Terrorismo
¿No tenemos miedo?
Por Juan de la Torre, Asociación de amigos de Israel en España
En nuestra vida diaria debemos enfrentarnos y superar todo tipo de miedos.
Cada año la DGT nos recuerda el riesgo que supone conducir, pero en lugar de asustarnos, convertimos nuestro miedo en prudencia y en una serie de rutinas que tienen como objetivo aumentar nuestra seguridad. En la calle sabemos que hay gente que podría hacernos daño, pero en lugar de caminar con miedo, tratamos de ser prudentes evitando esas zonas y calles que pueden entrañar mayor riesgo.
Todos somos vulnerables a padecer una enfermedad grave, pero en lugar de vivir asustados, tratamos de llevar una vida saludable que ayude a cuidar nuestro cuerpo.
Como vemos el miedo es imprescindible, forma parte de nuestro instinto de supervivencia, es el que nos advierte de los peligros que nos acechan. Nuestra respuesta es superarlo, creando conductas que nos ayudan a evitarlo o minimizarlo.
Decir “No tengo miedo”, es sencillamente una falacia, una frase hecha vacía de contenido. Si frente al peligro real de ser atacado por un miembro de ese ejército bien organizados de fanáticos islamistas dices, “no tengo miedo” o eres un inconsciente o estás borracho. Las frases biensonantes y políticamente correctas nunca te ayudarán a esquivar el peligro.
La amenaza terrorista se ha convertido en un nuevo miedo que debemos enfrentar y como los casos que he mencionado al principio, podemos convertir ese miedo en una serie de medidas y precauciones que acabarán formando parte de nuestra rutina diaria y que ayudarán a proteger nuestras vidas.
Más de un lector pensará que esto queda muy bonito escrito, pero: “¿Cómo demonios se puede llevar una vida normal sabiendo que hay una recua de fanáticos que quiere liquidarme a mí y a los míos?”. Ante esa pregunta le contestaré: “Bienvenido a Israel”.
Yo he estado allí muchas veces y hay pocos sitios donde la población sea tan consciente de la amenaza terrorista que se cierne sobre ellos. A pesar de esto la vida es similar a la que encontrarían en cualquier rincón de España, terrazas llenas de amigos y familias, restaurantes llenos de gente y una vida nocturna muy intensa.
Ante estas amenazas toda la población ha creado toda una serie de rutinas que siguen de manera automática y cuando algo se sale de lo normal, todos se ponen en guardia. Digo todos porque si hay un factor relevante del comportamiento social del israelí frente al terrorismo, es que extraños que no se conocen, se convierten en familia y amenazar o atacar a uno es amenazar o atacar a todos. Una bonita lección que deberíamos aprender.
Ahora yo me sentiría mucho más seguro en Israel que en cualquier gran ciudad europea, porque allí tengo a toda una sociedad vigilante y atenta ante cualquier peligro. Aquí podríamos empezar a imitarles, asumiendo nuestra responsabilidad en la tarea de mejorar nuestra seguridad colectiva. Hay iniciativas como “STOP RADICALISMOS” que permite a los ciudadanos informar de manera anónima sobre cualquier situación, tras la que pudiera estar el terrorismo islamista.
Empecemos a cambiar desde hoy mismo y trabajemos juntos para protegernos, porque cuando protegemos a los demás nos protegemos a nosotros mismos.
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