le gusta: ser médico. El doctor Juan Casado, jefe de servicio de Pediatría y de la Unidad de Cuidados Intensivos pediátricos del Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid, llegó al centro en 1977 –hace 38 años– y el próximo 31 de agosto tendrá que colgar su bata, esa que nunca ha utilizado. «No la uso porque considero que no sirven para nada. A los microbios sólo los paras lavándote las manos», insiste. Esta forma de percibir la Medicina es la que ha contribuido a humanizar su profesión. «Cuando me acerco a un niño le digo que no soy médico, sino curandero» y esa cercanía les ayuda a recuperarse. «Tenemos que evitar que los niños se depriman, ya no es necesario que lo pasen mal que tengan dolores. Hoy tenemos tecnología para evitarlo».

El próximo mes de septiembre cuando Juan Casado entre por la puerta del hospital lo hará como asistente voluntario. Reniega de la jubilación. «Los que no quieren retirarse tienen derecho a seguir aportando sus conocimientos y su pasión», explica mientras suena de fondo una sintonía de música clásica. Ese sonido nunca desaparece de su despacho. Lo que sí se va esfumando es su biblioteca. «La estoy vaciando para la doctora Serrano». Su sustituta en el servicio. Él, por si cabía alguna duda, tiene claro que su vida profesional no termina el último día de agosto. «No tiene sentido. Ahora es cuando estoy empezando a saber de Medicina, cuando he alcanzado la madurez suficiente para valorar mejor los diagnósticos y transmitírselo a los más jóvenes. No trabajo por dependencia, sino porque me gusta».

De estos casi cuarenta años con el estetoscopio alrededor del cuello, «me llevo las sonrisas de los niños», a lo que también inculca la necesidad de incorporar el ejercicio físico en sus rutinas diarias porque «no todo se cura con medicinas, la palabra también es importante». Él, hace cinco años, promovió una de las primeras carreras populares de Madrid, «Corre por el niño», en la que él seguirá participando. «Siempre sospeché que iba a funcionar», reconoce risueño. La idea surgió no sólo de la afición del doctor Casado por el deporte –el día previo a esta entrevista recorrió 80 kilómetros en bicicleta– sino porque «el ejercicio es una necesidad. Muchos padres no lo hacían y han comenzado gracias a esta carrera». Es su forma de divulgar un modelo de vida saludable que se puede hacer en familia y, además, «obtenemos recursos para proyectos de investigación». Al doctor le preocupa especialmente la epidemia de obesidad que se extiende por todos los países desarrollados. «Los niños que hacen deporte no llevan una vida sedentaria y comen menos porque los que se pasan todo el día viendo la televisión tienen más ansiedad y comen, como los adultos, más de lo que necesitan. Es su forma de liberar su depresión». Porque «lo niños también se deprimen», insiste.

Sin duda, una de las mayores preocupaciones de muchos pediatras, y también de este facultativo es el movimiento antivacuna. «Han pasado muchas familias contrarias a vacunar por mi consulta y nunca las he conseguido convencer. Es como su religión. No existe ciencia detrás se sus ideas, es pura charlatanería». Se indigna al pensar que hay médicos que apoyen estas creencias. «Está basado en la medicina naturista. Creen que las enfermedades es mejor pasarlas, pero están completamente confundidos. No se puede pasar la polio, la meningitis o la difteria de manera natural, como le ha ocurrido al niño de Barcelona». Por ello, el doctor, uno de los primeros en implantar protocolos en los hospitales contra el maltrato infantil, tiene claro que «no vacunar será considerado por la Medicina y por la Justicia un tipo de maltrato por negligencia grave. Es como si dejaras a tu hijo al borde del precipicio sin ningún tipo de protección».

Son muchos los recuerdos que vinculan a Casado con el Hospital Niño Jesús. Por ello, no sorprende que le paren por los pasillos a cada paso. «¡No se vaya doctor!».