Semana Santa

Cientos de personas festejan la Bajada del Ángel en Aranda de Duero y Peñafiel

Valentina y Julia fueron las niñas elegidas para protagonizar uno de los momentos más esperados de las Semanas Santas burgalesa y vallisoletana

Bajada del Ángel en Aranda de Duero
Bajada del Ángel en Aranda de DueroRicardo Ordóñez/Ical

La pequeña Valentina Arranz continuó con la tradición familiar que inició su hermana Jimena en 2016 y protagonizó uno de los momentos más esperados de la Semana Santa de Aranda de Duero (Burgos),la Baja del Ángel, un evento que cada Domingo de Resurrección recrea el momento en que un ángel anuncia a la Virgen la resurrección de su hijo.

Ante una abarrotada plaza Santa María, ya sin mascarillas ni restricciones, la pequeña Valentina, de cinco años, salió del globo de color azul y blanco y descendió hasta la Virgen para quitarle el luto y trasladarle la buena nueva sobre su hijo. En los ensayos previos la pequeña Valentina demostró “no tener nada de miedo”, tal y como afirma el presidente de la Cofradía de Nuestra Señora de la Misericordia, encargada de organizar cada año este evento. De hecho, la pequeña cuenta con experiencia, dado que el año pasado fue una de las suplentes del ángel.

Valentina aún no había nacido cuando su hermana mayor, Jimena, voló y pataleó por el cielo arandino para quitar el luto a la Virgen María. La experiencia vivida con la mayor animó a sus padres a apuntar a Valentina a la Cofradía nada más nacer, y hoy, con cincoaños ha cumplido ese sueño. Además, durante la jornada de hoy contó también con el apoyo de su padre, que junto a Julio Saeta, es el encargado de tirar de la cuerda para abrir el globo que contiene al angelito y a las palomas.

Y cientos de personas contemplaron este mediodía en la plaza del Coso, en la localidad vallisoletana de Peñafiel, la Bajada del Ángel, una tradición que se remonta a la Edad Media con la que los vecinos de la villa celebran al término de cada Semana Santa la resurrección de Jesús. Este año, la niña de cinco años Julia Arranz Gutiérrez, integrante de la Cofradía de La Pasión, fue la encargada de poner rostro al ángel para surcar los cielos y protagonizar un evento que cuenta con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Julia protagoniza la Bajada del Ángel de Peñafiel
Julia protagoniza la Bajada del Ángel de PeñafielMiriam Chacón/Ical

La pequeña, estudiante de tercero de infantil del CRA La Villa de Peñafiel, salió de su ‘huevo’ para descender pataleando de felicidad hasta alcanzar a la Virgen y revelarle que su hijo ha resucitado tres días después de su muerte. Entre los muchos espectadores, se encontraba el consejero de Cultura Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, entre otras autoridades.

Esta fiesta, declarada Bien de Interés Cultural, se celebra desde finales del siglo XVIII, aunque existen documentos de que se remonta al Medievo. La ceremonia comienza cuando campanas y cohetes anuncian la salida de la procesión de la Iglesia de Santa María. La imagen de la Virgen aparece cubierta con un manto negro y es acompañada por los cofrades, mayordomos y fieles, quienes se dirigen a la plaza del Coso.

Allí con dos torres unidas con sendas cuerdas, la imagen enlutada de la Virgen se sitúa debajo de ellas, y en ese momento aparece una esfera, en la que al abrirse emerge un ángel, que por un sistema de poleas desciende sobre la cabeza de la Virgen.

Julia, vestida con hábito blanco y coronada, se convirtió en esta ocasión en el ángel encargado de revelar a María el Misterio de la Resurrección. En su descenso, ella liberó dos palomas antes de llegar a la altura de la Virgen para quitarle su velo de luto y ascender de nuevo a los cielos, mientras la plaza aplaudía la Resurrección, y la ‘niña ángel’ comenzaba un pataleo de júbilo.