Ayuntamiento de Madrid
Miradas de otoño
Noviembre, tradicionalmente mes de sentimientos encontrados y poesía, es también pragmático y calculador. En él las palabras se materializan, se preparan presupuestos, se planifica el año siguiente, se centran los objetivos prioritarios para el futuro, se va de las palabras a los hechos. Ya no es el tiempo de las palabrerías ni de las teorías pintorescas a las que estamos muy acostumbrados en el Ayuntamiento de Madrid, es tiempo de plasmar en un documento, como herramienta de planificación, lo que se pretende hacer durante el año siguiente, sin dejar de pensar en que detrás de las cifras hay realidades que tienen que ser atendidas por el bien de los ciudadanos. No puede haber resultados positivos si no se asignan recursos.
Es, además, un mes inspirador en el que se reflexiona sobre la labor realizada durante el año que ha pasado a velocidad vertiginosa y que tiene que servir de ejemplo para el siguiente, motivo por el cual hay que revisar el cumplimiento de los presupuestos que van terminando.
Reuniones constantes, las diferentes asociaciones que componen nuestro tejido social no quieren quedarse fuera de la acción; multitud de actos y presentaciones de trabajos realizados. En esto ocupamos nuestro tiempo los Concejales de todos los grupos.
El asunto no es fácil, el vengativo Concejal de Economía y Hacienda, en su actitud insumisa permanente no da su brazo a torcer y trata de obstaculizar la labor del Ministro Montoro a toda costa, a su vez, mantiene malas relaciones con la Alcaldesa, que debería como bien dice nuestro Portavoz Popular, José Luis Almeida, cesarlo: “si no se habla con su Delegado de Hacienda lo más razonable es que lo cese”. Lo peor de todo es que en un tema tan sensible no se trabaja con seriedad, ¡qué ridículo institucional estamos haciendo!
Entre unas cosas y otras y los malos humores de los ediles, porque Purificación Causapie dice estar muy dolida y sentirse despreciada por haber sido calificados de “tontos útiles”. Rommy Arce, la Concejal más rebelde de la Casa, arremete contra los socialistas: “no podemos subalternizarnos al Psoe” y Sanchez Mato prepara manifestaciones contra el Ministro, nadie se ocupa de los problemas reales de los madrileños. Menos mal que siempre nos quedará Ada Colau para tendernos la mano desde Barcelona y expresar su solidaridad con el Ayuntamiento de Madrid. Y es que el gobierno de Carmena en vez de solucionar problemas los acumula, siempre dan que hablar.
La cosa es que cuando salgo a la calle los vecinos me hablan de seguridad, de empleo, de infancia, de personas mayores, de la falta de limpieza en calles y plazas, del mal estado de los parques, en fin de los asuntos que les preocupan. Nadie me habla de los abrazos, ni de socializar los afectos, ni de la universalidad, ni de la ética de los cuidados, ni de soñar con una ciudad modélica en la que se respire concordia. No se preocupen Noviembre pone todo en su sitio, ante los números no vale fantasear ni levantar cortinas de humo, que no son tiempos para andar soñando sino para estar con los pies en el suelo.
En un mes en el que se conmemoran el Día Internacional de la Infancia, el Día Europeo de las personas “sin hogar” y el Día Internacional contra la Violencia contra las Mujeres un Ayuntamiento no puede ni divagar ni dispersarse ni errar porque las tres fechas nos conducen a la realidad. Hay que actuar y posicionarse enérgicamente, verdad es que no partimos de cero en Madrid en ninguno de los tres asuntos pero no es menos cierto que no podemos parar ni un minuto a perder el tiempo. En lo que va de año ya son 44 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en España, 7 menores asesinados y 22 que han quedado huérfanos. El número de personas que duermen en nuestras calles va en aumento y las problemáticas infantiles no cesan ni en número ni especificidad ¿Cómo es posible que este Gobierno municipal no sea consciente de una realidad incuestionable en nuestra ciudad y se dedique a plantear a diario cuestiones irrelevantes? Porque prefiero pensar eso a creer que lo que pretenden es adoctrinarnos para imponer su ideología sutilmente.
Si somos un país referente en la lucha contra la violencia de género en la Unión Europea, si hemos conseguido un Pacto de Estado, si la sociedad española ha conseguido, a través de sus representantes, unirse para tener una sola voz, salvo algunas excepciones minoritarias, no permitamos que su Capital pierda el tiempo en discusiones bizantinas que ni tan siquiera son de nuestra competencia.
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