Sociedad

CSIF alerta de que un tercio de las plazas del centro de menores Zambrana (Valladolid) está sin cubrir y los vigilantes carecen de los materiales necesarios

El sindicato advierte del "abandono y dejadez" de la infraestructura

Centro de menores Zambrana de Valladolid
Centro de menores Zambrana de Valladolidmir_ical

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) alertó de que un tercio de las plazas del centro de menores Zambrana de Valladolid está sin cubrir y que los vigilantes de seguridad carecen de los materiales necesarios para proteger su integridad física.

Así, la formación advirtió de la “dejadez y abandono” que sufre la infraestructura por parte de la Junta de Castilla y León “en la atención de las necesidades” y porque las decisiones que ha tomado “han embarcado al personal en una montaña rusa de inseguridades que les está pasando factura”.

CSIF recordó que como consecuencia del último convenio colectivo de laborales de la Junta, “firmado por CCOO, UGT y CGT”, se despidieron a cuatro trabajadores del centro, a lo que se sumó que no se cubrieran las bajas por enfermedad. Este pasado verano había un 33 por ciento de las plazas sin cubrir y “para hacer el trabajo de los educadores que faltaban se contrataron trabajadores con cualificación inferior y sin experiencia, lo que no es lo más idóneo para atender este colectivo de jóvenes”, señaló el sindicato independiente.

Igualmente, se da la “paradoja de despedir a un trabajador, pagarle la indemnización y, al cabo de pocos días, volverlo a contratar, lo que es indicativo de la situación caótica y descontrolada que se está viviendo”.

Cabe recordar que Zambrana es un centro para menores con medidas de internamiento impuestas por los juzgados. “La falta de personal no permitió a los trabajadores en verano ni ir al baño, porque los internos no pueden estar sin supervisión ni un solo minuto”, denunció CSIF. En los últimos meses han aumentado las agresiones e incluso se produjo un “motín serio recientemente”, lo que se convierte en un “servicio de alto riesgo para los vigilantes”.

Por ello, después de los últimos altercados, esta organización sindical solicitó a la empresa de seguridad que dote a los vigilantes de chalecos antipinchazos y anti-trauma, pues “existe un peligro real contra su integridad física en las intervenciones”.

CSIF afirmó que al menos cuatro vigilantes están de baja por agresiones de los menores. En el caso de la seguridad (lo que no ocurre con el resto del personal) al menos sí se reponen efectivos, “pero no cuentan con el material que necesitan para su protección, que se ha demostrado fundamental”. “Resulta alarmante la cantidad de objetos punzantes que los internos son capaces de fabricar con los objetos más cotidianos”, señalaron.

Por último, el sindicato consideró que el Centro Zambrana se ha convertido en una “patata caliente de muy difícil gestión”, pero sostuvo que “no se puede dejar a los trabajadores, tanto de responsabilidad pública como privada, a los pies de los caballos, porque se pasará de no contar con medios humanos suficientes a que nadie quiera trabajar en este centro”.