Salud

Quince años de desarrollo enfermero

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Una vez más se demuestra lo subjetiva que es la percepción del paso del tiempo. No parece que hayan transcurrido tres lustros desde que nació el semanario A TU SALUD, ni dos décadas que va a cumplir en unos meses el diario LA RAZÓN. Parece que fue ayer cuando dio sus primeros pasos esta publicación pionera en información rigurosa y amena de salud y medio ambiente que ha contribuido sin duda a la educación sanitaria de la población al igual que hace la enfermería desde los centros de salud, hospitales, colegios o centros de trabajo.

Ni los peores años de la crisis económica han conseguido acabar con un veterano suplemento gracias a que el equipo liderado por Sergio Alonso –«padre» del semanario, junto a José Antonio Vera– hace gala de una capacidad de trabajo encomiable. Escriben sobre salud y medicina desde un punto de vista global, con enfoques novedosos y contando siempre con los profesionales sanitarios como fuente y a la vez dando voz a los pacientes.

Para enfermeros y médicos, el hecho de que los pacientes reciban una información veraz y contrastada a través de los medios de comunicación resulta primordial. Cuando llegan a nuestras manos, los ciudadanos traen bajo el brazo una cantidad ingente de información sobre su patología habitualmente obtenida a través de Dr. Google. Entre el universo de información en la red proliferan los bulos y las falsas esperanzas sobre dolencias como el cáncer o la diabetes. Por ello, es importante que pacientes y sanitarios cuenten con información seria y con evidencia científica sobre cualquier dolencia.

Curiosamente, de forma paralela a la evolución de A TU SALUD, las enfermeras y enfermeros han experimentado un crecimiento profesional, académico y científico sin precedentes en la historia de ninguna otra profesión. Así, desde 2003 a nuestros días la enfermería ha conseguido una legislación que define claramente nuestras funciones y competencias, nos reconoce capacidad de dirección y diagnóstico de los cuidados, determinando que tenemos plena autonomía técnica y científica en todo lo relativo a nuestra labor asistencial. Hoy, nuestra profesión posee plena responsabilidad en sus decisiones y trabaja de forma interdependiente dentro de un equipo asistencial multi e interdisciplinar.

Otro de los grandes hitos conseguidos en estos tres lustros es el nuevo plan de estudios de nuestra profesión con un título de Grado de cuatro años y 240 créditos y equiparable en duración y preparación a titulaciones históricas como Derecho, Psicología o Biología. Todo ello conduce al pleno desarrollo académico a través del posgrado universitario en la propia disciplina enfermera, y el resultado ha sido, entre otros, un crecimiento exponencial y sin precedentes de los enfermeros doctores.

Durante este periodo también se han aprobado en España siete especialidades enfermeras a las que se accede mediante una prueba estatal y un modelo de residencia idéntico al MIR, denominado EIR: enfermero interno residente. Estas especialidades enfermeras vienen a cubrir las principales etapas de la vida y las necesidades asistenciales más importantes: familiar y comunitaria, geriatría, pediatría, enfermería del trabajo, salud mental, ginecología y obstetricia (matronas) y la única de todas ellas aún no implantada en el sistema sanitario y pendiente de desarrollar, médico quirúrgica. Estamos hablando por tanto de un escenario donde los profesionales enfermeros tienen un mínimo de seis años de formación académica, en muchos completada con un master y el doctorado.

Asimismo, hemos conseguido consensuar con nuestros compañeros médicos y con las autoridades sanitarias un modelo de prescripción de medicamentos y productos sanitarios dentro del ámbito de nuestras competencias. Se trata de un desarrollo competencial que viene a dar seguridad jurídica a las actuaciones que ya realizamos, asimismo, nos permitirá seguir resolviendo problemas de salud a los pacientes que tratamos en nuestras consultas de enfermería, siempre en coordinación con todo el equipo sanitario multidisciplinar.

Todo este crecimiento profesional no ha sido porque sí, es parte de una hoja de ruta asistencial que hemos venido trazando el los últimos lustros. No en vano, vivimos en sociedad una marcada por el incremento de pacientes crónicos, el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento sostenido de la población. Y ante este panorama resulta imprescindible dejar atrás el modelo asistencial actual basado en el CURAR para pasar a uno nuevo donde el énfasis radique en el CUIDAR de las personas para llenar de vida los años que vayan cumpliendo. Se trata, pues, de poner el acento en la educación sanitaria y la promoción de la salud potenciando hábitos de vida saludables. Siempre con un especial enfoque en la atención del paciente crónico y pluripatológico. Y en este nuevo paradigma no cabe ninguna duda que la enfermería, una profesión que lleva la esencia de los cuidados en su ADN, debe asumir un rol trascendental para poder dar respuesta a las necesidades sociosanitarias de los ciudadanos.