Turismo

El espectacular pueblo que tiene el mayor "mar de girasoles" de España

Se trata de un paso obligado del Camino de Santiago y el lugar perfecto para una escapada de verano

Campo de girasoles en la comarca burgalesa de la Bureba
Campo de girasoles en la comarca burgalesa de la BurebaDiputación de BurgosDiputación de Burgos

Los paisajes que ofrece España bien vale un cuadro. Muchos son los artistas que se han inspirado en nuestro país, y las plantas típicas de nuestro han florecido en preciosas y reconocidas obras de arte. Una de la más copiada han sido los girasoles por su colorido y espectacularidad. Y existe un precioso pueblo que cuenta con el mayor "mar de girasoles" de nuestro país.

En España, los campos de girasoles son un espectáculo que se puede disfrutar principalmente durante los meses de verano, entre junio y finales de agosto. Los girasoles, con su característico color amarillo, se encuentran en diversas regiones. Los girasoles son plantas anuales (como lo indica su nombre específico latín: annuus) que pueden medir tres metros de alto. Los tallos son generalmente erectos e hispidos. La mayoría de las hojas son caulinares, alternas, pecioladas, con base cordiforme y bordes aserrados. La cara inferior es usualmente más o menos hispida, a veces glandulosa y la superior glabra.

Un error común es creer que las cabezas de los girasoles en flor siguen al sol a través del cielo. Aunque los botones florales inmaduros muestran este comportamiento, los capítulos maduros apuntan en una dirección fija (y típicamente hacia el este) a lo largo del día. Esta antigua idea errónea fue rebatida en 1597 por el botánico inglés John Gerard, que cultivaba girasoles en su famoso jardín: «La alineación uniforme de las cabezas de los girasoles en un campo puede dar a algunas personas la falsa impresión de que las flores siguen al Sol».

Esta alineación es el resultado del heliotropismo en una fase temprana del desarrollo, la fase de flor joven, antes de la madurez completa de las cabezas de las flores (antesis). Los girasoles jóvenes se orientan en la dirección del sol. Al amanecer, la cabeza de la flor mira hacia el este y se desplaza hacia el oeste a lo largo del día.

Cuando los girasoles alcanzan la plena madurez, dejan de seguir al sol y se orientan continuamente hacia el este. Las flores jóvenes se reorientan durante la noche hacia el este en previsión de la mañana. Su movimiento heliotrópico es un ritmo circadiano, sincronizado por el sol, que continúa si el sol desaparece en días nublados o si las plantas se trasladan a una luz constante.

Son capaces de regular su ritmo circadiano en respuesta a la luz azul emitida por una fuente de luz. Si una planta de girasol en la fase de capullo se gira 180°, el capullo se apartará del sol durante unos días, ya que la resincronización con el sol lleva su tiempo, según señala Wikipedia.

El girasol es nativo de América, más precisamente de Norteamérica o de Centroamérica. Existen registros de su domesticación alrededor del 2600 a. C en México. Su cultivo se remonta al año 1000 a. C. En muchas culturas originarias americanas, el girasol fue utilizado como la representación de la deidad solar, principalmente los aztecas y otomíes en México, y los incas, chancas, huancas y chachapoyas en el Perú. Francisco Pizarro lo encontró en Tahuantinsuyo, donde los nativos veneraban una imagen de girasol.

Los españoles llevaron figuras de oro de la flor, así como semillas, a Europa a comienzos del siglo XVI, desde allí se extendió a prácticamente todo el mundo, donde hoy es cultivado intensivamente con fines alimenticios y ornamentales.

Briviesca

Son muchos los territorios que cuenta con esta planta, pero el mayor “mar de girasoles” de España se encuentra en la localidad burgalesa de Briviesca, una bella ciudad asentada en las riberas del río Oca, y que es la capital de la Comarca de la Bureba. Situada en el nordeste de la provincia de Burgos, forma un pasillo natural, desde la meseta castellana hacia la vertiente cantábrica, a través del famoso desfiladero de Pancorbo. Su límite natural al norte lo forman los Montes Obarenes. Briviesca ha sido siempre un cruce de caminos, que la han convertido en un pueblo hospitalario y amante de la tradición. En Briviesca, se cruzaban dos calzadas romanas, una en dirección a Pamplona y otra en dirección a Zaragoza. En la Edad Media, durante el siglo XI, Briviesca se convertirá en tránsito obligado del Camino de Santiago.

Los primeros asentamientos se remontan al siglo I a. C. cuando establecieron aquí su capital los autrigones que se extendían por toda la comarca actual de La Bureba y el valle superior del Ebro. Posteriormente ya se consideraba a Briviesca como un núcleo importante de población, por entonces llamado Virovesca, que habitaban los romanos en la encrucijada de dos importantes vías romanas y citada en el Itinerario de Antonino como mansio romana.

Esta ubicación, y el auge, en la Edad Media, del Camino de Santiago, por la vía de Bayona que enlazaba con la calzada romana XXXIV o Ab Asturica Burdigalam (Vía Aquitania) a la altura de San Millán, que fue el origen del Camino Francés, hicieron que Briviesca fuera creciendo poco a poco hasta llegar en su máximo esplendor en el Renacimiento.

Actualmente, su ubicación a medio camino entre Miranda de Ebro y Burgos en las rutas Francia-Madrid-África y Francia-Portugal, tanto por vía férrea, como por carretera entre (N-I y AP-1), ha contribuido al desarrollo industrial y comercial. Continúa siendo una pequeña ciudad castellana que sabe conjugar el encanto de la tranquilidad, propia de las poblaciones de la meseta, con una red de servicios que permiten una agradable calidad de vida a sus ciudadanos.

Ruta turística

Tal es la importancia de los girasoles en esta zona, que la comarca de la Bureba cuenta con una ruta que permite enlazar distintos campos mientras se disfruta del territorio. Así, este camino empieza en la comarca de La Prueba y permite visitar, a coche o caminando, las localidades de Briviesca y Poza de la Sal. Además, durante la ruta encontraremos varios miradores para contemplar el maravilloso paisaje amarillo.

Atractivos monumentales

Pero Briviesca no vive solo de girasoles, sino que cuenta con una serie de atractivos turísticos que cada año contemplan más turistas. Entre ellos destacan:

Casco Histórico

El principal valor del casco Histórico radica en su distribución ordenada desde el medievo (principios del siglo XIV), y la presencia de algunos palacios que han llegado intactos hasta nuestros días. En 1305 la infanta Blanca de Portugal decide, tras la compra de la villa, trasladarla a su situación actual y organizarla de una manera ordenada, tal y como la encontramos hoy en día. El casco histórico se distribuye en dos ejes longitudinales: uno de norte a sur, el formado por las calles Medina y Mayor, y otro de este a oeste, el formado por la calle Justo Cantón Salazar.

Plaza Mayor

La plaza de Briviesca es el punto neurálgico de la ciudad y centro de encuentro para sus ciudadanos. Con 2000 m² de superficie, destaca en ella el templete, símbolo inconfundible de Briviesca que fue construido en 1909 y totalmente restaurado en 1983 y 2009 con motivo de su centenario. De traza típicamente castellana, está soportalada en tres de sus lados.

Es el cruce de los dos ejes norte-sur y este-oeste de la ciudad. En el lado norte se encuentra la iglesia de San Martín, en el este, en una esquina, el Palacio de los Soto Guzmán, el Ayuntamiento, el resto lo ocupan viviendas. La plaza está rodeada trapezoidalmente por dos hileras de árboles que la hacen más singular aún. En el año 2011, se peatonalizaron los cuatro lados que antes estaban abiertos al tráfico y permitían aparcar en ella.

Casa de los Torre

La casa Palacio de los Torre, en la calle Medina, tiene una estructura similar al edificio del Ayuntamiento. Lo mandó construir la familia de los Torre hacia la segunda mitad de siglo XVII. Los personajes relacionados con su construcción fueron Manuel (caballero de Santiago y regidor en América), José (caballero de Calatrava y regidor en América) y Tomás.

Se trata de una torre rectangular, más profunda que ancha, dividida en cuatro cuerpos y de un edificio adjunto con una balconada sobre la cual podemos observar el escudo de la familia (en él podrás contemplar armas de los Torre y de los Ortiz–Vela, ya que son los ascendientes los personajes que mandaron construir el palacio) que es uno de los más grandiosos que se pueden encontrar en Briviesca.

A diferencia del resto del edificio, construido en materiales pobres, tanto la fachada como la torre fueron levantadas en excelente cantería, lo que ha asegurado una buena conservación de las mismas. Aun así tuvo que ser restaurada para posteriormente ser convertida en vivienda particular. Hoy en su planta baja alberga un restaurante. Popularmente se la conoce como "la Casona".

Casa Palacio de los Martínez España – Ordoño Rosales

Está situada en la calle Medina, frente a la casona. Fue edificada, según consta en la cartela con la que se adorna su entrada, por Pedro Martínez de España y Narcisa Francisca de Ordoño y Rosales en 1718. Preside la fachada un balcón sostenido por angelotes en los ángulos y una figura mitológica al gusto rococó sobre la puerta de entrada. En los primeros años del presente siglo fue restaurada por una entidad bancaria que ahora la usa como su sede en Briviesca.

Murallas y Alcázar

Fueron construidas en el siglo XIV cuando Blanca de Portugal trasladó a su ubicación actual la entonces villa de Briviesca. También mandó construir un alcázar que se situó frente a lo que hoy es el centro de salud. A lo largo del siglo XVI, fueron desmoronándose las murallas que se reconstruyeron y posteriormente se sustituyeron por tapiales para evitar más tarde el contagio de la peste. En la actualidad no queda ni un solo vestigio de ellas.

Conjunto Monumental de Santa Clara

Se compone de iglesia, monasterio, casa solariega y hospital. Fue construido por mandato testamentario de Mencía de Velasco, hija de los condestables de Castilla en el siglo XVI, para ser enterrada en él. Se pone la primera piedra el 15 de mayo de 1512.

La iglesia de Santa Clara es el edificio más interesante de todo el conjunto, tanto por su construcción original, como por el retablo que alberga en su interior, que es considerado la "joya de Briviesca". La iglesia, sobria en el exterior, quizá por estar en extramuros y servir también casi de fortaleza, guarda en su interior una sola nave con una gran bóveda octogonal. La planta es de cruz latina aunque su transepto es muy suave.

Alberga también un coro con un gran órgano y un sepulcro vació en el que sería enterrada su fundadora, aunque se declaró panteón familiar al monasterio homónimo que la misma fundó en Medina de Pomar. Fue declarada bien de interés cultural en la categoría de monumento el 3 de junio de 1931.

La importancia del retablo se debe no solo a su originalidad, sino también a la alta calidad de las tallas, al excepcional trabajo de arquitectura y a la excelente profusión de la decoración. Se le denomina "El Escorial de los retablos", ya que es único en su género, no tiene comparación con ningún otro retablo en cuanto a época, estilo, escultura, decoración y arquitectura. Es de estilo renacentista-manierista-romanista, según señala Wikipedia.

La ejecución material del retablo es iniciada por Diego Guillén en 1551 y continuada por el taller del escultor López de Gámiz, con parte muy activa de Juan de Ancheta, hasta su finalización en 1569. El retablo es de madera de nogal sin policromar y mide más de 20 metros de altura. Todo él está dedicado a exaltar a la Virgen. Está organizado en tres calles y rematado por un calvario adaptándose perfectamente al ábside de la iglesia.

El Convento del mismo nombre, actualmente exclaustrado, tras el traslado de la monjas de la Orden Franciscana-Clarisa al Convento de la Ascensión, o de Santa Clara de Lerma en junio de 2005. Tiene dos claustros, uno de ellos de estilo gótico, pendiente de restauración. Consta de una gran huera a su alrededor.

El Hospital de Nuestra Señora del Rosario, conocido coloquialmente como "Hospitalillo", es un edificio que alberga un patio de estilo renacentista-herreriano de dos plantas. Como su propio nombre indica, su función inicial fue la de Hospital. Posteriormente fue casa-asilo, escuela… hasta que en la década de 1990 comenzó su restauración. Actualmente está cedido por su propiedad al Ayuntamiento por un período de cincuenta años y en él se ubican diversas dependencias municipales.

Excolegiata de Santa María

De las cinco colegiatas históricas de la diócesis de Burgos esta fue la primera y una de las más antiguas de España, manteniendo la condición de colegiata hasta mediados del siglo XIX. Fue declarada en 1983 monumento histórico-artístico nacional. La construcción del templo actual se inició en el siglo XIV. De 1789 data el inicio de las obras que supondrán la total reconstrucción del tercio inferior del templo, con la erección de la nueva fachada (de corte neoclásico) y torres según la traza dispuesta por Manuel Echanove , al tiempo que se acometen otras reformas para la renovación interior del espacio eclesial. Las obras estaban ya conclusas en 1794 y dieron como resultado la imagen actual de la ex–Colegiata.

La imagen es de Nuestra Señora de Allende colocada en 1930 de la época gótica. Coronan el edificio dos torres rematadas por cúpulas gallonadas. La iglesia es casi catedralicia abriéndose en una cúpula central ovoide, El interior presenta tres naves, de la misma altura, separadas por pilares y con bóvedas de crucería decoradas con motivos geométricos en época barroca. No se puede visitar su interior. Excepto el día de "Viernes Santo".