Economía
Castilla y León pierde más de 20.000 empresarios en el quinquenio 2016-2020 y el 42% de los que quedan tiene más de 55 años
CEOE indica que “puede ser reflejo de un redimensionamiento de las empresas” y sentencia que “la mayor dimensión contribuye a elevar el nivel de competitividad”
El empresario, el emprendedor que genera actividad económica, va camino de convertirse en una especie en peligro de extinción en Castilla y León. Los datos tributarios sobre demografía empresarial, a la par que la poblacional, revelan que la Comunidad perdió 20.165 empresarios en el quinquenio entre 2016 y 2020.
El informe sobre Rendimientos de actividades económicas 2020 de la Agencia Tributaria, que analiza los datos de tributación en el IRPF de las pymes españolas sin forma societaria, indica que la Comunidad, contaba en el año de la pandemia, con 178.917 empresarios, cuando en 2016 operaban 199.082.
El informe recogido por Ical, precisa que en el lustro de análisis, el número de empresarios españoles mermó en 21.354 personas, hasta un total de 173.339 en 2020; mientras que, por el contrario, los empresarios foráneos sumaron 1.189 efectivos, hasta llegar al final del periodo con 5.578.
El estudio evidencia asimismo que en 2020, operaban en la Comunidad, 118.825 empresarios varones, que representan 14.528 menos que en 2016; mientras que ese año de pandemia, se contabilizaron 60.092 mujeres empresarias, colectivo que pese a los esfuerzos para incorporar a efectivos, también perdió 5.637 activas.
Cabe destacar asimismo que la inmensa mayoría de los empresarios carecían de asalariados a su cargo, 144.527 en 2020, una cifra que supone la desaparición de 16.589 en el lustro de estudio. Los empresarios con trabajadores a su cargo ascendían en el año de ella pandemia a 34.390, es decir, 3.576 por debajo del dato de 2016. En términos relativos, bajaron menos los empresarios con trabajadores que sin ellos, un 9,4 frente aun 10,3 por ciento, respectivamente.
El documento también analiza la edad del colectivo que evoluciona a la par que la pirámide “invertida” poblacional de la Comunidad. Así, el grupo de edad con más peso es el de mayores de 55 años, con 76.545 efectivos, el 42,8 por ciento del global, frente a los 2.732 menores de 26 años, que solo representan el 1,5 por ciento. El segundo grupo de edad con más efectivos es el de entre 46 a 55 años, con 48.680; seguido por el de 36 a 45, con 34.710; y el de 26 a 36, con 16.250.
Entre los datos que facilita la Agencia Tributaria, también cabe destacar que del total de empresarios contabilizados en 2020, 88.709 tuvieron como fuente principal de la renta los rendimientos de actividades económicas; mientras que para el resto, 90.208, esa fuente fue secundaria y fueron superiores los ingresos derivados del trabajo personal y del capital.
Asimismo, los datos fiscales de estas pymes de la Comunidad sin forma societaria, indican que en 2020, 148.174 obtuvieron beneficios en actividades económicas, el 82,8 por ciento, con una media de 19.036 euros anuales. Por el contrario, 30.743 declararon pérdidas, por una cuantía media en actividades económicas de 7.026 euros.
Apoyo al emprendedor
CEOE apela a reforzar el fomento del espíritu emprendedor y poner en valor la figura del empresario. Agrega que la Comunidad tiene recursos y “todo un gran potencial”, pero hay que avanzar de forma “más intensa” hacia la consecución de un sector industrial fuerte y competitivo, que ayude a frenar la sangría poblacional, y apostar de forma decidida por los emprendedores y para todas las empresas puedan ser partícipes de la industria 4.0. en la medida de sus necesidades.
La organización empresarial entiende que la elevada edad media de los empresarios y la reducción del número de unidades productivas “puede ser reflejo de un redimensionamiento de las empresas” y sentencia que “la mayor dimensión contribuye a elevar el nivel de competitividad”.
La patronal argumenta, en declaraciones a Ical, que “la consolidación de la actividad empresarial es fruto también de una trayectoria” y la mayoría de edad de los empresarios “es reflejo de una adecuada salud del tejido empresarial, en cuanto a que su permanencia en el mercado refleja su capacidad competitiva, de prosperar, de adaptación a los continuos cambios regulatorios y del entorno; esto es, responde a su gran capacidad de innovación y resiliencia”.
Desde CEOE aseguran que muchas de estas empresas están inmersas en procesos de relevo generacional, “que no se alcanza de forma inmediata; sino que para que éste proceso no sea traumático y dé continuidad a toda una trayectoria de esfuerzos y éxitos, debe realizarse de forma pautada a la vez que pausada y reflexiva, con el foco en un futuro apasionante e incierto y con el ejercicio diario de un presente que avanza a una velocidad de vértigo, sustentado en una necesaria transformación digital y el alcance de un crecimiento competitivamente sostenible”.
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