
Turismo
La espectacular ruta senderista y pecuaria por la calzada romana mejor conservada de España
Por este histórico camino aún hay trasiego de ganado que es un verdadero espectáculo para los amantes de la trashumancia

La llegada de la primavera y del buen tiempo anima a los viajeros a salir más aún si cabe a conocer mundo o como el caso que ocupa estas líneas turísticas de los viernes de LA RAZÓN, la España de interior, repleta de rincones espectaculares y lugares mágicos en los que desconectar del mundanal ruido de las ciudades y de la rutina diaria.
Y si alguien está buscando todavía un lugar donde escapar este fin de semana para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, probar una gastronomía muy particular y exquisita, y, sobre todo, ser partícipe de una experiencia sin igual para los cinco sentidos, la provincia de Ávila, y más en concreto, el Valle del Riétar en la sierra de Gredos, es uno de los sitios que debería elegir o que debería estar entre sus pensamientos.
Una zona en la que se puede practicar senderismo, bicicleta de montaña e incluso ala delta o parapente , además de comer y beber estupendamente, e incluso empaparse de la historia y cultura de esta provincia no muy lejos de Madrid, llena de paisajes rurales sin igual, de castillos y monumentos que transportan al viajero a otro mundo, lleno de aventuras.
El Valle del Tiétar es un enorme vergel con olivos, madroños, castaños, cerezos, higueras, pinares y hasta naranjos. Y su fauna es muy variada habitando en ella el abejaruco, el rabilargo, la cigüeña negra, la grulla, multitud de reptiles y mamíferos.
En estas líneas queremos hacer hincapié en un puerto de montaña del a casi 1.400 metros de altitud que forma parte de los pueblos de Barranco de las Cinco Villas: Puerto del Pico. Un lugar que sirve de límite jurisdiccional entre los municipios de San Martín del Pimpollar, Cuevas del Valle y Villarejo del Valle.
Pero, sobre todo, queremos destacar la espectacular calzada romana existente en ese valle, una de las mejor conservadas de la Península Ibérica, y que une desde tiempos ancestrales las dos submesetas de la Península Ibérica. Construida en los siglos I y II a.C, que conectaba Extremadura con la vía de la Plata, fue usada por los romanos en la conquista de la península, y luego entre los siglos XIII y XIX, por la Mesta para la trashumancia de ganado. La calzada romana comienza en el mismo pueblo y acaba en el Puerto del Pico.
La época romana dejó innumerables avances para la humanidad, y ahí están sus obras de ingeniería como acueductos o teatros para la posteridad, muchos d elos cuales han sobrevivido y llegado hasta nuestros días en buen estado de conservación, como el Acueducto de Segovia o el teatro de Mérida, por citar dos.
Expertos emn la materia cuentan que esta calzada romana de Puerto del Pico fue incluso transitada por los pobladores prerromanos del Sistema Central, aunque fue más adelante cuando alcanzó su mayor popularidad, cuando se empezó a utilizar como Cañada Real para el paso trashumante de los ganados de la Mesta.
Todavía hoy, en los primeros días del verano, hay trasiego de ganado por esta calzada, que es vía pecuaria, constituyendo un espectáculo para los amantes de la trashumancia.
Si bien, hay otros expertos que dudan de la romanidad de la calzada debido a la ausencia de fuentes clásicas que mencionan este camino a partir de 1520 y por algunos hallazgos bajo imperiales. E incluso se habla de la existencia de una red de caminos que se uniera a otros fragmentos encontrados por la zona de una forma mas suelta.
Aunque de lo que no hay duda es de que esta calzada se construyó siguiendo los cánones romanos.
Originariamente la calzada arranca en tierras extremeñas. En concreto en la localidad pacense de Valverde de Mérida, y finaliza en el municipio leonés de Portilla de la Reina. En total, más de 300 kilómetros, aunque el tramo que usan los senderistas que se acercan a esta calzada para saborearla en su esplendor es mucho más corto, de unos cuatro kilómetros, y que une Cuevas del Valle con el mencionado Puerto del Pico, en tierras abulenses.
El trayecto, que puede hacerse a pie o en biclicleta e incluso existe una carrera popular que se celebra cada año por el mes de agosto, muy concurrida por los amantes del "running", da comienzo en la ermita de Nuestra Señora de las Angustias y finaliza en Puerto del Pico, desde donde se puede disfrutar de unmirador espectacular donde contemplar unas vistas impresionantes de todo el valle, aunque desde allí se puede ascender aún más hasta la cima del Torozo.

Este mirador permite el aparcamiento de diez vehículos y el visitante puede asomarse con seguridad al paisaje. En el extremo oeste, se abre paso una escalinata de la misma piedra que permite descender hasta el terreno y acceder a la calzada romana.
El camino, que forma parte de la etapa 12 del GR 293 y de la etapa 2 de la Ruta del Confesor, que une Arenas de San Pedro con la ciudad de Ávila, se abre paso entre espectaculares monumentos como la ermita de San Antonio e incluso conecta con otra ruta no menos espectacular: la del Sidrillo, que lleva hasta la localidad de Villarejo del Valle.
El camino es de dificultad baja y se realiza en una hora y media. Durante el trayecto se puede ir viendo el alcantarillado tan perfecto de esta ruta que ha permitido su buena conservación a lo largo de los siglos. Y como curiosidad, llegando a el Puerto del Pico se encuentran las ruinas de la edificación en la que se cobraba el "portazgo" de la calzada, una especie de peaje de la época por utilizarla.
Otras rutas
Por otro lado, y hablando de senderismo, las cinco villas, Cuevas del Valle, Mombeltrán, Villarejo del Valle, San Esteban de Valle y Santa Cruz del Valle, se encuentran unidas por una senda circular, denominada PRC-AV49, y que se puede hacer andando, con un recorrido entre cinco y seis horas, o en bicicleta, alrededor de dos horas. Y s epueden realizar estos otros recorridos:
- El Castañar de las Huertas (Recorrido circular. Dificultad Baja Distancia: 3.5 km)
- Ruta de las Cinco Villas (Recorrido circular. Dificultad Media. Distancia 16.8 km)
- Ruta de "La Rubía" (Recorrido lineal. Dificultado Baja. Distancia 7.3 km)
- Subida por La Calzada Romana (Recorrido lineal. Dificultado Media. Distancia 4.5 km)
- Ruta de las "Tumbas Moras" (Recorrido lineal. Dificulad Media. Distancia 4.1 km)
Conoce las cinco villas
Para los amantes del patrimonio, Cuevas del Valle ofrece la Iglesia Natividad de Nuestra Señora, de estilo gótico, data de finales del siglo XV y es digna de ver. En el exterior destacan contrafuertes rematados con pináculos con bolas y la torre campanario con un añadido en ladrillo del siglo XVII restaurado en 2021.
También la Ermita Virgen de las Angustias construida en 1637, acoge a la patrona del municipio. La Ermita de San Antonio, construida en mampostería y bóveda de cañón, cuenta con un magnífico retablo de ladrillo estilo mudéjar.se cree que fue levantada por trashumantes, alberga a San Antón patrón de los animales.
Cuevas del Valle, además, presume de Rollo o picota símbolo de la independencia jurídico-administrativa del Señorío de Mombeltrán, dada por Carlos II en 1695. Y también destaca el Ayuntamiento viejo, la antigua casa Consistorial del pueblo, que ha sido restaurado respetando la arquitectura tradicional de la zona.

Mombeltrán es el pueblo más grande de este valle, donde sobresale su majestuoso castillo de los Duques de Alburquerque es visible desde la lejanía, al hallarse en un cerro. Cuenta con otros lugares de interés y muy recomendables, como la Iglesia de San Juan Bautista, de los siglos XIV y XV, de estilo gótico y declarado Bien de Interés Cultural en 1982. Otro elemento patrimonial interesante es la Cruz del Rollo, situada en una de las entradas de Mombeltrán, símbolo de justicia en la villa que se instaló cuando se obtuvo el título de villazgo en 1393. En una inmensa plaza aparece el Hospital de San Andrés, fundado en 1517.
En Santa Cruz del Valle no hay que dejar de pasear por sus calles, donde resalta su Plaza Mayor y unas interesantes pinturas que adornan algunas de sus fachadas, mientras que en Villarejo del Valle, una antigua aldea de arquitectura popular, es digna de ver la Iglesia de San Bartolomé o el monumento a los arrieros.
Finalmente, en San Esteban del Valle hay que conocer su Iglesia de San Esteban, la Capilla de San Pedro Bautista o la ermita de San Andrés, aunque su encanto reside en pasear por sus callejuelas y descubrir las impresionantes vistas que hay a su alrededor.
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