Prevención
Nuevas dianas terapéuticas frente al hígado graso
La esteatosis afecta a uno de cada cinco españoles y no tiene cura. Por primera vez, científicos españoles descubren la capacidad de dos proteínas que regulan la cantidad de grasa que acumula el hígado, lo que supone un gran avance hacia un futuro tratamiento farmacológico
La esteatosis afecta a uno de cada cinco españoles y no tiene cura. Por primera vez, científicos españoles descubren la capacidad de dos proteínas que regulan la cantidad de grasa que acumula el hígado, lo que supone un gran avance hacia un futuro tratamiento farmacológico
La dieta y el estilo de vida que llevamos condicionan nuestra salud. Y eso se ve por fuera, pero sobre todo se nota por dentro al afectar a órganos vitales como por ejemplo el hígado. La enfermedad hepática es una de las que crecen con mayor virulencia en nuestro país, y entre ellas destaca el conocido como hígado graso, un término denominado esteatosis que se define por la filtración de grasa en el hígado y su posterior inflamación.
La epidemia de la obesidad que asola nuestra sociedad hace que esta patología haya disparado su prevalencia hasta el 20%-30% de la población, lo que supone que uno de cada cinco españoles la padece. «El hígado graso es un problema muy frecuente que puede detectarse por ecografía o por un reconocimiento en el que se palpe un hígado excesivamente grande, acompañado de unas transaminasas altas. Sin embargo, detectado a tiempo y bien controlado, este problema no siempre evoluciona a peor», detalla Clotilde Vázquez, jefe del departamento de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, quien matiza que, «cuando se produce la inflamación del hígado es cuando se deriva enfermedad, lo que puede provocar esteatohepatitis, algo que sólo le ocurre al 10% de los afectados, y que a la larga puede evolucionar en cirrosis o cáncer de hígado». Actualmente, apenas hay fármacos que logren corregir este problema. «El tratamiento inicial para el hígado graso son consejos dietéticos y ejercicio que controlen el sobrepeso, pues ambas circunstancias están íntimamente relacionadas, hasta el punto de que las personas con sobrepeso tienen un 50% más de posibilidades de sufrir esteatosis, cifra que asciende hasta el 95% cuando hablamos de obesos mórbidos», detalla Gerardo Clemente, hepatólogo del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid.
Aunque todavía estamos lejos de estar ante un futuro tratamiento contra el hígado graso, esta semana se ha dado a conocer un prometedor estudio liderado por investigadores españoles que han descubierto nuevas dianas frente a la esteatosis. En concreto, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), perteneciente al Instituto Carlos III, han mostrado, por vez primera, que las proteínas p53 y p63 regulan la cantidad de grasa que almacena el hígado, lo que podría revertir la esteatosis. «Esto significa algo nuevo e inesperado, pues estas proteínas, sobre todo la P53, es muy conocida por su función en el cáncer, ya que está considerada la guardiana del genoma, mientras que la P63 es más compleja. El gran avance logrado ahora es haber descubierto su función a nivel del metabolismo de la grasa», asegura Rubén Nogueiras, coordinador del estudio.
Un gran primer paso
Así, por primera vez, este estudio logra mostrar que la activación de p53 y la inhibición de p63 reducen la acumulación de grasa en el hígado de roedores con esteatosis, ya que disminuye la síntesis de los lípidos. Y eso no es todo, ya que, tal y como nos explica Nogueiras, «el estudio añade la corroboración obtenida en células hepáticas de origen humano, ya que hemos comprobado que pacientes con esteatosis presentan niveles elevados de p63, por lo que los resultados pueden ser clínicamente relevantes».
Mientras este primer pasito avanza en el laboratorio, los expertos coinciden en afirmar que la mejor solución para el hígado graso pasa por llevar un estilo de vida más saludable y una alimentación basada en el patrón mediterráneo: «En nuestro menú diario no deben faltar las frutas, verduras y hortalizas frescas y hay que evitar el alcohol, las grasas saturadas y el azúcar. En definitiva, optar más por la cocina guisada y menos procesada», recomienda Vázquez.
✕
Accede a tu cuenta para comentar