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Ciudad Real

Encuentran por sorpresa en el Archivo de Ciudad Real unas láminas de un monumento a Cervantes que nunca se construyó

Se trata de seis láminas de un metro por sesenta pintadas por el arquitecto albaceteño Rafael Fernández-Huidobro

Aflora por sorpresa en el Archivo de Ciudad Real un proyecto de monolito de 10 metros en homenaje a Cervantes del año 47 Clara Manzano

El Archivo de la Diputación de Ciudad Real ha experimentado hace pocos días cómo por sorpresa han salido a la luz unas láminas de un monumento en homenaje a Miguel de Cervantes proyectado en 1947 pero que nunca llegó a materializarse.

Según una información trabajada por el Diario Lanza de Ciudad Real y recogida por Europa Press, el hallazgo fue fortuito hace unos días en los talleres de vías y obras de la Administración provincial.

Se trata de seis láminas de un metro por sesenta pintadas por el arquitecto albaceteño Rafael Fernández-Huidobro, que fue director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en los 60. "Las planchas estaban colocadas de forma contigua como si fueran un falso techo y las pinturas no se veían", comenta Manuel Ángel Gómez, jefe del servicio de mantenimiento.

Según su testimonio, se calcula que por lo menos están allí desde el año 86. "Tenemos mucho material antiguo, rejas y otras cosas de interés. Pero nunca había aparecido algo así. Al ver que eran unas pinturas, llamamos al archivo", añade. Así, detrás de una tremenda capa de polvo y pajizo aparecieron los dibujos, donde con una caligrafía exquisita se lee 'Proyecto de monumento a Cervantes en Ciudad Real'.

Gracias a la hemeroteca del propio Diario Lanza se ha arrojado más luz, y es que según sus archivos, fue en abril de 1947 cuando la Comisión de Cultura del Centenario, bajo el patrocinio de la Diputación de Ciudad Real, convocó un certamen dirigido a arquitectos españoles. El importe de ejecución material no podía exceder las 750.000 pesetas y su emplazamiento sería la actual plaza del Pilar.

Solo se presentaron dos proyectos, el del arquitecto Emilio Pereda, del que el Archivo de la Diputación de Ciudad Real tenía clasificados los planos desde hace varios años, y el de Rafael Fernández-Huidobro Pineda, del que ahora han aparecido las láminas y que quedó en segunda posición.

En las láminas a lápiz se distingue una fuente con un monolito central coronado por una bola del mundo, con relieves con escenas del Quijote en los laterales y al pie una gran escultura de Cervantes. "Es un proyecto muy interesante, donde encontramos un intento de renovación por parte de alguien que conoce mucha arquitectura y que hace su propia interpretación", explica el arquitecto Diego Peris.

Diez metros de ilustre escritor

A escala real el monumento mediría 10 metros. Peris explica que es un tipo de arquitectura típico de la Ilustración, que utiliza los elementos geométricos, "como es ese tronco de cono rematado con esfera", y también encuentra referencias al movimiento europeo del expresionismo, que representaron autores como el alemán Erich Mendelsohn.

El otro proyecto de monumento a Cervantes, el ganador del concurso, es muy distinto. Diego Peris explica "es un complejo escultórico que ofrece una solución clásica" al construir un templo con una columnata, con remates superiores jónicos e introducir las figuras dentro. También iba a ser de grandes dimensiones: 12 metros de frontal y 6 metros de altura. Enrique Pérez Comendador estaría detrás de la parte escultórica.

Los anteproyectos no prosperaron. Juan de La Mancha, en la misma revista, ya aludía a los "graves obstáculos", no solo económicos, que arrastraba la ejecución. Ciudad Real, en plena posguerra, atravesaba tiempos muy difíciles: ni tan siquiera funcionaban bien las cartillas de racionamiento, para garantizar el suministro de alimentos básicos al pueblo.