Gastronomía

La poesía de un vino rosado en el restaurante Ondarreta de la Moraleja

La poesía de un vino rosado en el restaurante Ondarreta de la Moraleja
La poesía de un vino rosado en el restaurante Ondarreta de la Moralejalarazon

El pasado jueves conocí en primera persona el Restaurante Ondarreta ubicado en el Soto de la Moraleja (Calle Begonia, 135). Acompañada de un poeta y periodista, degustamos 3 vinos, de los cuales, sin duda, me sedujo un vino rosado Monte Ory de Navarra D.O. que me ha parecido fabuloso.

Claro que parte del mérito se lo merece el sommelier, Fernando Sotillo García, encargado de atendernos y guiar la magia de los sabores en esto de los maridajes y los vinos.

Acompañada de Ignacio Elguero, director de programación de RNE, entre conversaciones y poesía, empezamos con unas alcachofas confitadas a la parrilla que maridamos con una mágico vino rosado de Navarra. ¡Y qué sorpresas! Las alcachofas es uno de los platos más difíciles de maridar, y es difícil encontrar el vino que las acompañe.

En lenguaje de emociones, Monte Ory 2015 (13 grados de alcohol, garnacha 100%) me pareció un vino mágico y lleno de poesía. Con un aroma a frutos rojos y con un ligero toque ácido que equilibra el sabor de la alcachofa (¡ya sabéis que me chifla la acidez!), nada dulce ni empalagoso, me sedujo lo suficientemente como para atreverme a decir que, hasta el momento, es una de las mejores combinaciones que he probado. Es, además, un vino bastante democrático y al alcance de todos (en tienda, el precio ronda los 3 euros).

No sé si el hecho de estar hojeando Siempre, uno de los libros publicados de Elguero, le dio más filosofía a la experiencia de retener el instante gracias a un vino rosado; o beber el pasado, que es como yo lo llamo. Lo que sí sé es que magia hubo, y mucha: conseguir que una alcachofa maride con un vino es casi una misión imposible. Así que mis felicitaciones al enólogo de las Bodegas del Grupo Berceo (creadores de esta obra maestra) y al sommelier que, con mucha psicología y mano izquierda, supo qué servir.

Entre plato y plato, mi invitado, que se considera poeta antes que periodista, me contaba su pasión por la poesía y la presencia del existencialismo en sus primeras creaciones. Este madrileño estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid (después de haber abandonado la Universidad de Derecho) y ha empezado trabajando con Iñaki Gabilondo, pasó por Antena 3 hasta llegar a RTVE la que es actualmente su casa. Confiesa que tiene miedo a volar, a la enfermedad y a la soledad, y que su amor por la poesía le viene de su padre y de su infancia. Cree en la familia, en el amor, en la bondad y en la solidaridad, y se considera una persona transparente.

El siguiente plato a degustar fueron unos Chipirones de potera a la plancha, cebolla confitada y alioli de miel, acompañados de un monovarietal Chardonnay. Además de ser una de las uvas blancas más longevas, esta variedad marida perfectamente con comida con cierta grasa, desde foie hasta otro tipo de platos. La fusión de sabores entre los chipirones frescos de Ondarreta y este Puerto Alicante (D.O. Alicante, con 12 grados de alcohol)de Bodegas Vicente Gandía hace de este vino blanco un vino primaveral, fresco que, en lenguaje de emociones, me resultó romántico y elegante.

Mi acompañante me contaba su frustración, en clave de humor, por no haber sido una estrella de pop, y me explicaba que ha retomado muy recientemente aquel grupo del que formaba parte en su juventud, Decretales Extravagantes. Su trabajo, cuenta, tiene una doble vertiente: la creativa, que consiste en estructurar la programa de RNE; y otra administrativa. Pero se siente satisfecho y pleno de haber alcanzado las metas propuestas en su vida profesional y personal.

Para finalizar el encuentro, disfrutando al aire libre de la segunda planta en una terraza silenciosa y acogedora, nos recomendaron las albóndigas de rabo de toro con crema de zanahoria y cebolla crujiente, acompañadas de un Pinuaga 2013, vino toledano, coupage entre Tempranillo (la base principal) y Merlot, que es la uva culpable de hacer de Pinuaga un vino excelente, pasional y abrumador. Potente, eso sí, 15 grados de alcohol, que encajan de manera correcta con la intensidad de la carne de rabo de toro, acompañada de una salsa magistral.

Mis felicitaciones al jefe de cocina de Ondarreta de La Moraleja, Chema, y el fichaje que han hecho al tener una carta actualizada por Clara P. Villalón, ex concursante de Masterchef de TVE. Para la próxima, no me pierdo las vieiras de Villalón.

No me queda otra que catalogar de magia y poesía este encuentro enológico e intelectual en uno de los sitios más agradables de La Moraleja de Madrid.