
Gastronomía
Sin postre, sin café, sin internet y sin neveras; la taberna más brutal y auténtica de Cantabria desde 1901
Todas las noches hay música en directo con la actuación de un pianista y sirven platos sencillos, pero de una calidad de diez

Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Si buscas una taberna de las de toda la vida, de las de antes, de las que ya no queda y de las que solo sirve producto fresco porque no tienen nevera, entonces tienes que ir a esta taberna que hoy de descubrimos en Cantabria.
Se trata de un local que abrió sus puertas en 1901 y desde entonces sigue manteniendo su esencia, básicamente lo que se hace en este local es servir comida de calidad, tener un buen servicio y un encanto especial. No se reserva, no hay postre, no hay café, no hay internet, las mesas son compartidas pero lo que si hay es un pianista que toca todas las noches.
Fue en 1981 cuando abrió como negocio hostelero, pero sin cambiar absolutamente nada del local. Se mantiene el mismo mobiliario, con las mesas corridas, las puertas, las ventanas, la barra... todo ello bien cuidado pero sin dejarse llevar por las modas. Un sitio castizo que siempre es un acierto.
Aquí podrás comer los clásicos: empanadillas, croquetas, embutidos buenísimos, caracoles, quesos, morcilla, anchoas de Santoña, ensalada de ventresca con pimientos... platos sencillos pero perfectamente ejecutados en un restauranteque se sale de lo común porque, sinceramente, ya no quedan lugares con este encanto.
Además los precios están muy ajustados, con lo que si quieres disfrutar de una comida en donde te van a servir todas y cada una de las delicias de la gastronomía cántabra este es tu sitio. Perfecto para cenas en grupo y para conocer otras alternativas de hostelería que no son lo que solemos encontrarnos.
El servicio es impecable y siempre tienen recomendaciones para guiarte en tu elección sin que te equivoques.
La Taberna La Conveniente está en Santander, se trata de una bodega muy bonita y en la que las raciones son muy abundantes, pero sirven medias raciones, así que puedes aprovechar para pedir más platos y no quedarte con ningún antojo.
"Nos encanta este sitio, la comida está muy buena y siempre que vamos, repetimos. Es de esas tabernas auténticas que uno ya no se encuentra. A veces lo más sencillo es lo que triunfa", asegura uno de los comensales sobre este local.
Como no hay reserva te aconsejamos que no vayas tarde porque suele tener mucha afluencia de gente. Un acierto seguro en un clásico de Cantabria.
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