Economía

Lechazo y vino esquivan las peores consecuencias del paro de transportes

Aunque si que reconocen retraso en la llegada de ciertos materiales, como el vidrio, los corchos o las cápsulas de las botellas

Manifestación de transportistas
Manifestación de transportistasCipriano Pastrano DelgadoLa Raz—n

Dos de los sectores más significativos de la economía de Castilla y León, el del vino y el de la ganadería ovina, van esquivando sin consecuencias demasiado graves el paro de transportes que desde hace 12 días afecta a todo el país.

Sin embargo, representantes de ambos colectivos reconocen que se ven afectados por otras cuestiones, como la demora que sufren desde hace meses en la recepción de ciertos insumos necesarios en su cadena productiva o los elevados precios que están alcanzando algunos artículos imprescindibles en su actividad, como los piensos alimentarios o los fertilizantes.

En el ámbito vitivinícola han explicado a la Agencia EFE que no están sufriendo demasiados problemas para sacar unas producciones que no dependen demasiado de las agencias de transporte.Ç

“Algunas bodegas de grandes grupos sí que están viéndose afectadas. Pero, en general, no hay problemas”, ha explicado Íker Arroyo, presidente de la Asociación de Empresarios de Bodegas de Ribera del Duero (ASEBOR) y vocal en el Consejo Regulador de esta denominación de origen, para quien se están salvando porque las acciones para llamar a unirse a la huelga se están centrando en grandes centros fabriles más que en las pequeñas elaboradoras vitivinícolas.

Arroyo considera que el paro de los transportistas quizás esté dejando su impronta en el retraso en la llegada de ciertos materiales, como el vidrio, los corchos o las cápsulas de las botellas. Sin embargo, es una situación que llevan padeciendo meses, por lo que es imposible saber qué parte de responsabilidad tiene la huelga.

No varía mucho el planteamiento de los representantes del sector ovino. Tano Sopena, gerente de la cooperativa de segundo grado ‘Tierras de Ovino’ de Peñafiel (Valladolid), centrada en la producción láctea, incide en que hasta ahora se ha respetado la recogida de la leche, lo que resulta imprescindible en su actividad.

“Se ordeña todos los días y se recoge la leche cada dos, lo que es imprescindible. En las explotaciones no se dispone de infraestructura para poder almacenarla por lo que hay que darla salida. Se podría guardar igual hasta un tercer día pero no más. Pero hasta ahora no ha sido necesario”, ha señalado Sopena.

Una vez la leche llega a su principal destino, las queserías, se elabora y se dispone de espacios de almacenaje que permiten esperar a que pasen estos momentos.

Su principal preocupación, estima, se encuentra en “los precios desorbitados” que están alcanzando algunos productos por el incremento del coste de la energía, la subida de precios de los combustibles y las consecuencias de la guerra en Ucrania, y que están convirtiendo en inviables algunas explotaciones.

“A 1 de enero se calculó un incremento en los costes de producción del 20%. Ahora mismo, y no hemos acabado marzo, estaremos por el 30%. Es inasumible. No podemos producir a pérdidas”, recalca.

En similares términos se pronuncia Mariano Paramio, presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Churra (Anche). Reconoce que, si bien la ganadería de carne se ve menos afectada por el incremento de los precios de los piensos al poder optar por una producción más extensiva y recurrir al pasto natural, sí que están teniendo que hacer frente a una subida en los costes de cerca de un 15%.

Como en los casos anteriores, Paramio explica que, de momento, no le consta la existencia de problemas a la hora de transportar animales.

Además de los productores de carne y de leche de ganadería ovina, una tercera pata de este sector está representado por los comercializadores.ç

Desde la cooperativa de segundo grado Colear, especializada en la comercialización de lechazo de Castilla y León, su gerente, Fernando Sanz, explica que su labor se circunscribe al periodo que va desde que el animal sale del matadero hasta que se comercializa.

En este sentido, indica que no están teniendo ningún problema y todo el tráfico de canales hasta sus instalaciones discurre con normalidad. Es con el envío de la producción con el que están sufriendo algunas consecuencias del paro.

“A destinos cercanos, por Castilla y León, Madrid, la movemos con nuestra propia flota de vehículos, por lo que no tenemos ningún problema. Sin embargo, para los portes a más distancia dependemos de agencias de transporte y ahí sí que los encontramos”, manifiesta Sanz.

La situación la están paliando congelando la producción que no puede llegar a su destino. Algo que puede hacerse porque el consumo de lechazo se encuentra en un momento bajo y, en consecuencia, su precio está muy contenido. “Si esto ocurriera en agosto o en Navidad, sería imposible ya que congelar cuando la carne está a un precio alto resulta a todas luces inviable”, remarca.

Todos los afectados puntualizan que la situación de momento no es preocupante siempre y cuando no se prolongue demasiado en el tiempo. Si el paro se alargase en el tiempo, reconocen, es posible que la coyuntura cambie.