
Cirugía
“Volví a sonreír por mi hija”
Los estados de estrés y ansiedad también se reflejan en patologías dentales que llegan a provocar la pérdida de piezas y la necesidad de implantes

Los estados de estrés y ansiedad también se reflejan en patologías dentales que llegan a provocar la pérdida de piezas y la necesidad de implantes
Situaciones de mucho estrés pueden generar cambios notables en el organismo. En el caso de Paqui, los nervios ante la grave enfermedad de una de sus hijas le causaron varios quistes y una dentadura en muy mal estado. Fue ella, la que le contagió el coraje con el que afrontó su enfermedad, le ayudó a superar el miedo a someterse a una cirugía de rehabilitación oral y le permitió volver a sonreír de nuevo.
Dicen que el sufrimiento de un hijo constituye la tristeza más grande para una madre. Una sensación que en ocasiones no es sólo psicológica. El estrés generado puede reflejarse de múltiples maneras a nivel físico, puede ser el responsable de enfermedades y problemas sin que existan motivos de índole fisiológica que los justifiquen a priori.
Así ocurrió en el caso de Paqui, a quien la grave enfermedad de una de sus hijas le generó numerosos problemas a nivel bucal y digestivo. Con dos úlceras de estómago y otra de duodeno, necesitaba que la comida llegara muy triturada al estómago. Sus muelas también empeoraron, y «al final no podía masticar bien, por lo que mis digestiones eran muy pesadas y sólo comía cosas blandas», cuenta Paqui. La situación empeoró más si cabe con la aparición de tres quistes que empezaron a supurar pus. «Todos mis problemas partían de la situación que teníamos en casa. Vivía de los nervios y mi cuerpo lo estaba pagando». Al final, no tuvo más remedio que acudir al dentista. El centro escogido fue una clínica de Vivanta, la red de Odontología y Medicina Estética líder en Europa, en la localidad valenciana de Aldaia.
En la misma coincidió con el doctor Luis Senís Segarra, cirujano maxilofacial, especialista en casos complejos y director de la Unidad Regenerativa de Alto Nivel que Vivanta tiene en Valencia y donde trata a pacientes llegados de toda España para rehabilitar su boca incluso en casos de atrofia maxilar o falta de hueso. Paqui acudió «solamente a solucionar el problema de los quistes», tratamiento que requería rehabilitar su arcada posterior derecha, «pero cuando me preparaban el presupuesto les pedí que me rehabilitaran toda la boca».
Su decisión sorprendió a todos. A su hermana, conocedora de su miedo a que le pusieran un único implante. Y al personal de Vivanta, cuya principal prioridad era tratar de salvar el mayor tiempo posible el resto de piezas dentales. «Pero las tenía ya deterioradas, sabía que con el tiempo me tocaría ir arreglándomelas y preferí hacerlo todo de una sola vez», manifiesta la paciente.
En su decisión influyeron tanto la experiencia del doctor Senís en tratar casos complejos como el suyo, como el trato brindado por todo el personal de la clínica Vivanta. «Este médico me pareció un gran profesional. Muchas veces vemos a los médicos un poco estirados. Él, en cambio, fue siempre amable, cercano y me transmitió mucha confianza». Junto a su equipo de la clínica de Aldaia, «se preocuparon de mi estado en todo momento», recuerda con cariño Paqui.
Un bienestar que en el caso de Vivanta viene apoyado por un absoluto compromiso con la calidad. Tanto es así que es el único gran grupo odontológico y estético que cuenta en Europa con las certificaciones de calidad ISO 9001/2015 y UNE-EN 179001/2011, y que se traduce en el uso de materiales de primera calidad, un control exhaustivo de todos los procesos protésicos, la auditoría periódica de sus clínicas y la creación, para los casos más complejos de rehabilitación oral y atrofia ósea, de Unidades Regenerativas de Alto Nivel como la instaurada en la calle Colón 58 de Valencia.
No obstante, Paqui reconoce que al llegar a casa le entraron las dudas. Fue entonces cuando su hija le dio el empujón que necesitaba. «Mamá, opérate ahora porque sé que, sino, no lo harás nunca», le dijo. Del mismo modo que algunos de sus problemas físicos fueron como consecuencia del estrés por la enfermedad de su hija, «su coraje ante su situación me dio la valentía necesaria para dar el paso», recuerda.
La cirugía tuvo lugar en quirófano el 10 de enero de 2018, el día de su cumpleaños. En la misma, el doctor Senís utilizó materiales autólogos –extraídos de la propia boca de Paqui durante la intervención– para regenerarle el hueso perdido y aportar la estabilidad necesaria a los implantes dentales. El hecho de tratarse de materiales obtenidos directamente del propio paciente permitió que no hubiera ningún rechazo, acortando los plazos de tratamiento y evitando las molestias habituales en otro tipo de cirugías regenerativas, como dolor, inflamación o infecciones.
Tanto es así que, pese a ser una cirugía compleja y tener que pasar 24 horas en observación por un ictus padecido diez años antes, a los dos días Paqui pudo dormir con su familia en casa, sin molestias de ningún tipo y disfrutando de unos dientes provisionales, pero totalmente funcionales y de alta estética. Hoy, ya con una dentadura definitiva, mantiene que «el que mi hija fuera capaz de verme sonreír de nuevo hasta que la enfermedad se la llevó, fue el mejor regalo de cumpleaños que me pudieron hacer».
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