Valladolid
La Parroquia de San Ignacio de Loyola: nuevo vertedero de Valladolid
Escombros, basura, sofás, colchones, sillas y muebles adornan cada día el exterior de este templo ubicado en el Barrio de Pajarillos. “Es el pan nuestro de cada día”, lamenta Jaime Arenaga, el párroco
Las paredes del exterior de la vallisoletana parroquia de San Ignacio de Loyola, ubicada en el conflictivo barrio de Pajarillos, amanecen cada día con nuevas sorpresas y “adornos” en forma de bolsas de basura, de ropa vieja, colchones, escombros de obras realizadas, muebles viejos y destrozados, sofás, sillas, sillones y enseres y utensilios del hogar de todo tipo, cuando no despiertan con una ventana rota y los cristales esparcidos por el interior, con una reja de forja arrancada a cuajo de las que protegen las cristaleras mientras el cura oficiaba una misa, o con parte del tejado levantado después de que intentaran acceder al interior por él de madrugada.
El párroco Jaime Arenaga cuenta a este periódico que estos hechos se han convertido ya en una “triste costumbre" y, aunque no cree que sea algo personal contra su persona ni un boicot a la tarea pastoral y evangelizadora que trata de llevar a cabo desde hace año y medio para conseguir que el templo “sea el motor del barrio", ni “mucho menos” contra los feligreses, el cura apunta más a la “falta de educación” y el “salvajismo” que, en su opinión, impera en algunas familias, sobre todo de etnia gitana de la zona, “a las que les da igual todo”.
El sacerdote reconoce que el Ayuntamiento de Valladolid sabe y es consciente de esta situación y señala que cada día hay operarios que se encargan de recoger estos enseres del exterior de la parroquia, así como patrullas policiales vigilando, pero se queja de que el templo se haya convertido últimamente en un “recogedero de la basura” y no se multe a estas personas que depositan los escombros en un lugar que no es un vertedero, “pero que empieza a parecerlo”.
Pese a estos sucesos, el religioso asegura que la situación en la parroquia está más tranquila y ha mejorado “bastante” en los últimos meses desde los altercados del pasado mes septiembre, destaca que los feligreses, la mayoría personas mayores, ya no sienten el miedo de aquellos días, pero insiste en que fuera de la parroquia “mucha gente” del barrio sigue teniendo cierta zozobra, y que “no hay que bajar la guardia”.
En la parroquia de San Ignacio de Loyola, mientras tanto, prosigue la actividad diaria, a la que se ha sumado hace apenas unas semanas la sede de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío en Valladolid, con diversos actos religiosos en honor a esta Virgen muy querida y venerada en toda España, el último sábado de cada mes.
De hecho, avanza el sacerdote que el 29 de febrero próximo está prevista la presentación oficial de esta Hermandad con un evento en el que participarán todas las cofradías de la ciudad.
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