Inmigración

19 menores viajaban en el cayuco llegado a Canarias donde asesinaron a cuatro migrantes: "una auténtica pesadilla"

Los ocupantes, un total de 207 personas que procedían de países como Guinea Conakry, Guinea Bissau, Senegal y Gambia, viajaron durante seis días

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Menores migrantesEuropa Press

Un fatal desenlace se produjo en un cayuco con 207 personas a bordo que arribó a El Hierro el pasado 3 de noviembre. Según fuentes de los equipos de emergencia, los patrones y capitanes de la embarcación presuntamente arrojaron al mar a cuatro personas durante la travesía. Ahora se ha sabido que en la embarcación viajaban además 19 menores y 10 mujeres.

Los ocupantes, procedentes de países como Guinea Conakry, Guinea Bissau, Senegal y Gambia, soportaron durante seis días lo que la Guardia Civil describe como "una auténtica pesadilla". Ayer, las autoridades detuvieron en el campamento de Las Raíces, en Tenerife, a siete presuntos responsables de estos actos.

La investigación sigue en marcha

La Guardia Civil continúa investigando los hechos, ya que aún no se ha esclarecido el apuñalamiento de un pasajero de la embarcación, quien llegó al muelle de La Restinga con una grave herida punzante en el tórax, por la cual tuvo que ser sometido a una cirugía de urgencia.

El cayuco zarpó originalmente de Gambia y realizó una escala en la isla senegalesa de Bassoul, donde se embarcó la mayoría de los pasajeros. Tres días después de iniciar la travesía, tres de los patrones, responsables de mantener el orden a bordo, tomaron represalias contra algunos migrantes.

Según las investigaciones, los incidentes se desataron tras un episodio de delirio sufrido por uno de los pasajeros, una situación comúnmente asociada a cuadros severos de deshidratación que generan síntomas de este tipo.

Además, una fuente cercana al caso reveló que entre los ocupantes del cayuco se encontraba un marabú, una figura religiosa considerada guía espiritual en algunos países musulmanes.

Según el testimonio de varios migrantes recogido por la Guardia Civil, fue esta figura espiritual quien aseguró a los patrones y capitanes que entre los pasajeros se encontraba un espíritu maligno que estaba causando mala suerte durante la travesía. Esto llevó a que culparan al migrante que presentaba delirios, acusándolo de ser el origen del infortunio.

Tras presuntamente golpearlo y atarlo, la situación generó tensiones con otros pasajeros, entre ellos el hermano y un vecino del afectado, quienes intervinieron para defenderlo. Ante este conflicto, los patrones decidieron inmovilizar también a quienes lo apoyaban.

En un incidente posterior, ajeno al caso del migrante con delirios, otro ocupante del cayuco fue igualmente golpeado y atado tras una disputa.

Dos días antes de llegar al muelle de La Restinga, los patrones habrían tomado la decisión de arrojar al mar a las cuatro personas atadas, como una forma de infundir miedo al resto de los pasajeros, según la reconstrucción realizada por la Guardia Civil.

La cuarta víctima

Además de esclarecer el apuñalamiento ocurrido a bordo, el Instituto Armado trabaja en identificar a la cuarta víctima, ya que las otras tres han sido plenamente reconocidas y sus familias informadas sobre lo sucedido y las detenciones realizadas.

Según indican, esto se logró mediante mecanismos de cooperación internacional, contando con el despliegue de un agente de la Guardia Civil en esa región de África, quien trabajó en conjunto con miembros de la Gendarmería Nacional Senegalesa.