Cirugía

La cirugía da respuesta a la artritis reumatoide

Reducir el dolor, lograr una recuperación máxima de la movilidad y mejorar la estética son los objetivos del abordaje quirúrgico de la mano y que consiste en la sustitución de la parte de la articulación dañada por una prótesis de silicona con un alto grado de resistencia

Imágenes en las que se puede apreciar la diferencia entre una mano operada (la de la derecha) y otra que no (la de la izquierda) y en las que se ve que la capacidad de extensión de los dedos es nula en la no operada así como la deformidad
Imágenes en las que se puede apreciar la diferencia entre una mano operada (la de la derecha) y otra que no (la de la izquierda) y en las que se ve que la capacidad de extensión de los dedos es nula en la no operada así como la deformidadlarazon

Reducir el dolor, lograr una recuperación máxima de la movilidad y mejorar la estética son los objetivos del abordaje quirúrgico de la mano y que consiste en la sustitución de la parte de la articulación dañada por una prótesis de silicona con un alto grado de resistencia

La artritis reumatoide es una enfermedad reumática que causa inflamación en las articulaciones originando hinchazón, dolor y, con el tiempo, puede producir una característica deformidad en las manos que, además, reduce la capacidad funcional. Esta patología causa daños en los cartílagos, huesos, tendones y ligamentos de las articulaciones.

Más de 230.000 personas padecen esta enfermedad en España, de los cuales aproximadamente el 10% no responde a los tratamientos disponibles ni a las terapias existentes y, según la Sociedad Española de Reumatología, cada año se diagnostican en torno a 20.000 nuevos casos y el coste anual de los pacientes con esta enfermedad supera los mil millones de euros.

Las articulaciones pequeñas de la mano, dedos y carpo, son las partes a las que más frecuentemente afecta la artritis reumatoide, originando deformidades que generan un altísimo impacto tanto funcional como estético. Los síntomas más comunes asociados a la artritis reumatoide en la mano son el dolor, la aparición de deformidades características llamada ‘ráfaga cubital’ y la rotura de tendones.

Como explica Francisco del Piñal –director del Instituto Dr. Piñal y Asociados de Madrid y Santander, y del Hospital La Luz de Madrid– lo que sucede es que el organismo no reconoce una parte de sus propias articulaciones; las considera un elemento extraño, y ataca y destruye progresivamente a sus propias células y tejidos sanos.

«Todos los pacientes reumáticos requieren terapias específicas por el especialista en Reumatología. Ellos son la clave de esta enfermedad, los que la entienden y los que la controlan. Las terapias que se llaman “biológicas” han evolucionado el curso de muchos de estos procesos en los últimos años. Lo que ocurre es que en algunos casos la enfermedad ataca alguna articulación y la destruye, a pesar de un buen tratamiento del reumatólogo. La cirugía lo que hace es corregir o prevenir deformidades en estos casos», explica este reconocido cirujano de la mano.

Por ello, y aunque el futuro de una persona diagnosticada hoy con artritis reumatoide es mucho mejor que hace una década, «hay casos resistentes a medicación que se benefician tremendamente de un abordaje quirúrgico global», asegura Del Piñal.

Excelentes resultados

Así, existen diversos métodos quirúrgicos para retirar el tejido inflamado, reemplazar las articulaciones dañadas o corregir deformidades: «El abordaje quirúrgico consiste en la eliminación de la parte de la articulación dañada y, posteriormente, se coloca una prótesis de silicona, con un alto grado de resistencia y durabilidad, insertándolo como un elemento de reemplazo», continúa el experto.

El procedimiento es normalmente ambulatorio, con anestesia loco-regional con sedación, y dura entre tres y cuatro horas (dependiendo del resto de manifestaciones de la artritis), a lo que hay que sumarle seis semanas de inmovilización postoperatoria.

El objetivo fundamental para el doctor Del Piñal es «disminuir el dolor, obtener una recuperación máxima de la movilidad y, aunque secundario, mejorar la estética de la mano». Y los resultados, cuatro meses después –como puede apreciarse en las imágenes– son extraordinarios.

La patología debe abordarse globalmente, teniendo en cuenta que muchas veces es necesario actuar sobre la muñeca, el codo o el hombro, ya que todas esas articulaciones impactan en la función de la mano.

Por último, una vez finalizada la intervención, es también de vital importancia realizar una correcta rehabilitación. «La rehabilitación y los ejercicios postoperatorios son claves para un buen resultado. No obstante, en la mayoría de los casos son los propios enfermos quienes tiene que hacer los ejercicios prescritos en su domicilio», concluye el doctor Del Piñal.