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Un nuevo fármaco reduce un 20% la muerte por insuficiencia cardiaca

Un nuevo fármaco reduce un 20% la muerte por insuficiencia cardiaca
Un nuevo fármaco reduce un 20% la muerte por insuficiencia cardiacalarazon

Hasta ahora los medicamentos sólo bloqueaban los aspectos nocivos para combatir la enfermedad. Por primera vez aparece una molécula que mejora la calidad de vida.

En los últimos tiempos las novedades en el campo de la insuficiencia cardiaca y en muchos campos de la cardiología se encontraban en manos de los avances de los dispositivos tecnológicos. En la última cita de la Sociedad Europea de Cardiología, celebrada esta semana en Barcelona, uno de los estudios que causó más revuelo entre la comunidad médica fue «Paradigm». Un estudio en fase III que ha demostrado de forma rotunda que su uso en pacientes que sufren insuficiencia cardiaca con la función ventricular deprimida –fracción de eyección reducida–, es decir, que poseen un corazón débil incapaces de bombear la sístole.

Los datos hablan por sí solos. En la sesión clínica las principales conclusiones, que enumeró Milton Parker coautor principal del estudio y perteneciente a l Centro médico de la Universidad Southwestern de Texas en Dallas (EE UU), advierten de una significativa reducción de la mortalidad cadiovascular frente a los tratamientos actuales (los denominados IECA –inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, como enalapril–) de hasta un 20 por ciento y un 16 por ciento en el caso de cualquier otra causa. Al mismo tiempo, reducía el reingreso hospitalario de los pacientes en un 21 por ciento. Además, los enfermos referían un aumento de la calidad de vida.

Asimismo, sorprendió que el estudio se finalizó antes de lo previsto, ya que los resultados en aquel momento cumplían con las expectativas. «No esperábamos encontrarnos con estos resultados», explica John McMurray, el otro coautor del trabajo de la Universidad de Glasgow (Reino Unido). Al mismo tiempo que los resultados veían la luz en el congreso, también eran publicados en detalle en un artículo en la prestigiosa publicación científica «The New England Journal of Medicine».

Por la «vía rápida»

Desde luego, las agencias reguladoras han tenido en cuenta los beneficios que va a suponer la inclusión del fármaco, que aún no tiene nombre comercial y que responde a la nomenclatura de LCZ696 (de Novartis), y quizás por eso desde la FDA (la Agencia del Medicamento de EE UU) ya hablan de «fast track». Esto supone que los trámites burocráticos podrían permitir que el medicamento estuviera disponible allí a finales de 2014. En Europa, los expertos creen que llegaría para mediados de 2015.

Uno de los puntos que han resaltado los médicos es que mecanismo de acción es nuevo. «Tenemos un medicamento que no sólo bloquea las funciones que provocan la insuficiencia cardiaca, sino que ahora estimula las defensas del organismo para combatir la enfermedad», explica José Ramón Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología. Hasta ahora las armas para enfrentarse a la debilidad, al cansancio... en definitiva a los síntomas que provoca la debilidad del corazón para bombear que se traduce en insuficiencia cardiaca se basan en medicamentos que bloquean los receptores de la angiotensina, que, en definitiva, reducen la presión sanguínea. Este episodio aparecerá en una de cada cinco personas, por lo que tener nuevas opciones de tratamiento «es una buena noticia para la comunidad médica», apunta Antoni Bayés Genís, presidente de la Sociedad Catalana de Cardiología.

Afecta al 7% de la población

La insuficiencia cardiaca (IC) cuenta con una gran prevalencia entre la población, «el siete por ciento de la población padece IC y en el caso de las personas de más de 75 años aumenta hasta el 18,7 por ciento», apunta Bayes Genís. La llegada de la nueva molécula supone también una alegría a nivel económico. Pese a que aún no se conoce cuánto costará el fármaco, resulta clave resaltar que disminuirá el número de reingresos hospitalarios y sus costes indirectos, «la IC es la primera causa de gasto sanitario y representa aproximadamente el dos por ciento del total del gasto sanitario en el Sistema Público de Salud en España», apunta Juanatey.

Para Nicolás Manito, presidente de la Sección de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología, «los resultados del LCZ696 representan un nuevo paradigma en el tratamiento de la Insuficiencia Cardíaca con función sistólica reducida. Para los pacientes es una gran noticia ya que significa una esperanza de tener un mejor pronóstico y una mejor calidad de vida al mejorar los síntomas y al reducir las hospitalizaciones»

Así, LCZ696 se administra en forma de comprimido dos veces al día. Se ha investigado para la Insuficiencia Cardíaca y cuenta con un modo de acción único que se cree que reduce la carga sobre el corazón insuficiente. Actúa activando el sistema neurohormonal protector del corazón (sistema de péptidos natriuréticos) al mismo tiempo que inhibe el sistema nocivo (RAAS, sistema renina-angiotensina-aldosterona). Los medicamentos disponibles en la actualidad para la IC-FER sólo actúan bloqueando los efectos nocivos del segundo. Alrededor de la mitad de los pacientes con Insuficiencia Cardíaca sufren IC con función sistólica reducida.


Grupo escogido

Dado que sólo un 50 por ciento de los pacientes del 1.300.000 con IC son candidatos a tomar este fármaco y sólo la mitad de éstos podrían tomarlo en las mismas condiciones en las que se ha administrado en el estudio «Paradigm HF», en España habría como poco más de 250.000 candidatos a cambiar su tratamiento actual. «No se trata de que esta fórmula vaya a ser extensible a todos los pacientes con IC. De momento, habrá que esperar a que como mínimo las agencias reguladoras estimen que los criterios clínicos de administración sea los mismos que en el ensayo», apunta José Luis López Sendon, jefe del Servicio del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

Así, muchos se muestran optimistas sobre lo que esta nueva forma de actuar del fármaco pueda ofrecer: «Estamos seguros de que aún nos quedan más sorpresas en cuanto a las posibilidades de su mecanismo de acción en pacientes con IC y la función sistólica conservada, pacientes con hipertensión. De momento, toca esperar», manifiesta Manito.

Cuando el corazón pierde fuelle

La insuficiencia cardiaca es una enfermedad en la que el corazón no puede bombear sangre a todo el organismo, dado que hay una función sistólica deteriorada.

Cansancio y ahogo. Los pacientes con IC no pueden realizar tareas cotidianas ya que en poco tiempo gastan sus fuerzas. Algunos terminan recluidos en sus hogares.

Confusión. Uno de los problemas de esta patología es que sus síntomas se confunden con otros propios del paso del tiempo o atribuibles a otras enfermedades, como dificultad respiratoria grave, tobillos hinchados, rápido aumento de peso y gran dificultad de movimientos.

Uno de cada cuatro afectados tarda incluso una semana en acudir al médico a consultar por los síntomas, ya que menos de un tres por ciento de los que los sufren los sabría identificar.

La incidencia de la insuficiencia cardiaca está aumentando, impulsada por el deterioro del estilo de vida, el incremento de la supervivencia tras los ataques al corazón y el envejecimiento.

El paciente con IC pierde autonomía, lo que implica que necesita en muchos casos de la figura de un cuidador.