Naturaleza
Temporada de castañas: Estos son los mejores sitios para recoger este fruto otoñal
Cuando los bosques se tiñen de colores y los erizos empiezan a caer de los castaños, es el momento
Aunque la floración del castaño se produce en verano, no es hasta el otoño y, sobre todo, en los primeros días de octubre principalmente y hasta mediados de noviembre más o menos cuando este árbol, que crece en suelos ricos y sanos con poca piedra caliza y que no pueden soportar la sequedad y necesitan de mucha luz, cobra protagonismo en los bosques, que se tiñen de colores, y empiezan a caer los erizos al suelo. Es en ese momento cuando ya se puede recoger este fruto siempre que esté ya en el suelo, nunca del árbol directamente.
Apenas pesa 25 gramos más o menos, pero es un fruto que aporta mucha energía, a pesar de ser es el fruto seco menos calórico de todos, sobre todo hierro y calcio además de potasio, que ayuda a los nervios a funcionar correctamente, así como a contraer los músculos y favorecer un ritmo constante del ritmo del corazón. Además, su alto aporte de fibra ayuda a regular al buen funcionamiento del tránsito intestinal y a combatir el estreñimiento.
Comida de los pobres en tiempos pasados, ahora las castañas son un ingrediente que está presente en platos de alta cocina. Cuatro tipos de castañas hay que son comestibles: Castanea sativa, Castanea mollisima, Castanea dentata y Castanea crenata, cada una con diferentes subtipos.
La primera, la castanea sativa es el castaño español de toda la vida, y el más cultivado en Europa.
España es un paraíso para los amantes de las castañas y cuenta con numerosos lugares y rincones naturales en las que se pueden recoger, como es le caso de El Montseny en Barcelona, un paraje natural catalogado como Reserva de la Biosfera. En tierras gallegas se encuentra la Sierra de Courel, una de las zonas de España con mayor producción y exportación de castañas de nuestro país.
En Extremadura hay otro lugar idílico como es la sierra de Montánchez, en la provincia de Cáceres, ideal para recolectar este producto otoñal y disfrutar de la naturaleza, mientras que en el sur de la Península Ibérica está la serranía de Ronda, en Málaga, como destino referente para los que buscan castañas y quieren practicar senderismo.
Castilla y León es también territorio castañero, sobre todo en la comarca leonesa de El Bierzo o en las provincias de Ávila y Salamanca. En esta última, destaca por encima del resto la sierra de Francia y de Béjar, o en Candelario, lugares repletos de castaños y en los que este fruto, incluso da nombre a algunos municipios de la zona, como es el caso de San Martín del castañar y Miranda del Castañar.
Otra zona espectacular para la recogida de castañas es La Alberca conocida también por el culto al cerdo que hay en ella. De hecho, en apenas unas semanas, con motivo del Día de los Santos, el 1 de noviembre, es tradición en este municipio salmantino que en la víspera, el 31 de octubre, los vecinos se reúnan junto a la lumbre para asar las castañas, llamadas también como calbotes. Un ritual ancestral conocido popularmente como el magosto con el que se quiere dar gracias a los bosques por los alimentos que ofrece.
El arte charro de la cestería del castaño
No podemos olvidar en esta lista de lugares salmantinos en los que la castaña es protagonista en otoño al municipio de Montemayor del Río, situado en la comarca de la Sierra de Béjar, cerca del límite con la provincia de Cáceres, que cuenta con un Centro de Interpretación del Castaño en lo que el visitante puede conocer todo lo que rodea a este árbol y sus frutos, además de un escaparate de la artesanía de la zona. De hecho, en este espacio promueven y difunden el arte de la cestería, la actividad económica más importante del municipio.
Un museo en el que se explica el hábitat del castaño, las clases de árboles y sus posibilidades, así como los diferentes usos que tiene.
La del Bierzo, única en España
La comarca leonesa de El Bierzo es, quizás, la zona que cuenta con más fama o reconocimiento en este mundo de las castañas, entre otras cosas, por la humedad, la calidad de la tierra y sus bosques centenarios, pero también y sobre todo por el producto autóctono, único en España, que el castaño de esta zona ofrece, como es la Castaña Parede o de pared.
Un fruto más pequeño que las demás variedades existentes pero que se caracteriza por su dulzor, que es lo que la hace inconfundible y especial, además de que según los expertos se pelan más fácilmente y son las mejores para asar.
De hecho, un estudio del Grupo de Investigación de Árboles elaborado por la Universidad de Santiago de Compostela apunta que los castaños de la comarca de El Bierzo se encuentran entre los mejores de España. Y por ello, las castañas bercianas cuentan con la Marca de Garantía Castaña del Bierzo, lo que pone de manifiesto su contrastada calidad.
Valle de Iruelas, un enclave especial
Si en el Bierzo se encuentran las castañas más singulares y distintas al resto, en la provincia de Ávila pueden presumir, y de hecho lo hacen, de contar con uno de los parajes naturales más espectaculares en el que el amante de la naturaleza y del otoño no puede dejar de disfrutar alguna vez en su vida.
Y ese lugar no es otro que el Valle de Iruelas, una reserva natural con una superficie de casi nueve mil hectáreas situado en el Sistema Central, junto al pantano de El Burguillo -el más antiguo de España, inaugurado en 1913-, y en el que el visitante pude disfrutar de un paisaje sin igual desde el mirador del Puerto de Casillas, declarado Zona de Especial Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) porque aquí vive una de las colonias más numerosas de buitres negros de Europa con 120 parejas, a las que se suman águilas reales y otras especies.
Pero como estamos hablando de castañas, pues en esta zona hay numerosas zonas boscosas y, en la localidad abulense de El Tiemblo, se encuentra uno de los bosques más extensos del Sistema Central con un castañar espectacular, en el que existe un sendero mágico para recorrer todo el año, pero especialmente ahora, en otoño.
También el Valle del Tiétar abulense, en la Sierra de Gredos, con el municipio de Casillas a la cabeza, es un lugar especial para recolectar castañas pero también setas, además de un un lugar que se presta a una escapada para evadirse unos días del mundanal ruido de la ciudad, por cuanto, aparte de sus rutas para hacer senderismo, en esta localidad se encuentra el Museo Etnográfico La Resina.
Los castañares, se cuenta, fueron introducidos y cultivados por el hombre hace milenios con la mano de los romanos detrás de ello, como los responsables de esta importación, necesaria para alimentar con su fruto a cerdos y esclavos. Un árbol, en definitiva, que está presente en casi toda España.
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