Sociedad
Afectados por daño cerebral y sus familiares aseguran que el optimismo y el apoyo psicológico son factores clave en la recuperación
Los pacientes del Benito Menni de Valladolid reclaman una mayor información y educación a la sociedad para que se conozcan estas patologías y se comprenda la actuación de los enfermos
Pacientes que han sufrido ictus y traumatismos craneoencefálicos, así como sus familias han sido los protagonistas de la mesa redonda que se ha celebrado en el Centro Hospitalario Benito Menni de Valladolid con motivo del Día del Daño Cerebral Adquirido. Sus experiencias personales, las dificultades con las que se han topado y sus reivindicaciones hacia la sociedad y el sistema sanitario han centrado este encuentro.
El Neuropsicólogo del Centro Hospitalario Benito Menni Isaac Fernández ha recordado que cada año en España se registran 105.000 nuevos casos de daño cerebral y en total hay cerca de medio millón de personas afectadas. En Castilla y León son más de 4.000 casos anuales.
En este sentido, los pacientes señalan la importancia de contar con buenos profesionales porque de este modo “la recuperación es asombrosa”, pero también de visibilizar y educar a la sociedad para que conozca y respete este tipo de enfermedades. María lleva un año y medio conviviendo con el daño cerebral de su marido Maruan debido a una caída desde una altura de ocho metros.
Tras 30 días en coma comenzó los procesos de rehabilitación, ya que en un principio “no se movía, ni hablaba ni conocía a nadie”. María insiste en que el daño cerebral no solo tiene secuelas físicas, también mentales. “Hay un cambio de comportamiento y muchas carencias o límites que desaparecen lo que hace que sea muy complicado de afrontar tanto para quien lo padece como para los familiares”.
Por eso, cree que la formación del entorno cercano para que puedan ayudarles fuera de la terapia es esencial. Del mismo modo, recalca en que el apoyo emocional y psicológico se extienda a las familias. “Para mí es fundamental hablar y participar y demandaría que se extrapolara esa atención a otros familiares como los hijos, los padres o los hermanos”.
También reclama una mayor información a la sociedad porque “hace falta mayor conciencia y sensibilidad hacia estos pacientes y hacia la enfermedad”, apunta. Una reivindicación que también traslada Alejandro, quien sufrió un traumatismo craneoencefálico hace ya tres años y reconoce que la vida le ha cambiado de forma radical, pero se lo toma como una nueva oportunidad. Al respecto, incide en que la ayuda psicológica tendría que estar más generalizada.
Con la misma normalidad que se va a un traumatólogo cuando hay una rotura de huesos defiende que se debería de acudir con la misma al psicólogo. Asimismo, cree que se debería garantizar esta atención a los familiares de las personas que sufren daños como los suyos. Su mujer Ana indica que una de las principales secuelas que tiene es que se le olvidan las cosas, pero “hay que entender que es una enfermedad, adaptarse y ver el lado positivo ahora cada vez que va a cualquier lugar se asombra como la primera vez”.
Además, señala que la terapia con el Neuropsicólogo está siendo indispensable para su recuperación, así como cuidar a sus mascotas, el deporte o cocinar “aunque a veces nos comamos alguna cosa con azúcar en vez de con sal le ayuda mucho”. Otro de los pacientes que ha contado su testimonio ha sido Julián, un camionero de proefesión que padeció un ictus.
A ello se suma que ha pasado el coronavirus recientemente y admite que la ayuda de los profesionales del Centro Hospitalario Benito Menni ha sido fundamental porque “ya ando solo y puedo mover la mano”, aclara.
Del mismo modo, Laura, que es maestra, cuenta que estaba manteniendo una reunión online durante la pandemia con la directora del centro educativo en el que trabaja cuando de repente se cayó hacia un lado. “No sabía por qué, simplemente me tocó a mí, tuve un derrame cerebral y estuve mucho tiempo ingresada. Fue duro porque no podía hablar, leer ni escribir y tenía toda la parte derecha del cuerpo paralizada, ahora he recuperado muchas habilidades y todavía me queda por mejorar”, relata.
Laura considera que el trabajo constante, el afán de superación y avanzar poco a poco en las terapias le están ayudando a recuperarse. De hecho, es un orgullo para ella poder ir en autobús sola y asegura que su objetivo es volver a conducir. Como conclusiones, el gerente y director médico del Centro Hospitalario Benito Menni, Ángel González, ha recordado que en estos casos es más importante que nunca la esperanza, el trabajo y la adaptación a la nueva situación.
También, ha recordado que, tal y como habían mencionado los pacientes, “el daño cerebral es una enfermedad que hay que visibilizar y que no solo afecta al paciente individual, sino a todo su entorno”.
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