Alimentación
¿Siente hambre a todas horas en el trabajo? Evítelo así
Abrir una bolsa de patatas fritas, devorar un paquete de galletas o ir al súper de la esquina a comprar cualquier cosa poco “healthy” que te sacie y acabe con el rugir de tus tripas es un comportamiento muy habitual en cualquier oficina
Abrir una bolsa de patatas fritas, devorar un paquete de galletas o ir al súper de la esquina a comprar cualquier cosa poco “healthy” que te sacie y acabe con el rugir de tus tripas es un comportamiento muy habitual en cualquier oficina
Para muchos, las horas de trabajo se convierten en el pretexto ideal para comer de todo (y no precisamente sano ni saludable) sin cuidar las cantidades. Parece que los compañeros de oficina o cumplen años todos los días (ya se ha convertido en una tradición llevar bollitos, tortillas y hasta pizza a modo de celebración) o se ponen de acuerdo para sabotear nuestras intenciones de comer bien ofreciéndonos un sinfín de tentaciones en forma de comida. En estos casos, ¿cómo sacamos fuerza de voluntad para no pecar?
Es inevitable que el trabajo produzca ciertos niveles de estrés, y refugiarse en la comida es una manera que tenemos de aliviarlo. Algunos lo hacen todos los días y lo incorporan en su rutina como algo normal, otros de manera puntual por cansancio, aburrimiento, tristeza, euforia o estrés. Laura Gallardo, dietista-nutricionista del hotel Barceló Montecastillo, te dice qué hacer para no tener esas ansias de comer a todas horas:
1. Come en casa antes de entrar a trabajar. Bien en casa o de camino al trabajo ingiere una comida saludable o un tentempié dependiendo de tu apetito, así evitarás que te entre hambre cuando entras en tu espacio de trabajo. Según estudios recientes, el desayuno no es la comida más importante, lo más importante del día es que todas las comidas que realices sean con alimentos saludables y evitando los ultraprocesado. Si realizar un desayuno te ayuda a calmar tu apetito durante la jornada laboral, ¡no dudes en realizarlo! La ventaja del desayuno es que existen un sinfín de posibilidades saludables y deliciosas que sacian, desde bowls con fruta, avena, semillas y trocitos de chocolate puro (más del 80%) pasando por tortitas de avena o por tostas con tomate y aguacate.
2. Acostúmbrate a llevar fruta a la oficina. Es el snack perfecto a media mañana. Si eres de los que no te llevas fruta a la oficina porque te da pereza pelarla, deshazte ya de esa excusa. Puedes hacerte un smoothie o llevarte la fruta cortada en un tupper. Son sólo cinco minutos, y el beneficio que obtendrás al comértela merecerá la pena. “Elige la fruta que más te guste, intentado variar y si es de temporada mejor. La mayoría aportan un gran porcentaje de agua, fibra y te ayudarán a mantener la sensación de saciedad”.
3. No comas delante del ordenador. Cuando lo hacemos no somos conscientes de lo que ingerimos y llenamos el estómago de alimentos que no necesitamos. Por el contrario, si lo hacemos con tranquilidad, tomamos menos cantidad y de mejor manera. “Si prestamos especial atención a lo que está en nuestra boca y masticamos correctamente nos saciaremos antes. De igual modo, si comemos nerviosos por los correos del trabajo, el estómago va a estar contraído y no vamos a tener buenos movimientos gástricos para que esa comida se amase debidamente”, afirma Laura Gallardo.
4. Bebe mucha agua y toma infusiones. “Muchas veces confundimos el hambre con la gula y en numerosas ocasiones se debe a la falta de agua que tomamos”, afirma Gallardo. Ten siempre una botella en tu escritorio, y proponte rellenarla al menos dos veces a lo largo del día. Además, será la excusa perfecta para levantarte de la silla y estirar las piernas, que tras muchas horas frente al ordenador lo agradecerás. La nutricionista también aconseja tomar infusiones, un buen aliado para quien prefiera un toque de sabor. Igualmente nos estaremos hidratando pero sí, evita añadir azúcar, miel... mejor al natural.
5. Márcate unos horarios de comida. “Lo primero que necesita el cuerpo es establecer un orden. Si se come a cada rato, el sistema digestivo se satura y se confunde al organismo”. Por eso, marcarse unos horarios evitará que piquemos entre horas y que sucumbamos a las bandejas de bollería de la oficina. Además, esto nos ayudará también a combatir el estrés, ya que nos permitirá desconectar y que dejemos de pensar constantemente en comida para poder centrarnos en el trabajo.
6. Conoce a tu organismo y realiza las comidas que sean necesarias. El problema que tenemos muchas veces es que pensamos que por comer cada tres horas vamos a engordar, y este es el primer error. Si hacemos varias comidas al día (4, 5 ó 6) eligiendo los productos adecuados, no tendremos esas ansias de comer a todas horas porque estaremos saciados. Además, “la ventaja de no llegar con tanta hambre a la próxima comida hará que tus porciones sean más pequeñas y que elijas alimentos de mejor calidad, librándote de los procesados sin aporte nutricional”, explica Laura Gallardo, nutricionista del hotel Barceló Montecastillo.
7. Ten siempre en el cajón snacks saludables. Por pereza, desorganización o falta de ideas puede que si a media mañana o media tarde de repente sientes un agujero en el estómago que te nubla los buenos propósitos acabes asaltando el frigorífico, tirando de la máquina expendedora, rindiéndote a una soberana comilona o a un #pintxotime. “Lo mejor en estos casos es traer de casa opciones saludables para ahorrar dinero, tiempo y ganar en salud. Puedes tener siempre a mano bolsas de nueces, dátiles o pasas, yogures naturales, kéfir, chocolate negro >70%, piña en lata o cualquier otra fruta”.
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