Palencia
Pasión por el mundo celeste
San Pedro Cultural, en la localidad palentina de Becerril de Campos, acoge una exposición sobre la profundidad de los meteoritos y el ámbito de la Astronomía
La inmensidad del espacio y la respuesta a muchas incógnitas se dan cita en el monumento estelar de San Pedro Cultural, en la localidad palentina de Becerril de Campos, de la mano de la exposición ‘Mensajeros del Cosmos’, de Rafael Cítores, que descansará en este espacio hasta el mes de abril con una serie de elementos repartidos en 20 vitrinas.
El experto detalla a la Agencia Ical que la idea de la exposición “es intentar explicar tanto los meteoritos como los fenómenos relacionados con estos, para dar a conocer los aspectos que los provocan, como los cráteres de impacto, el vidrio, o la lava volcánica”. Todo ello se estructura a partir de elementos “muy particulares” para intentar introducir al público en el mundo de la Mineralogía y la Petrología.
Para demostrar que la piedra en cuestión viene de fuera, el organizador enseña, de la mano de la Petrología, los cortes a microscopio para averiguar la composición interna, ya que, de esta manera, “se comprueba que una posible piedra sospechosa es finalmente un meteorito”.
Además, la muestra explica a los visitantes qué es un meteorito y cómo caen a la Tierra, al dividir la secuencia en diferentes partes, como “las famosas bolas de fuego, las estrellas fugaces o los bólidos”. “Un mundo confuso que rodea a este ámbito y que las personas confunden”, afirma. Para ello, a partir de la campana de Tesla se relata la ionización, de una forma visual, igual que sucede en los Museos de la Ciencia.
De todo tipo
También hay hueco para los meteoritos de otros planetas, así como una representación de las 45 familias de las diferentes caídas, “menos una”, debido a la imposibilidad para ello, aunque es una cuestión muy técnica y anecdótica. Con esta representación “se deja claro las diversas procedencias, ya que no todos los meteoritos son iguales, al tener como origen el núcleo, el manto o la corteza de los asteroides”. Entre todos estos temas, Cítores introduce nociones sobre el origen y los minerales de la Luna, las misiones Apolo y aspectos en torno a este ámbito determinado.
Además, señala que el gran grupo esta formado por todas las familias, con ciertos ejemplares, además de algunos destacados, como los meteoritos de la Interfase, procedentes de los volcanes de los asteroides, o los que son metálicos, originarios del núcleo.
La exposición también está compuesta por la Piedra de Ica, procedente de Perú, como ente a mayores, el cual “es un meteorito que está tallado, para así entroncar con la Arqueología”, siempre con el objeto de despertar la inquietud en las personas en el momento en el que observan la exposición.
Los inicios
Rafael Cítores subraya que su afición fundamental se relaciona con “el mundo de los insectos, con una formación entomológica", al llevar toda la vida trabajando para el Museo de Madrid, de la mano de su propia colección, "una de las mejores entre las existentes en Europa, así como toda la taxonomía de mariposas, escarabajos y similares”.
Una colección nacional “muy alejada” de la muestra que expone actualmente en Becerril de Campos, por lo que, Cítores explica que, a partir de su mayor afición, “ha desarrollado trabajos periféricos”, como uno relacionado con la Paleontología. De esta forma, a raíz de moverse en el mundo de las ferias y congresos, y tras el interés por el mundo de la Astronomía y la ciencia en general, decidió embarcarse en otro proyecto más, al ir adquiriendo de poco en poco, ejemplares de todas las familias.
Deja claro que lleva un par de años embarcado en este ámbito, pero de una manera “muy seria y ordenada, a través de mucho estudio y análisis en torno al tema”. En este sentido, aclara que “se ha empapado de todos los conocimientos sobre este mundo celeste en poco tiempo”. Detalla que “no se ha encontrado ningún ejemplar”, pero, al moverse en círculos específicos en la materia, se consigue contactar con personas que realizan intercambios y ventas, asevera.
Además, puntualiza que existe una asociación internacional, donde los miembros realizan a viajes a diversas zonas del planeta para recolectar los impactos. Tras ello, los analizan y trocean para posteriores ventas y subastas. De esta manera, “se pueden conseguir algunos ejemplares”. Aun así, añade que “ha escrito a universidades de renombre para adquirir nuevos meteoritos, ya que en el circuito comercial no hay gran variedad, debido a que las piezas más extrañas son difíciles de encontrar”. Para ello, traslada que, a partir de la vía universitaria, ha logrado obtener ejemplares.
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