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Palencia fabricará en 2022 el nuevo crossover deportivo de Renault

Así lo anuncia el consejero delegado Luca de Meo, quien reafirma la apuesta de la marca del rombo por el denominado segmento C, un vehículo familiar de pequeño tamaño

Fabricación del Renault en Villamuriel de Cerrato (Palencia).
Fabricación del Renault en Villamuriel de Cerrato (Palencia).larazon

Buenas noticias para Castilla y León, en general, y para el sector de la automoción y Palencia, en particular. Y es que la fábrica palentina de Renault, situada en la localidad de Villamuriel de Cerrato, fabricará un nuevo vehículo a partir del próximo año: un nuevo crossover deportivo que, además, está llamado a paliar la carencia en la marca francesa de un modelo de este tipo y en este sector del denominado segmento C, un automóvil familiar de pequeño tamaño.

Así lo ha anunciado este viernes el consejero delegado de Renault, Luca de Meo, quien asegura que este vehículo será el primero de los tres nuevos vehículos atribuidos a la planta de la ciudad española de Palencia.

“La meta fijada con Renaulution es pasar del 10 por ciento de las ventas actualmente en ese segmento, más rentable que el de los vehículos pequeños, al 30 por ciento en 2025″, avanza de Meo, quien ha apuntado que otro de los retos de la marca es acelerar en la electrificación de la gama, a partir de la sólida posición competitiva de la que parte gracias en particular al Zoé, para “ser la marca más verde de Europa para 2025”.

De aquí a entonces, el grupo francés va a lanzar doce nuevos vehículos eléctricos y en dos o tres meses se debería saber con quién va a asociarse -está negociando con varias empresas- para lanzarse a la producción de baterías para sus vehículos eléctricos.

El consejero delegado se expresaba de esta forma durante la presentación de las cuentas anuales de la multinacional en París, que revelan que Renault ha perdido más de ocho mil millones de euros en 2020, el peor resultado de su historia, en buena parte a causa de su socio Nissan y su lastre de 4.970 millones pero también los casi 1.000 millones de euros de cargas por los costes de la reestructuración que puso en marcha la empresa desde el primer semestre y por el ajuste del valor de los activos, según decía.

Pese a todo, De Meo aseguraba, optimista, que la resurrección de la firma “ya ha empezado”.