Turismo

Pueblos más bonitos de Soria para disfrutar en otoño

La micología es uno de sus principales atractivos

Puerta de la muralla romana de Medinaceli, datada en el siglo I.
Puerta de la muralla romana de Medinaceli, datada en el siglo I.Alfonso Masoliver Sagardoyfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@69f48aa5

La provincia de Soria está de moda. La aparición en la pequeña pantalla algo tiene que ver, pero sobre todo su belleza natural y gastronómica es un polo de atracción para los turistas. Y es que la provincia soriana es el paraíso de la micología, y otoño es un momento del año idóneo para disfrutar de muchos de sus municipios. El lema de la Diputación “Soria, ni te la imaginas” es perfecto para demostrar los atractivos con los que cuenta.

Y es que su tierra se convierte en un punto de atracción por todo lo que ofrece. Sus montes se tiñen de colores rojizos y aparecen las joyas de la temporada: los hongos y setas. Los pueblos adoptan estampas dignas de postal, las cascadas se llenan y los parajes naturales lucen de forma especial.

Y para imaginarte un poco mejor Soria, la provincia cuenta con algunos de los pueblos más bellos de España empezando por Vinuesa. Se trata de una villa perteneciente a la comarca de Pinares y tiene una población de 837 habitantes.

Su situación geográfica, al pie de los Picos de Urbión y de la Sierra de Cebollera, a una altitud de 1107 m sobre el nivel del mar, hace del lugar un atractivo turístico de importancia a lo que une su riqueza forestal. Se le conoce por el nombre de La Corte de los Pinares. Su clima es el propio de esta altitudes, con inviernos fríos y los veranos suaves y templados.

Asiento de los pelendones, celtíberos, fue la ciudad romana de Visontium. Su emplazamiento a orillas de un río Duero todavía naciente, hoy remansado por la presa de la Cuerda del Pozo, es la cabeza de la comarca de Pinares.

La villa de Vinuesa hay varios monumentos interesantes sobre todo casas palacios construidas con las ganancias del comercio de la lana y de los capitales traídos de América. El patrimonio romano se reduce a la calzada que cruza el municipio y al puente. La iglesia es el monumento más sobresaliente que se complementa con algunas pequeñas ermitas.

Religiosos

  • Iglesia de Nuestra Señora del Pino, se comenzó a construir en 1591, es de estilo gótico renacentista. Con planta en cruz latina, consta de tres naves cubiertas por bóvedas de crucería y una cabecera ochavada. En el interior hay varios retablos rococós, del siglo XVIII y el retablo mayor del siglo XVII, diseñado por Domingo González de Acereda, es de estilo barroco.
  • Ermitas de la Soledad, del siglo XVI, entre 1560 y 1570, es estilo gótico se encuentra en el núcleo urbano. Planta rectangular con dos puertas tiene un retablo barroco. En la plaza que se abre frente a la ermita, en la que hay un crucero, se levanta el mayo en la fiesta del 14 de agosto.
  • Ermitas de San Mateo, construcción rectangular que destaca por lo peculiar de su ubicación en medio de un pinar centenario.
  • Ermitas de San Pedro, pequeña construcción que acoge la imagen del santo a la que está dedicada. En la romería que se celebra en su honor, el 29 de junio se realizan diferentes actos populares como el salto de una hoguera de sabinas o la colocación de flores en los balcones de las mozas.
  • Ermitas de San Antón, pequeña construcción rectangular con dos puertas frente a una de las cuales se levanta un crucero que data de 1563. Se celebra la fiesta de los santitos en enero. La cofradía de esta ermita es la más antigua de la localidad.

Civiles

  • Calzada Romana y Puente romano: mMuy deteriorado y hundido en las aguas del pantano, aparece de vez en cuando, cuando el nivel de las misma lo permite (hay aprobado un proyecto para su traslado y restauración) forma parte de la calzada que unía la localidad, entonces llamada Visontium con la ciudad de Uxama (cerca de El Burgo de Osma). El puente tiene una longitud de 87 metros y una anchura de tres. La altura máxima es de 5,5 metros y la calzada, de la que se conservan bastante bien unos 4 kilómetros dentro del territorio municipal con algún miliario, es típicamente romana y esta datada en el siglo II.

La principal fiesta es “La Pinochada”, que se celebra el 16 de agosto. En misa de 11 se bendicen los pinochos que son portados por las mujeres y niñas de la localidad que visten sus vestidos típicos, trajes de piñorras. A la salida de la iglesia se forman dos grupos de hombres que guardan rigurosa formación, armados de rodelas y espadas. Los hombres están divididos, atendiendo a su estado civil, en dos cofradías, la de Nuestra Señora del Pino para los casados y la de San Roque para los solteros. Las cofradías se enfrentan en una danza singular en la que van agarrados del brazo girando y golpeando con las espadas las rodelas del bando contrario. Después de tres encuentros la batalla es ganada por los casados. Seguidamente son las mujeres las que se enfrentan, casadas contra solteras con su pinocho. De este enfrentamiento también salen triunfantes las casadas. Las mujeres, todas juntas, arremeten contra todos los hombres (hayan o no participado en el acto y sean o no del lugar) cuando golpean al hombre con el pinocho deben decir “¡De hoy en un año!” a lo que el hombre debe contestar “¡Gracias!”.

 

La leyenda marca el origen de este acto tradicional en la victoria que los vecinos de Vinuesa obtuvieron en el enfrentamiento con otros pueblos sobre la pertenencia de un pinar comunal en el cual apreció un imagen de la virgen (la virgen del pino) en uno de los árboles, pero dicho árbol tenía la copa en territorio visontino y la base en el del pueblo vecino. La pelea por la posesión se decidió en contra de los visontinos hasta que intervinieron las mujeres de Vinuesa armadas con pinochos que lograron la victoria para su pueblo.

Por último, Vinuesa es la mejor puerta de entrada a uno de los tesoros naturales más bonitos y famosos de la provincia de Soria: La Laguna Negra, de origen glacial, es uno de los tesoros naturales de España. Se encuentra en pleno bosque de la comarca de pinares, una zona de bellos paisajes y mucha vegetación, sobre todo pinos y hayas.

Para disfrutar de la mejor gastronomía de la zona algunos de los mejores restaurantes son: “La Gallega”, “La corte de los Pinares”, “El Huevo”, “Los Ranchales” o el Hostal “Visontium”, que ofrecen algunos de los manjares de la provincia, en especial las setas y los asados.

Catalañazor: Es un municipio que pertenece a la comarca de las Tierras del Burgos y cuenta con una población de 49 habitantes. El pueblo tiene cuatro calles, pero tiene una carga histórica importante, al albergar la Batalla de Calatañazor, donde el líder nazarí Almanzor fue derrotado.

Uno de sus atractivos patrimoniales es su Castillo que aún se puede contemplar, aunque se remonta al siglo XIV o XV, sin perjuicio de que en la torre del homenaje se distingan algunas piedras aparejadas al modo árabe que hablan de un origen anterior. Como ha quedado dicho en la reseña histórica, el castillo-palacio fue solar de los Padilla y en él nacieron varios de sus destacados miembros.

La torre del homenaje fue objeto de una somera restauración relativamente reciente; es el único elemento que presenta algún detalle de interés, como la sillería de sus esquinas o la ventana gótica que se abre en uno de sus paramentos. Los lienzos de esta torre, como todo lo demás, son de mampostería. Resisten en pie dos cubos y varios tambores de la muralla circundante. Es visible también el foso que lo aislaba y defendía por el lado de la población.

Castillo de Calatañazor
Castillo de CalatañazorDiputación Soriafreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@69f48aa5

La mejor forma de recuperar fuerzas, especialmente con sus tradicionales torreznos, se puede visitar los restaurantes “Sabinar”, “El Palomar”, “Calatañazor”, “Venta Nueva de Calatañazor” y “El Mirador de Almanzor”.

Morón de Almazán: Esta localidad soriana en el siglo XII, a la muerte de Alfonso VI, se encontraba en manos musulmanas, aunque solo se trataba de un castillete de control hacia el Jalón y Medinaceli. Después de pasar a manos cristianas, es sitiado en 1128 por el aragonés Alfonso I el Batallador.

En 1304 recibe el título de villa del monarca Fernando IV, Tras formar parte de Castilla La Vieja, y con el paso de los años en 1895 se abrió al tráfico la línea Valladolid-Ariza, que permitió la conexión de la comarca con el resto de la red ferroviaria española.

Entre sus principales monumentos se encuentra la Plaza Mayor, con edificaciones del siglo XVI (con destacada simbología esculpida en piedra), un rollo y la gótica iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, con su esbelta torre plateresca (levantada por el señor de Mendoza en 1540), que esconde el cerro del castillo, que poco tiene hoy que ofrecer. Se sabe de su existencia en época celta por los restos arqueológicos encontrados en él.

 

En esta localidad soriana también la gastronomía tiene una gran importante, y para disfrutar de los manjares se puede hacer en los restaurantes “La Unión”, “Sabores”, “Mesón Castilla”, “El Rincón del Nazareno”.

Medinaceli: El municipio se sitúa a 80 kilómetros de la capital. Durante el siglo XX, el núcleo económico y administrativo se trasladó del centro histórico sito en lo alto de la colina (a unos 1200 metros sobre el nivel del mar) al nuevo Barrio de la Estación, a los pies de la misma (a unos 1000 metros sobre el nivel del mar), en el valle del Jalón, debido a la confluencia del paso de la autovía del Nordeste y del ferrocarril.

Cuenta con un importante patrimonio natural, con dos espacios que forman parte de la Red Natura 2000 como es el Páramo de la Layna. Además dispone de un importante patrimonio con monumentos entre los que destacan:

- El Arco Romano: Construido entre los siglos I y III d. C., es el único en España de tres arcos. Las obras de restauración han terminado recientemente, por lo que puede verse otra vez por completo, una vez consolidados los cimientos. Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento el 9 de agosto de 1930.

- Castillo de Medinaceli: Son visibles también desde el valle los restos reconstruidos del castillo, actualmente utilizado como cementerio, que fue alcazaba árabe y posteriormente residencia de los entonces condes de Medinaceli hasta su traslado al Palacio Ducal que da con sus balcones a la Plaza Mayor.

Castillo de Medinaceli
Castillo de MedinaceliAlfonso MasoliverLa Razón

- Colegiata: También fue dotada en su tiempo por el ducado la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, cuyos abades pelearon durante siglos con los sucesivos obispos de Sigüenza por mantener sus privilegios, y en la que se venera una imagen del Cristo de Medinaceli.

- Palacio Ducal: El palacio es renacentista y fue construido a lo largo del siglo xvi como digna sede de la Casa de Medinaceli, cuyos escudos están dispuestos en la fachada. Cayó en desuso ya durante el siglo xix y se deterioró hasta la ruina casi total, estado en el que estuvo durante décadas hasta que concluyeron parcialmente los trabajos de restauración iniciados a finales de los años noventa. En diciembre de 2008 se inauguró un museo dedicado a exposiciones culturales, con diez salas que ocupan la práctica totalidad de la planta baja del antiguo palacio. Declarado Bien de Interés Culturalen la categoría de Monumentoel 1 de junio de 1979.

Para degustar los mejores productos sorianos en Medinaceli es ideal hacerlo en los restaurantes: “Las Grullas”, “El Foro”, “Restaurante Duque”, “El Aljibe”, “Bavieca”, o el “Asador de la Villa el Granero”.

Rello: Uno de los pueblos más bellos, pero también más desconocidos de la provincia soriana es Rello, Esta preciosa villa con tintes medievales destaca por la belleza de su recinto amurallado del siglo XII y su castillo presidiendo la villa. El pueblo apenas cuenta con 20 personas censadas y ha sido declarado Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico Artístico.

 

A tres kilómetros de Rello se encuentra la Torre Tiñón donde se dice que murió Almanzor de la que iba malherido, después de ser derrotado en la Batalla de Calatañazor