Cataluña
«En Europa occidental, España es de los países más afectados por la tuberculosis»
Joan Caylá / Jefe del Servicio de epidemología de la agencia de salud pública de Barcelona e impulsor del taller internacional de tuberculosis
– ¿Qué es la tuberculosis?
– Es una enfermedad infecciosa crónica, cuyo tratamiento dura seis meses, en el mejor de los casos, y esto hace que algunos pacientes poco motivados por su salud puedan abandonarlo.
- ¿Qué incidencia tiene?
– En Barcelona en el último año detectamos 300 casos nuevos, eso es una incidencia de 18,6 por 100 mil habitantes. A nivel de Cataluña se han notificado más de 1.200 casos y a nivel de España, más de 5.000 casos. A estos 5 mil habría que añadir los infectados que tendrían la tuberculosis latente, un 2 por ciento desarrolla la enfermedad en los dos primeros años y un 10 a lo lago de toda su vida, y hay que pensar que por cada caso habría dos infectados, por lo que hablamos de mínimo 10 mil.
– ¿Comparativamente con el resto del mundo, los niveles de infección de tuberculosis aquí son elevados?
– En el contexto de la Europa occidental, España es de los países más afectados; sólo superado por Portugal. Y es que nuestro nivel socio-económico y sanitario ha sido siempre más bajo y en España no ha habido un programa de control de la tuberculosis que sea muy efectivo. En otros países también cercanos como Marruecos, la incidencia es casi el triple, que la que hay en España. Lo mismo pasa con países del África Subsahariana, América Latina o determinados países asiáticos. Además, lo que se está viendo es que cuando hay mucha infección de VIH, como en África del Sur, la incidencia es muy alta.
– ¿Cómo se contrae?
– Por vía respiratoria. Un paciente que tiene tuberculosis activa, al toser, al hablar, al cantar... expulsa partículas de saliva que contienen bacilos de la tuberculosis. Un contacto cercano al inspirar hace que estos bacilos lleguen al pulmón y se produce la infección.
– ¿En qué consiste la enfermedad? ¿Cuáles son sus síntomas?
– Si una persona desarrolla sólo una infección latente lo podremos ver porque tiene la tuberculina positiva o con pruebas de Igra, pruebas en sangre que darían positivas. Si además tiene tuberculosis activa, entonces lo normal es que experimente una cierta pérdida de peso, febrícula, expectoración de más de 15 días, a veces expulsando sangre... Y sin tratamiento, el paciente puede morir.
– ¿Existe un perfil de persona o entorno en el que sea más fácil contraer la enfemedad?
– Todo el mundo está sujeto a esta infección. Sí es verdad que afecta más a poblaciones que tienen factores de riesgo: tabaquismo, infeccción por VIH, la diabetes, alcoholismo, indigentes, en prisiones debido al acinamiento... Las condiciones socio-económicas son también importantes: si la persona come mal, el tipo de vivienda...
– ¿Y cómo afecta la inmigración?
– A partir del año 2000, lo que se ha visto es que hay un porcentaje de casos que se dan en gente que ha venido de otros países por motivos económicos, que casi siempre vienen de países más pobres y con más infección de tuberculosis. Éste es un patrón que en España no se conocía hasta el 2000 y es el patrón que tienen en otros países de la Europa occidental, que tienen muy poca tuberculosis pero la mitad de los casos o más se dan en gente que procede de estos otros países. Por ello, para un buen control de la es importante tratar a todo el mundo, tenga tarjeta sanitaria o no.
– ¿Es curable la tuberculosis? Y si es así, ¿por qué aún no se ha podido controlar?
-Sí. Los casos iniciales que no presenten resistencia farmacológicas han de cumplir un buen tratamiento que dura seis meses y tienen que curarse. Un primer problema para controlar la enfermedad es que siempre hay algún paciente que no cumple el tratamiento, por eso es bueno que haya tratamientos directamente observados en el caso de pacientes con factores perdictores de abandonarlo; otros factores son el retraso diagnóstico y la complejidad del estudio de contactos. Así, los programas de control han de tener estrategias que permitan esto. En España se hizo un plan para el control y prevención en 2007, pero no se ha llevado a cabo.
–¿En qué consiste el tratamiento?
– En Europa, es el mismo desde hace 40 años, el cual se basa en cuatro fármacos diferentes para controlar que no haya resistencias. Se da en dosis fijas medicamentosas, es decir que en la misma pastilla están los cuatro fármacos. Así, los dos primeros meses hay que tomar cinco pastillas y continuar con dos pastillas cuatro meses más. Hay personas que presentan resistencia a los dos fármacos principales y en este caso el tratamiento dura más ya que han de tomar fármacos de segunda línea.
–Esta semana celebran el Taller Internacional de Tuberculosis. ¿Sobre qué se hablará?
-Se hablará de muchos temas como la posibilidad de eliminar la tuberculosis; el VIH y la tuberculosis; los tratamientos para los resistentes a los fármacos; sobre ensayos clínicos como los resultados sobre una nueva tuberculina; la tuberculosis en pediatría, ya que tratar bien a un niño es clave para su salud futura; o la relación entre tuberculosis y crisis económica.
–¿Y cómo afecta la crisis?
-En Barcelona afecta un poco. Por un lado, los inmigrantes han dejado de venir, con lo que dejamos de ver tuberculosis en estos recién llegados. Por otro, ha habido incrementos discretos de la incidencia en barrios con nivel socio-económico bajo y con mayor prevalencia de inmigrantes.
–¿Hacia dónde va la investigación?
-Se están haciendo ensayos clínicos sobre los tratamientos pero el problema es que se necesita un número de pacientes muy alto, por lo que no habrá resultados hasta de aquí varios años. Por ello, hay que profundizar en los planes de control de la tuberculosis, asumiendo que a medio y corto plazo no dispondremos de una vacuna muy eficaz.
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