Aborto
Diabetes gestacional en uno de cada siete embarazos
La obesidad y la edad de gestación han intensificado tanto los casos de diabetes tipo 2 en mujeres en edad fértil. El hipotiroidismo subclínico incrementa el riesgo de aborto y de parto prematuro. La SEEN reclama la inclusión de educadores y diestistas-nutricionistas
El médico especialista en Endocrinología y Nutrición gana cada vez más importancia en el embarazo. Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) se señala que «siempre es recomendable que el endocrinólogo haga un seguimiento en caso de que hay habido enfermedades de este tipo previas a la gestación. Necesita una supervisión cercana. Sobre todo si la mujer padece diabetes». Asimismo se afirma que «se pueden desarrollar enfermedades, durante el embarazo, como las alteraciones en el funcionamiento del tiroides».
La diabetes gestacional se define como aquella situación que cursa con niveles elevados de glucosa en la madre y se diagnostica en el segundo o tercer trimestre del embarazo. La prevalencia ronda el 10-25%. Alejandra Durán (pertenece al Grupo de Trabajo de Diabetes de la SEEN y médico del Servicio de Endocrinolgía del Hospital Clínico San Carlos Madrid), subraya que «se trata de un importante problema de salud pública. Una de cada siete mujeres lo va a padecer. Además, la diabetes de tipo 2 aparecerá entre cinco y diez años después del parto».
Efecto sobre la madre, el feto y el futuro de ambos
Durán, destaca, en relación a los efectos adversos, que «sobre la madre: complicaciones durante la gestación y durante el parto. Sobre el feto: más riesgo de recién nacidos con un tamaño mayor o menor al correspondiente para la edad gestacional, de hiperbilirrubina e hipoglucemia neonatal o de ingreso en la UCI neonatal por Apgar bajo. Sobre el futuro de ambos: para la madre, mayor posibilidad de diabetes tipo 2 y síndrome metabólico tras el parto, y par los hijos, mayor adiposidad y riesgo de desarrollar diabetes».
La endocrinóloga aduce que «es una gran desconocida. Por eso entiendo que debe haber una colaboración entre Endocrinología, Atención Primaria, Obstetricia y Pediatría».
La mayoría de los casos se controla con modificaciones nutricionales
El 80% de los casos se controla con dieta adecuada y modificaciones nutricionales. Alejandra Durán indica que «es conveniente un peso pregestación adecuado pero no es realista porque para tratarla hay que diagnosticarla y los nuevos criterios establecidos ayudan a detectar y prevenir complicaciones tanto en el presente como en el futuro. La mejor dieta es la mediterránea». El 20% restante necesita tratamiento farmacológico «la mejor elección es la insulina aunque también se pueden usar fármacos como la metformina o las sulfonilureas».
«Se aconseja que el seguimiento, por parte del endocrinólogo, sea después del parto. En primer lugar, entres tres y seis meses, después al año y, por último, tres años después», comenta la especialista.
“Screening” de la función del tiroides durante el embarazo
El hipetiroidismo, que afecta al 0,2% de las gestantes y, en la mayoría de las ocasiones, es transitorio durante las primeras 14 semanas de embarazo. Normalmente, no manifiesta síntomas ni precisa tratamiento. Se cree que el 2-6% de las gestantes tienen hipertiroidismo subclínico. Consiste en que la hormona tiroidea es normal y hay elevación de la hormona estimulante del tiroides, que puede aparecer en las primeras semanas de embarazo.
Elena Navarro (Coordinadora del Área de Tiroides de la SEEN y médico del Servicio de Endocrinología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla), resalta que «el hipertiroidismo gestacional es una alteración en la función del tiroides que determina una insuficiente producción de hormonas tiroideas y que suele ocurrir en mujeres que presentan una enfermedad tiroidea previa, generalmente autoinmune, y en aquellos que padecen un déficit de yodo, por no tener un aporte adecuado del mismo en la alimentación, por lo que se recomienda una suplementación de yodo durante el embarazo».
En relación al hipertiroidimso franco, la hormona tiroidea ya está descendida. La especialista matiza que «se relaciona con problemas en la madre durante el embarazo como hipertensión, riesgo de aborto, eclampsia o parto prematuro. En el bebé con prematuridad, retraso del crecimiento intrauterino y resto en el desarrollo psiconeurológico».
El hipotiroidismo gestacional se define como la administración de hormona tiroidea por vía oral de los controles analíticos hasta conseguir la normalización del funcionamiento del tiroides. La dosis varía en función de los controles analíticos que se realizan durante el embarazo. Desaparecerá, o no, tras el parto dependiendo de la enfermedad que haya condicionado la alteración de la función de la tiroides. Concluye la doctora Navarro: «Si es una enfermedad autoinmune, como la tiroiditis linfocitaria, es posible que la alteración se mantenga tras el parto y precise continuar el tratamiento con hormona tiroidea».
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