Enrique Cabero reivindica en la Usal “el derecho a la paz de las personas y los pueblos” al glosar la figura de Nebrija

El presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León, Enrique Cabero, reivindicó este lunes 12 de diciembre en la Universidad de Salamanca “el derecho a la paz de las personas y los pueblos” durante un acto en las Escuelas Mayores durante el que se recordó la figura del humanista Elio Antonio de Nebrija en el quinto centenario de su fallecimiento. Además, durante el acto impulsado por la Fundación Torre del Clavero y la propia Usal, se procedió a dar lectura a la carta de los Derechos Humanos con motivo del día de su conmemoración.

Cabero, quien pronunció una ponencia titulada ‘Derechos humanos y debelación de la barbarie. Palabras en recuerdo de Nebrija’, agradeció la invitación a participar ya que, desde su punto de vista, “siempre es oportuno reflexionar sobre los derechos humanos y reivindicar la dignidad de las personas”. “Las personas somos iguales, seamos del estado que seamos, estemos en la situación que estemos. Y los poderes públicos, según lo subrayó la Constitución Española de manera muy moderna y contundente, tienen que facilitar que los derechos, la igualdad y la libertad sean reales y efectivos para todas las personas”, ahondó.

Según matizó el presidente del CES, respecto a los Derechos Humanos, es importante pedir que se cumplan “en la práctica”, no solo que se reconozcan, sino que “se puedan ejercer, se tutelen, se garanticen, se promuevan”. Cabero añadió además que vinculado al derecho está la paz. “Las relaciones entre las naciones, ya lo decía la Escuela de Salamanca, deben estar regidas por el imperio de la ley. No cabe la violencia ni la fuerza para la imposición, solo caben los argumentos, la razón y el derecho”, amplió.

De este modo, reconoció que el concierto internacional se encuentra en un “difícil” momento tras la “injusta e ilegítima” invasión de Ucrania por Rusia. “Nos ha recordado a los europeos, porque la vemos muy cerca y no solo porque sea la única guerra en el mundo, que es muy importante la paz. Por eso quiero reivindicar también hoy el derecho a la paz como un derecho de todas las personas y todos los pueblos”, reiteró el presidente del CES.

Nebrija y Salamanca

Por otro lado, el salmantino Enrique Cabero quiso destacar las aportaciones culturales históricas de la ciudad y su universidad en un momento “especialmente difícil para la historia”, cuando se transitó de la Edad Media a la Edad Moderna. “Los cambios de era siempre generan incertidumbres, preguntas que necesitan respuestas, y ahí estuvo Salamanca para para proponer, desde perspectivas distintas pero todas ellas muy importantes, cuál debía ser el camino para progresar en los derechos de las personas y para su bienestar”, explicó el profesor universitario.

Además, Cabero subrayó el impulso a la lengua que se produjo entonces. “Coincide, en esa etapa del Humanismo, la propuesta de la generación de una forma de ver la legua castellana , que ya se hablaba en nuestra calles y casas, pero no se consideraba culta, vehicular, necesaria para el estudio”. Sin embargo, según Cabero, Nebrija tuvo la “gran intuición” de aplicar “sus grandes conocimientos” como gramático para convertir lo que hoy es la lengua española, en una lengua “culta” y para “fijar su reglas gramáticas y su vocabulario, entre ellos el jurídico”.

De igual manera, respecto al Humanismo, el presidente del CES acertó a glosar la importancia de la Escuela de Salamanca que, según manifestó, “supo interpretar bien el momento de cambio histórico y supo reivindicar el valor de la persona, su dignidad, sus derechos, igualdad”. Así propuso el derecho de gentes que “acabó siendo el derecho internacional”, y con él, “el reconocimiento por igual del derecho de todas las personas, nacieran donde nacieran, estuvieran en un continente u otro”, informa Ical.

Un momento momento en el que se pensaba acerca del poder y sus límites. “España fue el primer estado moderno en el que se reflexionó sobre el derecho de las personas. Eso, bastante tiempo después, tras las guerras mundiales se acabó concretando, ya desde una perspectiva metodológica distinta pero basada en los mismos conceptos, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos que se aprobó por Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948″, recordó.

Así, en un momento de “cambio” y de “transformaciones profundas”, como definió a la coyuntura actual, Cabero pidió, de cara al futuro, profundizar en ese camino. “Sigamos en la línea de poner en primer lugar el valor de la dignidad de la persona, de sus derechos, de sus libertades, la igualdad real y efectiva, de los derechos que se ejercen colectivamente. Y pongamos también en primer lugar el cumplimiento pleno de la paz permanente, que ya desde 1919 se dijo que debía basarse en la justicia social. Y, por otra parte, subrayemos la importancia del estado social y democrático”, concluyó.