Facturación cero en el sector hotelero y en el de la restauración de Castilla y León

Muy honda preocupación en el sector hotelero y de la restauración. Tanto por el momento que se está viviendo, como las consecuencias futuras que puede acarrear para los diferentes negocios. En estos momentos, la práctica totalidad de los hoteles se encuentran cerrados a cal y canto, y con ello los servicios a mayores que ofrecen, como pueden ser comidas o cenas, a parte de otras celebraciones y existe cierto pesimismo en el sector de cara a corto, medio e incluso a largo plazo. Así lo señala a este periódico el presidente de la Asociación de Hoteles de Valladolid, Francisco Posada, quien señala que el mes de marzo “está totalmente perdido” y ve con pesimismo el de “abril”, tras las miles de cancelaciones sufridas en camas de cara a la Semana Santa.

De hecho, de los casi 75 hoteles vallisoletanos que hay en la actualidad, sólo tres permanecen abiertos, y con menos de una decena de usuarios, pero lo más probable es que a lo largo de la semana echen el cierre. “El problema es muy grave y la situación es dramática, ya que se han cancelado bodas, bautizos y reuniones de empresa y el tema de las comuniones se encuentra en el aire", admite. Sin querer aventurarse a decir cifras, las pérdidas son muy cuantiosas y pone un ejemplo. La facturación es nula mientras que el coste de los trabajadores es entre 2 o 3 millones de euros mensuales. Casi nada.

Algo que evidentemente está obligando a muchos empresarios a poner en marcha Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTEs) con la incertidumbre si luego se van a poder recuperar esos puestos de trabajo. “Habrá que ver las ayudas del Gobierno para las cuotas de la Seguridad Social, impuestos, el pago de alquileres o los créditos que tenemos”, indica Posada.

En los mismos términos habla Mercedes Primo, responsable en la dirección del hotel Castilla Vieja de Palencia, que en el día de ayer anunciaba el uso de sus habitaciones y camas para posibles cesiones a la Sanidad castellano y leonesa. “Es una situación caótica”, manifiesta. Vista la cascada de anulaciones -del 1 al 11 de marzo registraban 530 habitaciones anuladas-, antes de que se decretara el Estado de Alarma, cerraba sus puertas.

Se ha anulado todo, fiestas, alguna boda, cenas solidarias como la del Cáncer Infantil, mesas familiares. “Estamos a cero y teletrabajando desde casa para algunos temas”, señala Primo, que augura que el problema se va a alargar en el tiempo y que luego “cuando todo estos se arregle, va a costar arrancar, por que no vamos a tener el doble de trabajo para recuperarnos”.

Manuel García es el director del Hotel Conde Luna, englobada dentro del conglomerado “by Vamuca”, que consta de dos hoteles y cuatro restaurantes en la capital leonesa. “Llevo 24 años trabajando en la profesión y no había visto nada igual. El descenso en la actividad empezó a ser brutal la semana pasada y a partir de ahí, todo en cascadas, bodas de oro, bautizos, comidas por congresos. Las pérdidas pueden ser escalofriantes”, afirma ya que son 180 los empleados con los que cuenta este grupo.

Las cifras de estos últimos días son la cancelación de 2.000 habitaciones en el Hotel Conde Luna y de otras mil en el Alfonso IV. A ello hay que sumar las comidas y cenas en los ocho salones desperdigados por la ciudad, entre los que había 40 congresos y reuniones familiares, aunque bodas, de momento no había muchas. Respecto al tema de las comuniones, que tienen entre 60 o 70 cada año, el responsable hotelero indica que ya son numerosas las madres que han preguntado por la situación, y que todo dependerá de la evolución de los acontecimientos, al estar programadas para finales del mes de mayo y principios del mes de junio.

Preocupación pero a la vez optimismo es el que desprende uno de los mayores restauradores en Castilla y León, José María Ruiz, quien indica que sus negocios, en Segovia, Peñafiel, Rueda y Galicia, y que cuenta con más de 300 empleados, están cerrados desde el pasado sábado. De momento indica que no se ha planteado ningún expediente de regulación de empleo pese a la práctica totalidad de cancelaciones sufridas en los últimos días. “El palo va a ser enorme pero nos recuperaremos. Todo acabará felizmente, pero ahora la situación es difícil y la sociedad tiene que tener la suficiente cordura para abordar esta situación y sus consecuencias”, indica.

Comuniones

Y es que el tema de las comuniones está provocando mucha “incertidumbre” entre numerosos padres. Al habla con uno de ellos, Enrique Mozo, cuya hija celebrará el sacramento el 30 de mayo o el 6 de junio en la localidad vallisoletana de Villanubla. “Estamos perdidos. De momento no sabemos qué hacer”, confiesa, a la vez que nos indica que ya ha habido algunos padres que han decidido que su hijo no haga la comunión. De momento la catequesis está suspendida y los ensayos que estaban programados para después de la Semana Santa están en el aire. “Tenemos reservado el restaurante y comprado el vestido de la niña y tenemos la esperanza de que si no es en las fechas previstas se alargue y se pueda celebrar en julio”. Eso sí, señala que lo de la celebración y la cancelación de la comunión es lo de menos, lo importante es la seguridad.