Economía
Más libertad económica
Cuando enfilamos el último trimestre del año hay algo común en todos los ayuntamientos de España: la necesidad de elaborar unas ordenanzas fiscales y unos presupuestos que rijan las voluntades políticas y sociales durante el siguiente año. Y en estas nos encontramos ahora en Getafe.
Es en este momento donde se deja patente de qué pie cojea cada uno. Están los que siempre apelan a la subida impositiva y estamos aquellos otros que creemos que hay que reducir la carga fiscal en beneficio de la generación de empleo y de riqueza. Se puede hacer más con menos y eso es posible si se gestiona con eficacia y eficiencia, reduciendo gasto absurdo que lastra las arcas públicas.
Más allá de las teorías económicas, existe una contrastada experiencia en nuestro país de los beneficios y perjuicios que cada posición produce, no solo a nivel nacional, sino en cada rincón de España. Sin ir más lejos esta semana asistí a un acto en Madrid en apoyo al PP de Andalucía en su lucha por la bonificación del Impuesto sobre Sucesiones, que grava injustamente y de manera desproporcionada el derecho a heredar de los andaluces. Es triste como país ver que hay quienes tienen que vender lo que heredan para poder hacer frente al impuesto. Y quiero recordar que no solo heredan los latifundistas, que son minoría, sino también todos aquellos que reciben la casa familiar que tanto esfuerzo costó conseguir a nuestros padres y que somos la inmensa mayoría. El PP de Andalucía quiere fijarse en la Comunidad de Madrid de Cristina Cifuentes como ejemplo a seguir. Por algo será.
Llama poderosamente también la atención que estas diferencias se den dentro del mismo país. Dependiendo en la región en que vivas pagarás más o menos impuestos, incluso encontramos grandes diferencias entre ciudades y pueblos de una misma provincia. Algo kafkiano sin duda.
España y los españoles deben seguir avanzando en la senda reformista que tan buenos resultados lleva dando desde que Mariano Rajoy llegó al Gobierno de España, pero que peligran con una incertidumbre política y económica como en la que nos encontramos. Se hace urgente un gobierno con una mínima estabilidad que acometa grandes reformas en nuestro tejido productivo, que favorezca la iniciativa privada en detrimento de un mayor intervencionismo del Estado. Aquí encontramos la principal diferencia entre el PP y el resto de los principales partidos.
Las empresas deben ser tomadas en cuenta como los principales agentes de generación de empleo, sobre todo las pymes, las que más puestos de trabajo crean en nuestro país y que no pueden seguir soportando la voracidad fiscal de las diferentes administraciones públicas. La libertad económica y la iniciativa privada no deben ser diezmadas por los gobiernos, ya que lejos de producir buenos resultados a largo plazo, nos hará perder competitividad ante un mundo globalizado y del que no podemos vivir de espaldas. Ya lo dijo Adam Smith y al que pocas veces se le hace caso: “laissez faire, laissez passer, le monde va de lui-même” (dejad hacer, dejad pasar, el mundo fluye por sí solo).
Menos impuestos y un cambio en el modelo productivo es vital para afrontar el futuro de nuestra economía. Con ello estaríamos preparados para afrontar una nueva crisis económica sin tener que quedar devastados a su paso como si de un huracán se tratara con un paro desbocado, gran endeudamiento público, una peligrosa desindustrialización y la asfixia impositiva como secuelas de ésta. Aprendamos de los errores del pasado para afrontar mejor preparados los retos del futuro.
En el PP de Getafe lo tenemos claro y dentro de nuestra esfera competencial queremos que nuestros vecinos paguen menos impuestos y tasas públicas. Pero para ello hay que gobernar con sentido de responsabilidad y no a golpe de populismos que nos procuran la expresión popular de ‘pan para hoy y hambre para mañana’.
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