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La hipocresía en Podemos (y van...)

La hipocresía en Podemos (y van...)
La hipocresía en Podemos (y van...)larazon

Por David Muñoz Lagarejos

El otro día unos venezolanos se encontraron por la calle, sentados en una terraza de cualquier bar, a dirigentes de Podemos, entre ellos el líder del partido, Pablo Iglesias, y la número 2, Irene Montero. Hasta aquí una anécdota cualquiera. Hasta que dichos venezolanos, aquellos que llevan años siendo perseguidos, anulados y bajo el yugo del chavismo empezaron a increpar a Iglesias y compañía, echándoles en cara su colaboración - asesoría y financiación - con el régimen chavista y la nefasta situación actual del país latinoamericano.

El vídeo corrió como la pólvora por las redes sociales y hasta el PP lo compartió, lo que produjo la reacción de Iglesias y Montero, recriminando la libertad de un partido político de compartir en sus redes sociales lo que quieran (es normal, si por ellos fuera el PP y el resto de partidos no existirían), echándoles en cara su “bajo decoro parlamentario” y que “el PP promueve los insultos”, cuando en el vídeo no se emite insulto alguno.

Han sido precisamente los dirigentes de Podemos quienes han abanderado estos años atrás el acoso político y la protesta hasta límites insospechados hacia el resto de políticos, sobre todo a dirigentes de “la trama”, ahora que no usan “la casta”, dado que ellos ya forman parte de ésta. Es lo que conocemos como escraches.

Vaya por delante que yo no soy muy receptivo a estos métodos, pero hay que señalar la profunda hipocresía (una vez y otra) de Iglesias y Montero, como muchos de sus compañeros de Podemos, al criticar ahora este tipo de protesta, mientras han permitido, encabezado y legitimado otros escraches, incluso en la propia Universidad. Rosa Díez, Felipe González y Cristina Cifuentes han sido algunos de los políticos escracheados por Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y los cachorros que ahora forman Podemos y todos sus tentáculos políticos y sociales.

El “jarabe democrático”, expresión utilizada por Pablo Iglesias para referirse a los escraches, es amargo cuando va contra él y los suyos. Quien se cree centro del universo, se cree dueño y señor de los actos del resto. Quien se cree cabeza del “Pueblo” y depositario de la voluntad popular, ve inadmisible que protesten hacia su figura, pues él es puro e inmaculado y son los otros (el “anti Pueblo”, la “trama”, la “oposición venezolana”, etc.) a los que deben ir dirigidas dichas protestas. Es muy hipócrita quejarse de algo que tú has hecho tanto y de lo cual dices que es totalmente legítimo y una expresión pura de la democracia. Pues ahora, toca aguantar. Os toca aguantar, Podemos.

Queda, pues, de manifiesto una vez más el comportamiento infantil, de aquel al que no le gusta la responsabilidad ni tiene empatía por los demás (no hagas lo que no te gusta que te hagan). Los dirigentes de Podemos que colaboraron (y colaboran) con el régimen autoritario de Chávez y Maduro han de rendir cuentas, primero con los propios venezolanos y después con los españoles, pues quieren exportar ese modelo a la España actual, algo que debemos tener bien claro y siempre presente. De ahí las palabras de Juan Carlos Monedero: «Venezuela es el ejemplo para los pueblos del sur de Europa», «hace falta Venezuela y Chávez para el proceso que está comenzando ahora en Europa» y dejando claro su colaboración, también en la actualidad: «colaborando a la principal tarea que tenemos por delante, y es que Maduro continúe la tarea del presidente Chávez». No es de extrañar, pues, la conexión Podemos-Venezuela y su modelo para España.

Por tanto, no debemos asombrarnos de que algunos venezolanos protesten contra Pablo Iglesias y compañía, en primera persona, por su papel en el hundimiento de Venezuela. Al fin y al cabo están tomando de su propia medicina.