Naturaleza

Las cascadas más bonitas de España que hay que visitar una vez en la vida, y no desmerecen a las del "Niágara"

La más alta de nuestro país cuenta con un salto de 222 metros de altura

Mirador del Masueco en el "Pozo de los Humos"
Mirador del Masueco en el "Pozo de los Humos"David ArranzIcal

Los amantes de la naturaleza en España están de enhorabuena. Nuestro país cuenta con alguno de los mejores parajes naturales del mundo, ideales para disfrutar del Medio Ambiente, del ocio, de las rutas senderistas y, como no, de la gastronomía. Son muchos los atractivos con los que contamos, pero hay unos que se están poniendo de moda, las cascadas. Y en esto España vuelve a ser protagonista, ya que cuenta con alguno de los saltos de agua más espectaculares del mundo, que merecen una visita, al menos una vez en la vida, y no tienen nada que desmerecer a las famosas "Cataratas del Niágara", que es un conjunto de cascadas situadas en el río Niágara, en la zona noreste de América del Norte, entre Canadá y Estados Unidos. Situadas a unos 236 metros sobre el nivel del mar, su caída es de aproximadamente 51 metros.

Se llama cascada, caída, catarata, salto de agua o caída de agua gigante al tramo de un curso fluvial donde, por causa de un fuerte desnivel del lecho o cauce, el agua cae verticalmente por efecto de la gravedad. Algunas caídas de agua se utilizan para generar energía hidroeléctrica.

Las caídas de agua son sistemas dinámicos que varían con las estaciones y con los años, aunque esto último solo se hace perceptible a escala geológica. Presentan distintas formas (por ejemplo, si su caída es vertical o si sigue una pronunciada pendiente, etc.), determinadas por el volumen de agua, la altura de la caída, la anchura del lecho y la conformación de las paredes entre las cuales corre el líquido, dependiendo del tipo de roca y de las distintas capas en las que se disponen.

Junto a las “Cataratas del Niágara”, en el mundo también son reconocidas las del Iguazú -compuestas por 275 cascadas de diferentes alturas localizadas entre Argentina y Brasil-; las cataratas de Yosemite -en California, de 739 metros de caída, muy conocidas por su belleza-, o el “Salto del Ángel”-, en Venezuela, que con una altura de 979 metros (807 m de caída ininterrumpida), es el salto de agua más alto del mundo.

Ninguna de estas son españolas, pero nuestro país cuenta con algunos de los saltos de agua más impresionantes del mundo, y están mucho más cerca de lo que uno cree. Por este motivo merecen una visita, aunque solo sea una vez en la vida.

Cascadas españolas más bonitas

Salto del Nervión

Se trata de la mayor cascada de España. Cuenta con una caída de 222 metros, y que cuenta con la peculiaridad de que se inicia en la provincia de Burgos y acaba en el municipio alavés de Amurrio. La cascada se origina a través del curso de agua que forman los arroyos Iturrigutxi, Ajiturri y Urita formando el río Delica que una vez salta al vacío y una vez que transcurre ya por el impresionante cañón de Delika recibe el nombre de río Nervión.

El “Salto de Nervión” al discurrir por un terreno kárstico no siempre lleva agua ya que esta se filtra y mana en la parte baja del cañón de Delica. Para saber cuando lleva agua el salto del Nervión tendremos que estar atentos a las predicciones meteorológicas y la redes sociales que hoy en días nos son de gran ayuda para ver las fotos recientes que suben los usuarios y hacernos una idea de si lleva o no agua.

Pozo de los Humos (Salamanca)

Magnífica cascada natural enclavada en un paraje inigualable en plena naturaleza en la provincia de Salamanca y la más bella de “Los Arribes del Duero”. Se encuentra entre las localidades de Pereña de la Ribera y Masueco, a 90 kilómetros de Salamanca.

Este salto de agua se produce porque las aguas del río de las Uces se encuentran con un abrupto cambio de las rocas debido a una falla geológico, que pone en contacto un granito con rocas metamórficas, más fáciles de erosionar y que han desaparecido. En este punto el cauce del río se ensancha y busca una forma de continuar, que solo encuentra cuando rebosa por encima del obstáculo y se precipita formando el salto de agua que todo el mundo quiere ver. La granítica pared por la que fluye la cortina de agua tiene una caída libre de 50 metros, que al llegar abajo forma una nube de vapor que se eleva por todo el contorno siendo un espectáculo inolvidable.

La ladera que baja hacia el río por la parte de Masueco se llama la Roblea, hay una senda que conduce a la coronación de la cascada donde una pasarela permite asomarse al vacío y por una angosta vereda serpenteante, llamada la Cañada de Zarzalino, se puede bajar al pozo. Por la parte de Pereña se llama Palla Rubia, donde otra senda baja hasta el estanque formado después de la caída. Unos cientos de metros más abajo el río de las Uces tributa al Duero en el paraje llamado el Trincalino en el reculaje de la presa de Aldeadávila. Al no tener embalse regulador, el caudal adecuado en el río río de las Uces para disfrutar del lugar es desde diciembre hasta mayo.

En Palla Rubia hay una cueva natural en la roca donde se pueden apreciar pinturas rupestres. Por la orilla de Masueco, a cien metros del pozo aguas abajo se despeña desde trescientos metros un regato llamado la Cribera y en el mismo estanque del pozo por la parte de Pereña de la Ribera cae desde cincuenta metros otro regato conocido como el de Palla Rubia.

La zona tiene un microclima mediterráneo cálido, en la cual florecen robles, quejigos, enebros, castaños, olivos, jarales, endrinos, escoba rubia, cantueso, alguna encina y matorral. Animales como el jabalí, zorro, perdiz, buitre leonado, alimoche, águila perdicera y multitud de pequeñas aves y roedores pueblan este espacio.

Cascadas de Tobera (Burgos)

Tobera, conocido como el pueblo de las mil cascadas por los saltos de agua que deja a su paso por la localidad el río Molinar, es un pequeño municipio burgalés en el que residen unas 24 personas que pertenece la ciudad de Frías. Las aguas del río Molinar, que han formado un bello desfiladero a su paso por Tobera, provienen de los Montes Obarenes y desembocan unos kilómetros más adelante en el río Ebro.

Estas caídas de agua han originado un paraje que el río ha ido cincelando en la roca, formando un bello escenario. Al lado de las ermitas de Nuestra Señora de la Hoz y la del Cristo de los Remedios, junto a un puente de un solo ojo que recuerda a una estampa de cuento, nos encontramos con unas escaleras de piedra, en el margen derecho “aguas arriba”. Allí comienza la ruta de las cascadas, en cuyo recorrido se pueden ver los diversos saltos de agua. Se trata de una ruta circular y se puede realizar por el trayecto corto, unos 25 minutos o el largo, de unos 40.

Cascada de Sotillo (Zamora)

Las Cascadas de Sotillo componen uno de los rincones más bellos de toda Sanabria, en la provincia de Zamora. Ofrece una caída impresionante de unos 20 metros de altura en un paraje de bosque atlántico. Son, también, una estupenda excusa para echarse al monte y recorrer el paseo señalizado que lleva hasta ellas. Una deliciosa propuesta, no exenta de esfuerzo, que permite disfrutar, además, del sabor de los viejos caminos tradicionales sanabreses.

Cascada de Pedrosa de Tobalina (Burgos)

Se encuentra situada en la zona norte de Burgos, concretamente en la comarca de Las Merindades. Su principal reclamo es la impresionante cascada creada gracias a las aguas del río Jerea, afluente del Ebro. Forma parte de las maravillas naturales de la provincia de Burgos, y no es para menos: sus más de 20 metros de altura, 100 metros de longitud y sus rincones naturales hacen de ella un lugar único.

Junto a ella se encuentra el mirador de la cascada de la Tobalina, desde donde se pueden obtener las mejores vistas del salto del Peñón y de la laguna. Justo al lado hay unas escaleras que llevan hasta un antiguo molino, que se ha logrado conservar. Siguiendo el camino por la orilla llegamos hasta la caída del agua. Durante la época de más calor es frecuente encontrarse a los lugareños dándose un chapuzón.

Cascada de los Colores (La Palma)

Situada en La Caldera de Taburiente, La Palma, fue construida construida por el hombre en los años 60. El objetivo era conseguir agua de la caldera, así que se levantó una pared. Los colores se deben al hierro del agua, que ha coloreado el entorno junto con el musgo y la tierra volcánica.

Con paredes de más de 1.000 metros de altura, picos que llegan a casi los 2.500 y uno de los firmamentos más despejados del planeta, el visitante descubrirá una de las cascadas más llamativas de España. Los colores verdes ponen el toque de vegetación que trepa por las paredes de la cascada. Los colores del lugar dependen de la época del año a causa del caudal del agua. Durante las épocas más secas los tonos se observan mucho más apagados. Sin embargo, durante los meses más lluviosos se muestra con la mayor intensidad de sus colores.

Cascada de Cola de Caballo (Huesca)

La Cola de Caballo es la ruta más famosa del Valle de Ordesa. Se encuentra dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. No sabemos si es la ruta más bonita de la zona (porque no las hemos hecho todas), pero desde luego, es una ruta preciosa de principio a fin.

Es además, una ruta sencilla. Larga... pero sencilla. Tiene algunos tramos cuesta arriba, que se concentran sobre todo al inicio, con algún tramo de escalones (no excesivos). Después, se vuelve bastante llana en su mayor parte. Lo que significa que no es necesario estar en una forma física espléndida ni estar preparado para la alta montaña para realizarla. Hay que pagar para acceder, pero tras varias horas de caminata, el esfuerzo es compensado con una cascada que parece un “velo de novia” enmarcada en un paisaje de alta montaña.

Nacimiento del Río Cuervo (Cuenca)

Junto a Vega del Codorno y a 80 kilómetros de Cuenca se encuentra uno de los más atractivos parajes conquenses: el río Cuervo precipita sus aguas que van a despeñarse desde altas cornisas dando lugar a formaciones caprichosas de una belleza espectacular. Para llegar hasta el nacimiento del río desde Cuenca, el viajero debe tomar la carretera que sigue la Hoz del Júcar y adentrase en la serranía. En el viaje sorprenden interesantes paisajes y pueblos: Villalba de la Sierra, Las Majadas, Uña, Huélamo y Tragacete.

Enclavados en lugares estratégicos y en un entorno de bellos paisajes, algunos de ellos tienen origen medieval. Cualquiera de ellos merece un alto en el camino. En la zona del nacimiento del río Cuervo hay parking, áreas recreativas y restaurantes, también en la cercana localidad serrana de Vega del Codorno.

Monasterio de Piedra (Zaragoza)

En la localidad de Nuévalos, a escasos kilómetros de Calatayud, se emplaza el famoso Monasterio de Piedra, un antiguo cenobio cisterciense ubicado en un hermoso parque natural repleto de cascadas, bellísimos saltos de agua y grutas. Se trata de uno de los parajes más bellos y visitados de Aragón.

El parque natural es un remanso de paz, un lugar ideal para relajarte, dejándote llevar por el rumor del agua que desciende por las diferentes cascadas. La llamada Cola de Caballo es la más famosa. En su interior existe una gran cueva natural con formaciones de estalactitas. En contraste con las cascadas podrás admirar las tranquilas aguas del Lago del Espejo.