Medio Ambiente

La impresionante ruta que descubre la ermita más bonita del mundo

El recorrido cuenta con algunos de los paisajes más bonitos de España

Ermita de San Bartolomé en el Parque Natural del Cañón del Río Lobos
Ermita de San Bartolomé en el Parque Natural del Cañón del Río LobosJcylJcyl

Estamos en la recta final de la Semana Santa en España, y en los últimos días de descanso para los afortunados que tienen vacaciones. Por este motivo ofrecemos a los amantes de la naturaleza, y que estos días se quieren alejar un poco del mundanal ruído y la numerosa afluencia de turistas que inundan estos días las principales ciudades de nuestro país, un recorrido único, que concluye en la considerada como la ermita más bonita del mundo.

El recorrido transcurre por un impresionante Parque Natural, que según los internautas, cuenta con algunos de los paisajes más bellos de España. Y es que cada vez está más de moda la práctica del senderismo, que consiste en caminar por senderos o rutas naturales, generalmente en áreas montañosas o boscosas. Es una forma de conectar con la naturaleza, disfrutar del aire libre y mantenerse activo.

El objetivo es disfrutar y apreciar la naturaleza a través de la actividad de caminar por senderos naturales. Brinda la oportunidad de respirar aire fresco, admirar paisajes impresionantes y desconectarse de la rutina diaria.

El senderismo también promueve valores como el respeto por el medio ambiente, el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades físicas y mentales. En resumen, se trata de encontrar un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, viviendo una experiencia enriquecedora y saludable.

Los expertos aseguran que se ha demostrado que el ejercicio mejora el estado de ánimo y combate el estrés, la ansiedad y la depresión. Además, mejora la salud física general y ayuda a controlar el peso y prevenir las enfermedades. También añade que conectar con la naturaleza es algo que aporta mucha energía. Múltiples estudios demuestran que el bienestar psicológico de una comunidad se puede relacionar con el acceso a zonas verdes y azules.

Parque Natural del Cañón del Río Lobos

Pues aprovechando que parece que el tiempo está dando un respiro, y el buen tiempo va a permitir la práctica del senderismo, una de las principales propuestas es la ruta por el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, en las provincias de Soria y de Burgos.

El Parque Natural del Cañón del Río Lobos constituye un singular espacio biogeográfico estructurado sobre el eje de un profundo cañón de escarpados farallones. Todo el parque está atravesado por innumerables pistas y caminos, y muchos tramos han sido balizados como pequeñas rutas mediante las características marcas blancas y amarillas. Sin embargo, son cuatro las sendas principales que permiten recorrer las zonas más relevantes del parque.

Senda del Río

Es una ruta lineal que sigue el cauce del río Lobos de un extremo del Parque Natural al otro, recorriendo los 25 kilómetros que separan el puente romano de Hontoria del Pinar en Burgos del puente del nacedero del río Ucero a la salida del Cañón en tierras sorianas.

Es sin duda la senda más relevante del Parque, tanto por su envergadura como por su popularidad, y porque permite acceder al corazón de este espacio natural, que es el interior del cañón en si.

La senda no sólo es accesible desde sus dos extremos, sino también desde un punto intermedio en el Puente de los Siete Ojos. Así, es fácil conocer los diferentes tramos de la ruta sin necesidad de recorrerla en toda su considerable extensión.

La ruta no presenta apenas dificultad, siendo prácticamente llana en todo su trazado, y aunque el suelo puede ser un poco irregular en algunas zonas, con un buen par de botas no supone ningún problema. Además, la instalación de hitos kilométricos ayuda a controlar dónde estamos en la ruta.

La senda arranca en el puente sobre el río Lobos donde éste confluye con el nacedero del río Ucero (manantial de la Galiana). Aquí tiene el Cañón los paisajes más magníficos, las paredes más altas.

Con tres zonas de aparcamiento dentro del propio Cañón es tentador continuar hasta el último parking para empezar a andar, pero desde la senda se aprecia el paisaje de otra manera. Este primer tramo entre el puente nacedero y Valdecea también forma parte de la Senda de las Gullurías.

Dejando atrás los parking y el grueso de los visitantes que solo llegan hasta la ermita, a partir de aquí la senda atraviesa unos 5 ó 6 kilómetros especialmente entrañables, coincidendo con la zona de reserva de Castillo Billido.

Tras el Pozo Perín el paisaje vuelve a cambiar,se acaban las charcas con nenúfares y ranitas, y nos quedan casi 3 kilómetros entre praderas y pinares hasta el Puente de los Siete Ojos.

Como alternativa a los parking de Ucero, es posible dejar el coche en el aparcamiento del Puente de los Siete Ojos y andar aguas abajo hacia la zona de reserva de Castillo Billido, que empieza a unos 3 kilómetros del puente. De esta manera se puede llegar a la ermita "por la puerta de atrás", y así evitar las zonas más saturadas en días de mucha afluencia de visitantes.

Aguas arriba del Puente de los Siete Ojos se encuentra un tramo de la Senda del Río mucho menos frecuentado, pero igual de ameno. Grandes moles de caliza se alternan con tramos de bosque más cerrado, ofreciendo una deseada sombra en los meses de calor y una gran presencia de aves rapaces. Este tramo superior del río Lobos se caracteriza por tener el cauce casi siempre seco. Y cuando tiene agua, el paisaje se transforma.

En Hontoria del Pinar se puede empezar a andar desde el mismo pueblo, o bien dejar el coche en el aparcamiento del Castro. En cualquier caso, los caminos se unen en el paraje de Agualinos, km 24 de la Senda. Aquí los paisajes son más modestos, sobre todo bosque de pino pudio puntuado con ocasionales afloramientos caprichosos de piedra caliza. Los primeros 5 kilómetros de este tramo del río Lobos coinciden con el principio de la Senda de Hontoria, según asegura la propia web del parque.

Senda del Castillo

De las cuatro principales rutas de senderismo propuestas por el Parque, la Senda del Castillo es la única que no pasa por el eje central del Cañón. Se trata de un itinerario circular que discurre en torno al tramo alto del río Ucero, entre el nacimiento del río y su paso por el pueblo de Ucero.

En su recorrido se pasa por el castillo de Ucero, de libre visita, y se atraviesa un túnel romano que formaba parte de la conducción de agua a la ciudad romana de Uxama a 20 kilómetros de distancia.

Aparte de ser una ruta muy variada con diversos puntos de interés, la Senda del Castillo ofrece una alternativa mucho más tranquila para los días de gran afluencia de público en la zona de la ermita. Además, desde el castillo se disfrutan espectaculares vistas hacia el propio Cañón y el Alto de la Galiana.

La senda se recorre en unas dos horas y no presenta grandes dificultades, a pesar de la buena cuesta para subir al cerro del castillo. Constituye un buen medio para ampliar y complementar una visita al Castillo de Ucero.

Al tratarse de un recorrido circular se puede empezar a andar en cualquier punto, pero quizás lo más recomendable sea iniciar el camino en la Casa del Parque, aprovechando para visitar el interesante centro de interpretación.

Senda de las Gullurías

La Senda de las Gullurías es otra ruta circular, en este caso de unos nueve kilómetros de largo, con punto de partida y llegada en la Casa del Parque de Ucero. Permite ver la zona más conocida del Parque Natural desde otra perspectiva: desde lo alto.

El nombre de la senda hace alusión al Mirador de las Gullurías, el hito principal de este recorrido, desde donde se tiene una gran vista panorámica sobre el Cañón a la altura de El Cuartal.

Otro aliciente de este sendero es que sus primeros kilómetros discurren por la agreste paramera, un entorno de pedregales, sabinares, jaras y plantas aromáticas que supone uno de los principales ecosistemas de esta zona, y nos brindan unas bonitas vistas hacia el sur, donde cierran el horizonte las montañas del Sistema Central.

El Mirador de las Gullurías regala una gran vista panorámica sobre el Cañón a la altura de El Cuartal, y también hacia los picos nevados de la Sierra de Urbión al norte.

Senda de Hontoria

En Hontoria del Pinar el río Lobos inicia su travesía por la meseta caliza que abarca el Parque Natural del Cañón del Río Lobos, enfilando un angosto valle que poco a poco se va profundizando y ensanchando.

La Senda de Hontoria es una ruta circular de poco más de 10 kilómetros de largo que nos lleva por este primer tramo del Cañón del Río Lobos hasta el paraje de La Isla, para luego remontar por un camino lateral a los sabinares del páramo de El Hocino y retornar a Hontoria bajando por un empinado barranco que desemboca en el famoso puente romano de esta localidad burgalesa.

En este primer tramo del Cañón se encuentra un paisaje muy distinto al de los altos farallones que caracterizan el último tramo del Cañón cerca de Ucero. Aquí el río se adentra en un tupido pinar donde de vez en cuando topamos con algún afloramiento rocoso, enmarcado por los árboles. Es una zona más primitiva, más íntima, menos transitada, pero igualmente recomendable del Parque Natural.

Cerca del inicio del camino unas piedras pasaderas cruzan el cauce del río para dar acceso al Chozo de los Resineros, una reproducción de un típico refugio y zona de trabajo de un oficio casi perdido que ha sido una actividad económica muy importante en esta zona.

Ermita de San Bartolomé

Y como broche de oro a estas rutas senderistas, la “meta” del recorrido es la visita a la ermita más bonita del mundo, la de San Bartolomé. Fue construida en el primer cuarto del siglo XIII, cuando el estilo románico daba paso al gótico, transición que quedó plasmada en la obra arquitectónica. Formaba parte de un cenobio del que sólo se conserva la capilla.

Este templo está rodeado de un halo de misterio. Diversas teorías consideran que este lugar fue sede templaria de San Juan de Otero, dentro del obispado de Osma. La simbología que se puede apreciar en diversos lugares del templo, como los canecillos o los capiteles, tiene referencias constantes a los templarios.

Además, se cree que el convento templario de San Juan de Otero se encontraba a unos cuatro kilómetros de la ermita, cerca de los actuales restos del Castillo de Ucero, considerándose que todo ese territorio pudo ser propiedad de la Orden del Temple.

Su ubicación también es enigmática, ya que poca gente conoce que la ermita del Cañón del Río Lobos se encuentra en el lugar equidistante de los dos extremos de la Península: en Cabo de Creus en Gerona y el Cabo Touriñán en Galicia.

Son muchos los elementos de la ermita cuya simbología conduce a la Orden del Temple. Uno de ellos es una losa en el suelo de la ermita, que algunos reconocen como la Cruz de la Orden del Temple, y sobre la que otros afirmaban que llegaba a iluminarse algunos días del año en función de la posición del sol, que podía atravesar el rosetón existente en la ermita. Algo, esto último, que diversos estudios han confirmado posteriormente, confirmando que el sol ilumina la losa durante el solsticio de invierno (entre el 20 y 23 de diciembre), lo que da a esta ermita una mayor dosis de misterio.

Asimismo, existen estrellas invertidas de cinco puntas, un pentáculo invertido, rosetones de seis corazones entrelazados y diferentes símbolos numéricos. Especialmente notable es la Cruz de las Ocho Beatitudes grabada en uno de los capiteles de la entrada. Esta cruz de ocho puntas era la que los templarios utilizaban como clave de un alfabeto secreto y la que utilizaban para realizar el trazado octogonal de las capillas templarias.

La iglesia tiene planta de cruz latina, disposición que se acusa ostensiblemente al exterior. Llama la atención la escasa altura del transepto en relación con la de la nave. La cumbre de la bóveda de aquel queda por debajo de la línea de imposta de la bóveda de cañón apuntado de la nave, de tal manera que ambas bóvedas no se intersecan y no dan lugar al establecimiento de una cúpula o un cimborrio sobre el crucero.

Las pilastras de sección rectangular adosadas a los muros exteriores del ábside, así como las que flanquean la portada, y la misma puerta que luce seis arquivoltas muy apuntadas, ponen de manifiesto el momento de transición del románico al gótico en que se edificó esta iglesia.

También merecen ser resaltados los dos rosetones, uno en cada hastial del transepto, cuyas celosías evocan influencias musulmanas en la forma del entrelazado que compone una estrella lobulada de cinco puntas. Poseen tres arquivoltas de las que sólo la externa está decorada.

El 7 de mayo de 2015, la ermita fue declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento.