Gastronomía

Alta cocina en The Level at Meliá Punta Cana Beach

Alta cocina en The Level at Meliá Punta Cana Beach
Alta cocina en The Level at Meliá Punta Cana Beachlarazon

Nada como despertarse y bajar al desayuno, encontrándote con hasta 15 tipos diferentes de desayunos en la carta. Desde los healthy hasta los americanos, ingleses y mediterráneos, o incluso mexicanos o típicos dominicanos... todo ello en el Restaurante Quimera en The Level Adults Only dell Meliá Punta Cana Beach (un hotel para adultos, aunque tiene su complejo familiar, en Meliá Caribe Beach).


El desayuno es uno de mis momento preferidos del día, y, aun renunciando a catar vino (aunque nunca viene de más una copita de champagne para clausurar el momento idílico). Todos los desayunos elaborados con productos naturales.

Resulta que por mucho ‘cinco estrellas’ al que recurramos, la realidad es que a la hora de comer la calidad suele bajar considerablemente. Será que el hecho de tener que alimentar a tantos huéspedes es la razón que lo justifica. La enorme sorpresa que me he llevado con el Meliá Punta Cana Beach es que en la zona THE LEVEL, cuyo restaurante a la carta es un auténtico lujo para el paladar, goza de una oferta gastronómica que merece la pena que me detenga a contarlo por aquí.

Mi desayuno solía consistir en un zumo detox (apio, kiwis y otros antioxidantes), acompañado de una tostada de pan integral con revuelto de clara de huevo y con aguacate (soy una “aguacate lovers”); todo ello, también acompañado de salmón ahumado. ¡Una gozada! La mañana que quería ingerir una bomba calórica (¡un día es un día!) optaba por un plato típico dominicano que es el mangú dominicano.

Claro que las cena en el Quimera no se quedan cortas. Las vieiras a la plancha con puré de calabaza o las costillas de cordero al horno así como el atún rojo a la plancha también hacen del lugar un auténtico templo de la gastronomía.

Aunque también se puede descubrir la cocina asiática, la italiana, la mediterránea, la mexicana (en donde el cochinita al pibil se merece un aplauso) y la dominicana (¡bendita carne de chivo con arroz salvaje!)... todo ello maridado con algún vino chileno de la carta.

Sin lugar a dudas podría tratarse de uno de los mejores hoteles de la isla en cuanto a la oferta gastronómica, acompañado por supuesto de todo lo que se busca cuando se viaja al Caribe (playa de arena blanca con agua turquesa, animación nocturna al ritmo de bachatas y merengues, así como impolutas instalaciones de piscinas y demás).

Mi fiebre por el mármol me ha hecho perder la cabeza con el “portoro dominicano” (que decora enormes áreas del hotel), que es un mármol negro con venas amarillas y blancas. Así como el mármol de Carrara que decoraba mi baño y mi dressroom.

Los baños no dejan de ser un fiel recuerdo a los baños del Paradisus Cancún (o quizá sea a la inversa). Perfectamente equipados. Y ya, para colmo, que se clausure este viaje con un concierto por el medioambiente en el templete (GAZEBO) con vistas al mar a cargo de mi hermana Elena Mikhailova, es un auténtico lujo. Las invitaciones, cuales pergaminos, elaborados a partir de madera natural, repartidos por azafatas cuyos vestidos estaban confeccionados de papel del periódico, muestra el compromiso de la cadena con el ecologismo y el medio ambiente. Después de la gala contra el cáncer de mama en el Paradisus Cancún By Meliá el pasado mes de octubre, la siguiente cita musical con un fin social ha sido esta. Aún añoro los desayunos matinales...