Sociedad
La presa de Aldeadávila, un escenario de moda y cine
protagonista del desfile de Alta Costura de la diseñadora Fely Campo en la Fashion Week
La presa salamantina de Aldeadávila, propiedad de Iberdrola, se ha convertido en un escenario idóneo de cine, y ahora de moda. Y es que ha sido elegida por la diseñadora salmantina Fely Campo como escenario para su puesta de largo en la Mercedes-Benz Fashion Week -MBFW-, celebrada estos días en Madrid, y ha podido contemplarse en todo su esplendor en la presentación de su colección de prêt-à-porter de lujo que propone un viaje, a través de un contrapunto de sensaciones, al admirar la sobrecogedora belleza de los balcones de las Arribes.
Enamorada de su tierra, Salamanca, ha querido reivindicar esta infraestructura hidroeléctrica en un medio tan importante y reconocido nacional e internacionalmente como es la pasarela madrileña, proyectando durante el desfile imágenes de esta instalación, enclavada en el impresionante cañón del tramo inferior del río Duero en el Parque Natural de Arribes del Duero, convirtiéndose en el centro de la inspiración que la diseñadora ha elegido para esta colección.
A su paso por la provincia de Salamanca, con más de medio siglo a sus espaldas, Aldeadávila cuenta con 140 metros de alto por 250 metros de ancho y es capaz de embalsar 115 hectómetros cúbicos en una superficie de 368 hectáreas, equivalente a casi 97 estadios como el Bernabéu.
Las secuencias rodadas en este paraje cuentan con un relevante despliegue de medios tecnológicos de última generación, incluidos drones y cámaras de alta velocidad para la grabación de las escenas más bellas.
Diafonía, colección de prêt-à-porter de lujo
Diafonía, que así ha llamado la diseñadora salmantina a su colección de prêt-à-porter de lujo, construye un armario femenino que refleja la dureza y la delicadeza de un paisaje inspirador, a través de la contraposición de estéticas. En definitiva, una vertiginosa manera de acercarse al foco de toda la inspiración de Fely Campo: la mujer, su carácter, sus contradicciones, sus contrastes y su manera de sentir el momento actual; acompañada de un sonido electromagnético para recorrer el incansable camino hacia la búsqueda de la belleza.
“Quien se haya asomado alguna vez a la sobrecogedora belleza de los balcones de las Arribes, habrá sentido esa salvaje caricia y la contundente delicadeza del sonido de ese paisaje”, afirma emocionada Campo.
Los sentimientos encontrados se armonizan en looks que exponen el contraste de texturas. Las escenas más íntimas, la búsqueda de la belleza sútil y sensible suena a través de finos rasos, transparencias, tejidos vaporoso y delicados reflejos que se abren paso sobre la fuerza de un paisaje más abrupto, compuesto por prendas de abrigo de tacto firme y tenaz como la lana.
Las líneas de la colección más sobrias se componen de volúmenes sastre y oversize, trasladándonos con audacia a la magnitud de las texturas pétreas. Prendas que se comportan como una coraza, bajo las que el acoplamiento de una diafonía descubre una segunda línea más íntima, con una estética lencera, sensual y delicada. Un contrapunto de estéticas que plantea una visión de la moda versátil y atemporal.
Aldeadávila, un escenario de cine
Esta instalación hidroeléctrica sigue sorprendiendo por su grandeza y por el lugar en el que fue construida, en una zona escarpada de rocas de granito cuya belleza atrae a centenares de visitantes cada año y que ya ha servido también de escenario principal en producciones cinematográficas tan reconocidas como la última saga de Terminator, Doctor Zhivago, ganadora de cinco Oscar y otros tantos Globos de Oro, y la española La Cabina, de Antonio Mercero.
En 2016, se convirtió en protagonista de la campaña que la empresa japonesa Fujitsu lanzó bajo el lema The world is your workplace /El mundo es tu oficina. Centraba su minuto de duración en subrayar la libertad de trabajar con su nuevo modelo de ordenador portátil, mostrando cómo cuatro empleados saltaban de su oficina a los paisajes naturales más llamativos de España, a los que podían acceder a través de la máquina.
La central de Aldeadávila es una de las mayores generadoras de energía eléctrica en España, puesto que su producción supone más del 10% de la generación media hidroeléctrica del país, suficiente para abastecer a 250.000 hogares. Además, ahorra la emisión anual de 1,3 millones de toneladas de CO2. La estructura principal de esta planta hidroeléctrica figura bajo tierra: cuenta con 12 kilómetros de túneles de 12 metros de ancho por 8 metros de alto.
De los Saltos del Duero al liderazgo energético global
El compromiso de Iberdrola con Castilla y León se enmarca en la profunda vinculación de la compañía con esta tierra, en la que nació hace más de 115 años y desde la que viene impulsando la transición energética hacia energías renovables, limpias y competitivas que promueven el desarrollo de una sociedad sostenible y responsable con el entorno medioambiental y socio económico.
La apuesta de Iberdrola por las energías limpias comenzó precisamente con la promoción de los Saltos del Duero y este compromiso, más de un siglo después, se ha materializado convirtiéndose en un líder energético global, el primer productor eólico y una de las mayores compañías eléctricas por capitalización bursátil del mundo.
En Castilla y León, Iberdrola es líder en el desarrollo de estas energías, con la gestión de más de 5.200 MW renovables -3.500 MW hidroeléctricos- que consolidan a la región como la comunidad autónoma con más megavatios “verdes” instalados por la compañía en España.
Uno de los hitos más importantes de la historia de Iberdrola
El caudaloso río Duero, a pesar de ser vehículo de transporte durante largas épocas, ocultaba, en su tramo inferior, un tesoro inimaginable en forma de energía. Fue el ingeniero José Orbegozo quien, después de estudiar el río y vislumbrar la totalidad del cañón, se dio cuenta de las enormes posibilidades del tramo internacional y de la magnitud del proyecto.
Éste consistía en construir saltos poderosos que aprovecharan la fantástica caída del agua y crear grandes embalses en los ríos Esla y Tormes. Dichos embalses regularían el caudal y garantizarían la producción de las potentes centrales que se instalasen aguas abajo, bien en el tramo nacional o internacional del Duero, que, en la misma frontera entre España y Portugal, y a lo largo de 160 kilómetros de curso, ofrecía un desnivel de 400 metros.
El nacimiento de la presa de Aldeadávila representa uno de los hitos más importantes de la historia ya más que centenaria en España de Iberdrola, una historia que es la suma de los esfuerzos de varias generaciones que han sabido aprovechar, en cada momento, las oportunidades del mercado eléctrico, con el objetivo último de dar respuesta a las demandas de desarrollo industrial y de bienestar de la sociedad.
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