
Nísperos en Canarias
El níspero: una joya perdida de Canarias al borde de la extinción
Aunque la superficie dedicada a este cultivo ha aumentado en los últimos años, lo hace de manera "residual"

¿Quién no se ha comido nunca un níspero cogido del árbol a cualquier hora del día y darse un buen atracón que se tradujo en un empacho? Y es que hay algunos alimentos que han marcado nuestra infancia y que siempre han estado presentes en los recreos de los colegios a media mañana o en las meriendas en el parque por las tardes. Sin embargo, otros muchos están desaparecieron del mercado y ya nunca más podremos comprarlos y disfrutar de ellos, como los yogures de Casper, que triunfaron durante un breve periodo de tiempo en 1995, o los nísperos, actualmente.
Cualquier persona mayor de pueblo suele decir que ya la fruta "no sabe como la de antes". Quizás es verdad, quién sabe, pero, en este caso, además, corre el peligro, literalmente, de desaparecer. Y es que, a pesar que el terreno de cultivo de este alimento se ha triplicado en los últimos 12 años, pasando de 1,5 hectáreas, en 2010, a 4,5, en 2023, según los datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC), lo hace de forma “residual”, asegura el secretario de la Asociación de agricultores y ganaderos de Canarias, Theo Hernando.
“El cultivo del níspero siempre ha estado muy vinculado a ejemplares sueltos para autoabastecimiento en pequeñas fincas y huertos” pero, actualmente, esta situación se está recrudeciendo por "los altos costes de producción y por cambios en los hábitos alimentarios", lo que genera que muchas de estas frutas y verduras tradicionales se vean cada vez menos en los mercados, "como pasa con los higos picos o los berros", señala Hernando.
La tolerancia del níspero a la sequía es impresionante. Muchos de los árboles de este fruto no se riegan. Sin embargo, durante el pico de la temporada los árboles están mostrando señales de estrés por falta de agua. “El calor les afecta mucho sobre todo si están en secano, como tradicionalmente se encontraban al ser un árbol muy resistente”, afirma el secretario de Asaga Canarias. De ahí, que se recomiende el riego durante los meses de producción para mejorar su calidad.
La escasez de lluvias que azota desde hace meses el Archipiélago canario y las altas temperaturas que se han registrado a finales de año están pasando factura al campo. “Desde principios de enero hay agricultores que están recogiendo esta fruta, algo que no es habitual”, señaló Azarín González, agrícola del norte de Tenerife.
“Los nísperos se están quedando muy pequeños; sin algo de agua, no va a crecer el calibre y vamos a perder muchos kilos en la cosecha de este curso”, agrega este agricultor, lo que puede acabar teniendo efectos muy negativos sobre la economía familiar. Al margen de la pronta maduración de las variedades más primerizas, los productores tienen también ciertas dudas sobre cuándo llegará el grueso de la cosecha, que habitualmente se alcanza durante el mes de abril, al igual que tienen "miedo" que la mosca de la fruta "haga que se pierdan muchos de los frutos".
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