Investigación científica
La capacidad «antirrechazo» de la placenta, clave para desarrollar cáncer
Un reciente estudio explica la hipótesis por la que las células cancerígenas consiguen escapar de las defensas naturales del organismo, al imitar la forma de actuar de la placenta de una mujer para evitar el rechazo del feto por parte de su cuerpo
Un reciente estudio explica la hipótesis por la que las células cancerígenas consiguen escapar de las defensas naturales del organismo, al imitar la forma de actuar de la placenta de una mujer para evitar el rechazo del feto por parte de su cuerpo
Cualquier granito de arena es un buen ingrediente para lograr la ansiada montaña de la curación del cáncer. La investigación de hoy en día es la clave para atajar esta enfermedad en el futuro. Buena prueba de ello es el estudio publicado recientemente en la revista «Oncotarget», que explica una hipótesis sobre cómo las células tumorales consiguen escapar de los mecanismos naturales de vigilancia inmunológica.
El estudio identifica por primera vez el patrón de los genes que se expresan imitando a la placenta para evitar el rechazo y que podrían ser responsables de silenciar el sistema de vigilancia, burlando así el sistema inmunitario de la mujer. En concreto, el trabajo se ha centrado en el estudio de seis tejidos biológicos distintos de una misma paciente, embarazada, que desarrolló un cáncer de mama al final de su gestación. Así, del punto de partida se ha llegado al hallazgo, pues la investigación partió de la propuesta de que el gran paradigma de los mecanismos de burla del sistema inmunológico es el embarazo, vehiculado a través de su órgano específico: la placenta.
Estudio genómico
En un embarazo existe un ser extraño (el feto) creciendo en el interior del cuerpo de la madre. Este feto está formado a partir de tejido biológico extraño procedente genéticamente del padre, o incluso del padre y de otra mujer que no es la madre gestante en algunas técnicas de reproducción asistida. La placenta se encarga de hacer de barrera entre los diferentes sistemas inmunológicos para permitir la tolerancia materno-fetal. Así se asegura que la madre gestante no rechace inmunológicamente al embrión.
Con esta idea, y gracias a la posibilidad de disponer de varios tejidos biológicos procedentes de diferentes órganos de una misma paciente (placenta, tejido mamario tumoral, tejido mamario normal, ganglio normal, ganglio metastásico y decidua –tejido endometrial fijado a la placenta–), se inició un estudio genómico para identificar qué genes de la regulación inmunológica estaban presentes en la placenta de la paciente para permitir esta tolerancia inmunológica materno-fetal.
El estudio ha detectado varias decenas de genes que no sólo se hallaron en la placenta, sino que se encontraron en los tejidos tumorales, y se postula que son responsables de la burla de los mecanismos naturales de vigilancia inmunológica, al ver cómo se pueden expresar en las células cancerosas e incluso en el microambiente asociado ectópicamente (es decir, fuera del lugar y el momento apropiados fisiológicamente). «El estudio ha identificado varias decenas de genes de regulación inmunológica que hemos descubierto que están sobreexpresados en las células cancerosas, imitando a las células de la placenta, y otra lista relativamente larga de genes inmunorreguladores que las células cancerosas logran silenciar de forma análoga a la placenta para evitar el rechazo», explica Bronchud, oncólogo del Instituto Oncológico Equipo Dr. Bellmunt y responsable de este estudio junto a un grupo de profesionales del Hospital Universitario Dexeus Quirónsalud.
La combinación de la expresión o silenciación de estos genes puede contribuir al escape inmunológico del cáncer y puede ser un determinante fundamental del desarrollo clínico del tumor. «Todos en nuestra vida acumulamos mutaciones potencialmente carcinógenas en nuestro cuerpo, pero no todos desarrollamos un cáncer porque nuestro sistema inmunológico quizá consiga detectar y eliminar a tiempo las células ‘‘malignas o premalignas’’, excepto las que ya han ‘‘aprendido’’ a utilizar los ‘‘viejos trucos de la placenta’’ para eludir el control inmunológico y que acaban desarrollando un cáncer y sus metástasis», detalla Bronchud.
Tecnología adecuada
Estos datos son en principio extrapolables a todos los pacientes, aunque, lógicamente, habrá que hacer más estudios confirmatorios. Este mecanismo no es único ni de la mujer, ni del cáncer de mama, ni del embarazo. «A pesar de que hemos necesitado que confluyeran todos estos factores juntos para demostrar la hipótesis, los mecanismos son universales de todos los pacientes y de todos los tumores», explica Bronchud, y prosigue: «porque todas las células de los mamíferos tienen, en teoría, programas genéticos de control inmunológico asociados al potencial de tolerancia materno-fetal de la placenta, y tanto los hombres como las mujeres comparten cromosomas, incluyendo el sexual X».
El estudio se ha podido llevar a cabo a propósito de un caso excepcional, y con la ventaja que supone para estos especialistas trabajar en un mismo centro y de forma coordinada. Hace 14 años una paciente del centro Salud de la Mujer Dexeus desarrolló un cáncer de mama justo en la semana 39 de su embarazo, lo que motivó que pusiera fin a la gestación para ser operada. Además, su tejido placentario estaba fusionado entre las fibras uterinas, lo que obligó a la extraer el útero. A día de hoy, ella y su hijo están en perfectas condiciones. Pero lo excepcional del caso hizo que el doctor Francesc Tresserra, el patólogo que estudió y analizó el caso, hoy jefe del Servicio de Anatomía Patológica y Citología y responsable de I+D del Servicio de Ginecología de Salud de la Mujer Dexeus, preservara las muestras.
A día de hoy existe tecnología pionera que permite estos análisis genómicos, que hace años no eran posibles. «Llevaba tiempo tratando de confirmar esta hipótesis. He necesitado la confluencia de la tecnología necesaria y encontrar el caso perfecto para dar respuesta a lo que aventuro que será un antes y un después en el conocimiento de los mecanismos de escape inmunológico del cáncer. Hace falta sumar estudios genómicos de muchos pacientes para poder ir pasando filtros a los hallazgos genómicos hasta encontrar aquellos genes que realmente son claves en el desarrollo de estos mecanismos, para poder interceptarlos y bloquearlos», concluye Bronchud.
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