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¡Ahora el balón es redondo!
No, no es que antes el balón fuera cuadrado. La verdad es que siempre ha sido redondo. Lo que hasta ahora no lo era y a partir de este Mundial 2018 si lo es, son las condiciones de los equipos que se enfrentan, mucho mejor preparados y más equilibrados, con jugadores, independientemente de la selección a la que pertenezcan, que se notan fuertes, rápidos y bien, muy bien alimentados.
Y esto no es otra cosa que el efecto de la globalización, que nos enseña sus resultados en una de las actividades deportivas que más nos apasionan. Lo estamos viendo en todos los partidos. Los que antes eran grandes favoritos, selecciones casi invencibles, caen a los pies de equipos de países menos desarrollados a los que pocas o casi ninguna opción se les daba.
Resulta que ahora, cualquier buen jugador de un equipo por más modesto que sea, termina jugando en los equipos de las ligas profesionales más importantes del mundo. Estos jugadores vuelven a sus selecciones e inyectan todos los conocimientos que van adquiriendo en las grandes escuadras.
Pero es que además, esos equipos “pequeños” ahora tienen acceso a las más modernas técnicas de comunicación, que nos permiten ver jugadas en cualquier rincón del planeta y sacar de ella nuestras propias deducciones y experiencias. Los técnicos van de un lado a otro, en un mercado costosisimo y de gran movilidad, y con la misma velocidad se trasladan técnicas y conocimientos.
Y si este cocktail lo completamos con jóvenes de nuevas generaciones, mucho mejor alimentados y dedicados en alma, vida y corazón a la pasión de sus vidas, a sabiendas que el buen desempeño les dará acceso a un mundo inimaginable de confort y riqueza para cualquier mortal, lo vamos entendiendo mejor.
Si a esto agregamos el aporte de jugadores africanos, árabes y asiáticos, que luchan por alcanzar el “sueño europeo” de jugar en un equipo de primera o segunda división en este continente, la mesa está servida.
Las campeonas Alemania, Brasil, Argentina, etc. han mordido el polvo de las derrotas, en ocasiones abrumadoras, frente a selecciones a las que no se daba ninguna opción. El juego es mucho más equilibrado y las sorpresas están a la orden del día.
No sabemos cómo va a terminar, pero desde luego este Mundial 2018 está resultando muy entretenido.
¡¡¡Viva la globalización!!!
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